«Facerlle a manobra de Heimlich foi algo espontáneo, non o pensei máis»

Pablo Varela Varela
pablo varela LA VOZ / OURENSE

ESPAÑA EMIGRACIÓN · Exclusivo suscriptores

Agostiño Iglesias

Javier Salgado, miembro de la Guardia Civil destinado en Madrid, salvó la vida a una mujer que se estaba ahogando

05 sep 2019 . Actualizado a las 07:59 h.

«Me salvó la vida, porque me encontraba bastante mal». Mari Carmen Salcedo no olvidará nunca el bar La Llama, ubicado en el barrio madrileño de Chamberí. Allí, a mediados de julio, se cruzó con Javier Salgado, un guardia civil ourensano destinado en la capital y en su hora de descanso. «Aproveitamos para baixar un momento e xustamente ese día non trouxen comida. Ao entrar no bar, viña unha parella de mediana idade e ela facía xestos de que estaba afogando» cuenta.

Mari Carmen había ingerido un trozo de carne que se le quedó atravesado a medio camino hacia el estómago. Y el apuro inicial se transformó en nerviosismo cuando se percató de que no lograba sacarlo. «Ela botaba as mans cara o peito e o pescozo, e eu quedei sorprendido», dice Javier. El marido de Mari Carmen optó por la vía clásica: golpes más o menos enérgicos sobre la espalda. Pero Javier explica que «isto é contraproducente, e entón xa me din conta de que a muller se estaba afogando».

En este proceso de apenas segundos, el ourensano les gritó desde el interior del establecimiento que probasen con la maniobra de Heimlich. «Pero quizais non sabían o que era ou, pola situación do momento, non me escoitaron ben», narra Javier. Así que salió del local, «agarreina e fíxenlle a compresión abdominal», dice. Salió disparado un trozo de filete, culpable de la obstrucción de Mari Carmen. «Entón xa foi cando comezou a respirar. Naquel instante estaba diante a súa nena pequena de cinco anos, e eu non lle din máis importancia, pero eles estaban moi agradecidos e incluso querían convidarme á comida», explica.

El reconocimiento

A Javier, que hace unos días pasaba sus vacaciones estivales en su Ourense natal, quieren proponerle para recibir un homenaje antes de que termine el año. «Posiblemente sexa en outubro», cuenta. El Director General de la Guardia Civil se enteró de la noticia y de ahí derivó todo. Javier no parece abrumado, pero al mismo tiempo razona que «foi algo que eu vin tan espontáneo que non o pensei moito máis».

Mari Carmen tuvo algo que ver en el tema. Ella remitió una carta a la Oficina de Atención al Ciudadano para pedir que Javier fuese recompensando por la vía que la Dirección General considerase oportuna. En la misiva contaba que «hoy, gracias a este héroe, puedo estar escribiendo esta carta y también puedo decir que he vuelto a nacer».

Javier y Mari Carmen mantienen ahora el contacto, con la idea de, en los próximos meses, volver a verse. «Díxome que estaba moi agradecida e que faría o posible para recoñecer o meu servizo», detalla el primero.

La importancia de la prevención

Tras lo ocurrido, Javier pone el foco en una de las cuestiones clave a la hora de afrontar problemas de este calibre: la formación preventiva desde edades tempranas para que, en situaciones extremas o que impliquen los primeros auxilios a una persona, no sea preciso esperar a la llegada de personal especializado para realizar las maniobras iniciales y ganar un tiempo imprescindible para mantener con vida a un afectado.

«Tendo en conta a experiencia e o feito transcendental que foi o ter unha formación ao respecto, vexo necesario ter unhas nocións cando menos básicas para poder facer fronte a este tipo de situacións», afirma Javier. «Pode que durante a Educación Secundaria Obrigatoria sexa un bo momento, sobre os 15 anos. E quizais sexa máis sinxelo introducilo como formación extra dentro do plan de estudos». Javier, que comenzó su periplo en Madrid hace apenas dos años y se topó con esta situación de improviso, lo razona con sencillez comentando que «este tipo de mecanismos non son nada complicados de aprender, e poden salvar vidas».