«Si los catalanes tuvieran nuestras cosas no habría quien los aguantara»

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

ESPAÑA EMIGRACIÓN

ANA GARCIA

A REMOLLO | El autor pontecesán José Antonio Pet Posse habla de su permanente regreso a Galicia tanto literario como literal

16 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El escritor José Antonio Pet Posse (Tella, 1941) habla del regreso cada año a su Ponteceso natal desde Cataluña donde vive y de los retos históricos de Galicia.

-En su literatura siempre vuelve.

-Tengo 13 libros publicados y la gran mayoría tienen relación. Hay muchos ejemplos: Portoceo, Taberna de Bergantiños, Un berro no silencio. Por ejemplo, O Náufrago, que publiqué en el 79, trata de las aventuras de un navegante escocés del City of Agra que naufragó en los bajos de Canesudo en Arou. Habla de lo que pasó en tierra en aquellos años de 1897: sus amores, sus desventuras, sus éxitos... Menos alguna novela, como la de Alias El Chispa, que es eminentemente de tema catalán y alguna otra, yo siempre soy recurrente y voy hablando de Galicia.

-¿Entiende que hemos tenido nuestro patrimonio inmaterial olvidado demasiados años?

-Siempre comparo nuestro espíritu gallego y el catalán. Nosotros somos unas personas extraordinarias. Nunca hemos planteado problemas al Estado. Nosotros cuando no había trabajo cogíamos la maleta y nos íbamos. Muchos se quejan que Franco esto... Franco hizo mucho más por los catalanes que por los gallegos. Lo que veo de la gente de ahí [habla por teléfono desde Cataluña] es que no se valora. Si los catalanes tuvieran cosas que nosotros tenemos no habría quien los aguantara: carne, playas, praderas, marisco... el paisaje... en fin. De todo. El otro día estuve en Verdes y mi nieto de seis años quedó impresionado. Así que ni tanto como los catalanes que todo el día están dando el rollo con lo suyo -que eso también es otro complejo de inferioridad- ni tan poco como nosotros, que no nos alabamos nada. Todo lo que está pasando aquí en Cataluña es porque ha habido un tío que se llama Pujol que los ha movilizado, mientras que Rajoy cazaba moscas o miraba para otro lado. Rajoy y todos los gobiernos de España. Yo creo que es un tema de que no hay intelectuales ahí que movilicen a la gente.

-¿Pero el sentimiento de pertenencia puede ser un valor?

-Yo estuve en Cuba, con catalanes a los que les decían: ¡Ah, usted es gallego! ¿Por qué nos llaman gallegos desde el río Grande hasta la Patagonia, porque los gallegos dejaron allí una impronta. Lo que no les permitieron hacer en Galicia, por lo que hemos tenido de políticos, que siempre han sido políticos basura, de un lado y del otro, allí pudieron desarrollar su creatividad. Es que el problema de Galicia siempre han sido los gobernantes y todavía hay gente allí (que yo me hago cruces) que sigue echando de menos a Franco. Y en mi familia, concretamente, yo discuto: «Vosotros defendéis a Franco porque no sabéis quien fue Franco. Leéros el libro de Paul Preston El Holocausto español y os vais a enterar». Es como el niño al que le han dicho que los reyes se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar y cuando les dices: «No, no. Son papá y mamá». Te arman un escándalo. No se lo creen. Porque han sido 40 años de lavado de cerebro en los que todo estaba controlado. Y si en vez de ser Franco fuese Stalin, ahí en Galicia todos serían comunistas. El problema de ahí es que la gente no quiere ver la verdad y lo siento por los que sean franquistas.

-Mucha gente demostró su talento en la diáspora.

-Yo conocí gente que llegaron aquí con una mano delante y otra detrás de camareros y hoy son grandes empresarios restauradores de fama mundial (Botafumeiro, Ría de Galicia,...) Personas emprendedoras que vinieron sin nada y aquí han tenido unas posibilidades que en Galicia nunca les han dado. La gente no se da cuenta de que la emigración de jóvenes (los viejos no emigran) tú los has tenido que crear, que dar una formación, una carrera y cuando están en el momento de devolverle al propio país parte de lo que les ha dado a través de sus conocimientos. Van y los coge otro país ya formados. ¿Por qué Alemania aceptó un millón de sirios al principio? Pues porque venían los ricos: los comerciantes con dinero, médicos, dentistas... Además, si progresan en el extranjero y se casan va a ser muy difícil que vuelvan. Es como una sangría. Yo, por ejemplo, si no llego a tener aquí hijos y nietos ya me hubiera marchado porque qué hago aquí. No pinto nada. Económicamente estoy bien y podría vivir mucho más en Galicia, pero la familia te ata.

Para cotillas

¿Mar o montaña? La montaña la veo como una mujer bellísima, pero muy sosa. El mar te habla.

¿Un lugar en la zona? La vista desde Monte Blanco, con la Barra, el Anllóns... que pasan seis horas y tienes un lago. Me fui de Tella con 16 años, tengo 71. He podido viajar bastante y no he encontrado otro sitio tan bonito en el mundo.

¿Una debilidad gastronómica? Te voy a decir comidas que no son gran cosa, muy elementales, pero a mi me encantan: los callos, la ensaladilla rusa y los churros.

¿Ve la televisión? Mucho. Veo documentales y tengo una televisión de pago. Casi todas las noches sobre las diez veo una película. También me gusta el fútbol, el Deportivo, desde que nos llevaban en los 50 en los Maristas, aunque nos hace sufrir muchísimo.

¿Vuelve en Navidades? A ver. Tengo un hijo en Japón, en el norte casi en la línea con Siberia, y me parece que van a venir. Ya tengo una nieta y un nieto que se llaman Pet Miura. Fui el primer Pet en Cataluña. Ahora ya somos 20 y tantos también llegamos a Japón.