Diego y Juan Carlos, desde Sigüeiro a Europa con el arte de cubrir piscinas

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

INTERNACIONALIZACIÓN

Sus estructuras artesanales están en el complejo compostelano de Fontes do Sar, en Sevilla, y en unos meses en Francia y Suiza

21 feb 2023 . Actualizado a las 11:09 h.

Los usuarios de las piscinas municipales de Sar pueden dar buena cuenta de la gran diferencia entre la cubierta antigua y la nueva que cubre los vasos de baño. Los artífices de la nueva estructura son Diego Álvarez y Juan Carlos Fernández, socios de la empresa Cubrima cubiertas para piscinas, que unieron sus fuerzas hace siete años para sacar adelante un proyecto empresarial que no ha dejado de crecer desde marzo del 2016. Diego tenía, cuando crearon su firma, doce años de experiencia comercial en una empresa multinacional vinculada también al sector de las cubiertas de piscinas. «La comercial es una labor que me gusta, y que manejo bien; y precisamente conocí a Juan Carlos cuando trabajaba en la empresa de aluminios Alca, donde estuvo 12 años. Es el mejor en cuanto a fabricación de estructuras», asegura. Tras sus largas experiencias como empleados por cuenta ajena, Diego y Juan Carlos decidieron dar el paso, y «ofreciendo calidad y un servicio serio fuimos creciendo. Nuestras estructuras son personalizadas. No hay ninguna igual a otra, porque cada espacio necesita algo específico. Las cubiertas son, en su lateral y frente, de vidrio (cristal laminado) y la parte superior es de policarbonato de luna, lo que garantiza su seguridad y es resistente a los cambios bruscos de temperaturas». Sus estructuras, no solo cubiertas de piscinas, sino también otro tipo de cerramientos, están presentes en numerosas viviendas particulares e instalaciones públicas. «Hace seis meses fue la piscina de Sar, y un año antes terminamos la de Torreblanca de los Caños, en Sevilla», y en un par de meses la firma, con fábrica en Sigüeiro (Oroso), dará el salto definitivo fuera de España. Las cubiertas de un cámping de Ginebra (Suiza) y las de una localidad francesa próxima a Toulouse, que llevan su firma, se inaugurarán en un par de meses. Diego está orgulloso del trabajo que vienen desarrollando desde hace siete años, cuando empezaron en «un taller modesto, con cuatro trabajadores, y hasta ahora que somos 31 trabajadores. Todos a tiempo completo, porque creo que es fundamental contar con un equipo formado e implicado como el nuestro».