La artista Mercedes Vicente vende la mayor parte de sus obras fuera de España y estará en la Bienal de Artesanía de Cheongju 2023
28 jun 2023 . Actualizado a las 08:46 h.En Os Ánxeles, concello de Brión, se hacen unas esculturas textiles que traspasan fronteras. El trabajo de Mercedes Vicente no solo ha alcanzado reconocimiento internacional sino que la mayor parte de sus obras se venden fuera de España. Las compran clientes orientales, forman parte de la decoración de hoteles de distintas latitudes del planeta y participarán en la exposición que España presentará en la Bienal de Artesanía de Cheongju 2023, que se celebra a partir del 1 de septiembre en Corea del Sur.
Mercedes nació Madrid y residió en muchas partes de España antes de acabar en la capital gallega. De madre coruñesa, cuenta que en el año 1995 «decidimos venirnos a Brión por los niños, para que vivieran en el campo sin tener que renunciara tampoco a las relaciones sociales y a un entorno cómodo para ellos». El taller que tenía en su casa se trasladó entonces a la urbanización en la que vive ahora, indica Mercedes, quien comenzó su carrera artística dedicada a la pintura y dibujo, de forma autodidacta. Recuerda que tenía al alcance el material que utilizaba su madre, la cual estuvo en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia. «Casi toda la familia está relacionada con la música o las artes plásticas. Hay esa inquietud», señala. Así, desde muy pequeña, empezó a crear con las manos.
Ya de adulta, dice, «vi que tenía una predisposición natural a fabricar cosas. Me gustaba el mundo de los objetos, eso de llenar los espacios que habitas con cosas que tú creas. He inventado muebles, cajitas y todo tipo de artículos hasta llegar a la escultura, que es lo que realmente me define. Fue un camino largo hasta aquí. Nunca tuve un estilo muy definido y me gustaba tocar distintos palos, aunque en el 2007 empecé mi línea de espirales». Cuatro de estas piezas, realizadas con material textil de origen vegetal (actualmente emplea algodón crudo y sin colorear), formarán parte del catálogo de la bienal.
Explica su autora que sigue modelos que se encuentran en la naturaleza, como el de las conchas, interesada en reproducir la forma en la que se desarrollan y crecen sus líneas en espiral hasta alcanzar formas que van desde un centímetro a dos metros. «Al principio todo era muy rústico y he ido mejorando la técnica con el paso de los años, incluso a la hora de ordenar el material antes de ponerme a darle volúmenes. La primera vez que lo hice fue horrible: tenía tiras y tiras de tela a mis pies y no sabía por dónde manejar aquella madeja. Ahora ya tengo una metodología», destaca la artista, en un momento en el que se le acumulan encargos y compromisos expositivos.
Actualmente está volcada en un trabajo para un hotel de Singapur e ilusionada con la oportunidad que le brindó Rubén Torres, comisario de la muestra española impulsada por Fundesarte para la bienal (Soul+Matter), en la que participarán más de 30 artistas, entre ellas las gallegas Idoia Cuesta y Marta Armada.
«Yo a él ya lo conocía de un debate al que asistí en Madrid, el primero sobre artesanía en el arte. Dirige una de las pocas galerías especializadas en ello de España. Y, desde que me llamó para proponerme participar en esta exposición, han sido todo facilidades para trabajar, se ha interesado y ha luchado por nosotros como pocos harían», subraya ella.