Un estradense crea una firma pionera en distribución de baterías para híbridos

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

INTERNACIONALIZACIÓN

Luo Kai Electrics vende y recupera acumuladores con precios competitivos

31 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vehículos de combustión están a un paso de convertirse en historia. El presente es ya de los híbridos. En el año 2013 se matricularon en España 11.000 vehículos híbridos y en el 2021 fueron 262.000. Todos llevan baterías que necesitan mantenimiento, reparaciones o sustituciones que a veces tienen precios prohibitivos. Para democratizar estos servicios ha nacido hace casi un año la empresa Luo Kai Electrics, impulsada por el ingeniero estradense Ramón Castro Rodrigo junto con los vigueses Santiago Goris y José Manuel Valverde.

Luo Kai Electrics se dedica a la importación y distribución de baterías nuevas para vehículos híbridos. En este momento es la única de la península que vende baterías enteras que proceden de fábricas de China y Corea y que cuentan con todas las garantías y controles de calidad necesarios. La firma se dedica también al mantenimiento y recuperación de las baterías de vehículos híbridos y tiene ya la vista puesta en las de los vehículos eléctricos, que aunque todavía no se han popularizado tanto, son el futuro.

La empresa ha recibido hace poco un accésit en los premios de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Vigo por su proyecto innovador. Este año se ha hecho un hueco en la incubadora High Tech Auto del Consorcio de la Zona Franca de Vigo. Allí tiene su sede física la empresa, que además de reparar baterías por cuenta propia también está tejiendo una red de distribución a talleres al tiempo que busca una inyección financiera para seguir creciendo. «Nuestra ilusión es seguir apostando por la innovación y generar empleo», explica Ramón Castro.

El estradense constata que, como cualquier otro componente, las baterías de los coches híbridos precisan un mantenimiento. «Es conveniente hacer un seguimiento del estado de salud de la batería y, cuando pierde rendimiento, cambiarla. A los ocho o diez años la batería pierde capacidad de almacenamiento y, si no se cambia, el dueño del vehículo pierde capacidad de ahorro. Está llevando un peso muerto de 100 o 120 kilos que incrementa el consumo y a veces al final no permite ni el encendido», comenta.

Por el momento, las baterías de los talleres oficiales tienen costes bastante elevados. «Nosotros trabajamos con fabricantes asiáticos y podemos ofrecer baterías nuevas para sustituir a la mitad de precio que un taller oficial. El dueño de un coche con 100.000 kilómetros si tiene que afrontar un cambio de batería por 4.000 euros igual se lo piensa, pero por 2.000 es otra cosa», cuenta Ramón Castro.

Luo Kai Electrics cuenta ya con clientes en zonas como Madrid, Barcelona, Sevilla o Marbella y sigue ampliando su red de suministro.

Tres años viviendo en China y un nombre que suena a victoria

Luo Kai Electrics ha sido posible gracias a la experiencia de Ramón Castro en los mercados asiáticos. El estradense estudió Ingeniería Técnica Industrial en Mecánica y al terminar hizo un máster en edificaciones de consumo cero. Después, con una beca del Igape, se metió en el mundo del comercio internacional. Estuvo viviendo en Tianjin (China), el puerto más importante del Pacífico norte, y explorando las posibilidades de importación y exportación para las empresas gallegas. Tras un año de análisis de mercados decidió quedarse otros dos trabajando para el Instituto de Máquina Herramienta de la Universidad del País Vasco y el Clúster Máquina Herramienta, que desarrollan conjuntamente un proyecto educativo en Tianjin. La iniciativa permite que los estudiantes chinos cursen estudios de FP de Fabricación con un plan de estudios español que luego les da opción a acceder en España tanto al mercado laboral como a la Universidad. «Es un proyecto muy bonito que le da la oportunidad a muchos jóvenes chinos de acceder a la Universidad y que ha permitido crear el primer centro universitario hispano-chino de Electromecánica», cuenta Castro. El estradense se encargó de las gestiones administrativas del proyecto y colaboró también en la parte docente.

Después de tres años en China, Castro regresó a España y tras un posgrado en Análisis de datos y un par de experiencias profesionales nació la firma Luo Kai, recogiendo el nombre oficial que el estradense adoptó en China. «Estuve pensándolo una semana porque allí los nombre tienen significado y es importante que suenen bien. Luo Kai suena parecido a mis apellidos y al mismo tiempo hace referencia al sur de China y a victoria», explica. No es mal nombre para una empresa.