México pone en «pausa» inversiones y negocios de 500 empresas gallegas

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONALIZACIÓN

Oscar Vazquez

Un populista López Obrador amenaza más de 200 millones de ventas anuales

11 feb 2022 . Actualizado a las 08:32 h.

¿Es un nuevo ataque de populismo o la amenaza va en serio? El Ejecutivo español y muchas de las empresas con intereses e inversiones en México tratan de poner sentido, si es que eso es posible, y de averiguar qué hay detrás de las palabras del presidente, Andrés Manuel López Obrador, que este pasado martes, en una de sus largas comparecencias matutinas, anunció la necesidad de poner en «pausa» sus relaciones con España.

Los argumentos que utilizó el mandatario mexicano para justificarse son viejos, volviendo a verter las manidas acusaciones de corrupción y saqueo contra las empresas españolas (Iberdrola, Repsol y OHL) y, en lo tocante a Galicia, con una alusión muy directa a la compra que hizo Pemex en el año 2013 del quebrado astillero Hijos de J. Barreras, de cuya participación se deshizo hace ahora un año, sin perder ni un euro de lo invertido.

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se mostró ayer «sorprendida» por las declaraciones de López Obrador. «Tenemos que analizar exactamente qué está detrás de esas palabras y por qué esas palabras y por qué en ese momento», dijo, mientras el presidente mexicano volvía a cargar contra el Gobierno de Sánchez que, según afirmó, «debería de pedir perdón por el comportamiento de sus compañías» a las que acusó de «influyentismo» y de «favorecerse del presupuesto público de México».

Esta «pausa» anunciada por López Obrador, sin llegar a ser una ruptura, según sus propias palabras, toca de lleno a los intereses de medio millar de empresas gallegas que tienen establecidos negocios, inversiones e intereses comerciales con el país mexicano (170 exportan allí regularmente), según datos del Igape.

 Negocio creciente

De hecho, destaca la Administración gallega que, a falta de computar el dato de diciembre, entre enero y noviembre del 2021, las empresas gallegas exportaron a México por valor de 202,7 millones de euros, lo que supone un 21,2 % más que el mismo período del año anterior (enero-noviembre del 2020) cuando el volumen de las ventas alcanzó los 186,3 millones.

Este incremento del negocio ha convertido a México en el destino número 17 de las exportaciones gallegas. De hecho, es ya uno de los clientes más relevantes de todo el continente americano, superando a prácticamente todos los países de la zona con los que Galicia también mantiene un importante número de vínculos de negocios, como Argentina, Uruguay y Brasil.

El textil, con Inditex al frente, con 409 tiendas de las distintas marcas del grupo, es el sector gallego más volcado en México. Recientemente, Adolfo Domínguez anunció un plan de aperturas de 23 nuevas tiendas en el país hasta el 2026 de la mano de su principal socio allí, los grandes almacenes mexicanos Palacio del Hierro. También Verino y Bimba y Lola han redoblado esfuerzos inversores en el país azteca, en donde otro de los sectores de mayor potencial es la industria del automóvil. Los principales fabricantes de componentes españoles, como Antolín o el gallego Grupo Copo están asentados en torno a las plantas de los grandes fabricantes que se han instalado en México, como Volkswagen, Ford o BMW.

La alimentación, y en especial el sector de la conserva y el congelado también tienen fuertes vínculos con el país de López Obrador, en donde acaba de inaugurar una nueva planta de producción el grupo cervecero Hijos de Rivera.

El impacto de la anunciada «pausa» preocupa en toda España. Y no es para menos: según la Cámara Española de Comercio, en los primeros nueve meses del 2021, empresas españolas habían invertido 76.000 millones de dólares, lo que representa el 12 % de los flujos al país latinoamericano.

La petrolera mexicana incumplió sus promesas con Barreras y no perdió ni 1 euro con el astillero

La historia se puede contar de muchas formas, sobre todo si, como ha hecho el presidente mexicano López Obrador, se falta a la verdad en el relato. Según sus palabras «La compra de Barreras, es un ejemplo del robo de los españoles». En su versión tergiversada, el líder mexicano afirma que los dos floteles construidos en Galicia fueron poco menos que un timo. «Se les había encargado nada más para darle el negocio y viabilidad a los astilleros, por lo que Pemex decidió venderlos. Lo curioso es que cuando estos barcos se ofrecieron en el mercado nadie quería pagar más que la mitad de lo que había costado construirlos».

La realidad de lo ocurrido dista mucho del relato de López Obrador. Pemex compró el 51 % de Barreras en diciembre del 2013 por apenas 5,1 millones de euros, en una operación apoyada por la Xunta que, si bien sirvió para rescatar el astillero gallego, en la práctica tenía la finalidad de impulsar el plan de renovación de la flota en el que estaba inmerso en aquel momento Pemex, que llegó a planificar la construcción de hasta 6 floteles, además de una veintena de buques de apoyo a plataformas petroleras, e incluso pesqueros para otros armadores mexicanos. La experiencia de Barreras en este tipo de buques de alta tecnología y el bajo coste de la compra del astillero convirtieron la operación en un gran negocio para Pemex, a través de su filial PMI Holding, cuyos responsables, junto con el entonces presidente de Pemex, Emilio Lozoya, acabaron acusados de corrupción no por la compra de Barreras, sino por malversación de fondos y adjudicaciones amañadas. Al tiempo que ocurría todo esto, el cuento de la lechera salió mal. El precio del petróleo se desplomó, los planes de renovación de la flota se vinieron abajo y los dos floteles construidos en Galicia, uno en Barreras y el otro en Navantia, ya no eran necesarios para Pemex; pero tampoco para ninguna otra petrolera, dada la coyuntura, de ahí que el precio de venta no cumpliera las expectativas.

Sin planes de nuevos buques, Pemex decidió irse de Barreras y cedió sus derechos a Cruise Yatch LTD. Esa cesión pasó a convertirse en venta de acciones, una operación por la que Pemex, titular del 51 % de Barreras, percibió 13 millones de euros: 5,1 millones por el capital que suscribió en el año 2013, y 8 millones por los avales depositados para la construcción del crucero. De este modo, la petrolera, contraria a salir de Barreras si no recuperaba lo invertido, firmó la venta. ¿Donde está el saqueo?.