Francisco Romero, director de SoftwareONE en Santiago: «Queremos emplear a cien informáticos en 6 meses y nos es difícil encontrarlos»

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

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Francisco Romero, que es de familia compostelana, en la sede de la compañía, en O Restollal.
Francisco Romero, que es de familia compostelana, en la sede de la compañía, en O Restollal. XOAN A. SOLER

El director del centro de la multinacional suiza explica que pretenden dar servicios a varios países de Europa desde Compostela

21 dic 2021 . Actualizado a las 00:47 h.

«La idea es prestar servicios desde aquí a clientes de varios países de Europa, como España, Reino Unido, Francia, Holanda, Italia, o colaborar con el centro que tenemos en Alemania», afirma Francisco Romero, ingeniero informático y director del centro de la multinacional tecnológica suiza SoftwareONE en O Restollal. La compañía se estableció en la ciudad en septiembre. Promueve un ciclo superior de Informática de FP Dual con el IES San Clemente, que cubrió las 24 plazas y no ofrece más por falta de espacio en el instituto. Además, ya contrató a algún alumnado que optaba a realizar esos estudios.

—En la presentación de la empresa, en noviembre, avanzaron la previsión de crear 100 empleos, ¿cuándo será eso?

—Comenzamos con una veintena. Queremos emplear a cien informáticos en 6 meses y nos es difícil encontrarlos. La idea es que sobre la mitad del personal proceda de FP o universidad y buscar la otra mitad en el mercado.

—¿Llega bien preparado el alumnado de FP y de la universidad?

—Los estudios de FP que más se acercan a lo que queremos son los del ciclo superior de Desarrollo de aplicaciones web, y titulados universitarios en informática. Al acabar los estudios, todos precisan entre 6 y 9 meses de formación para estar plenamente operativos en la empresa, excepto alumnado muy brillante, o con otra formación adicional.

—¿Y el de la FP dual?

—También precisan formación; pero menos, porque ya han estado con nosotros y eso facilita su integración.

—¿Qué servicios ofrecen?

Trabajamos en el sector de las tecnologías de la información en aplicaciones en Cloud, en la nube. Tanto en el sector privado como en el público, en un horizonte de 5 a 10 años habrá un movimiento masivo hacia la nube, y hay carencia de personal especializado para realizar las migraciones y movimientos que se necesitan. Nuestra empresa por un lado ofrece servicios para realizar esos movimientos. Y además formamos el personal suficiente para tener esa capacidad.

—¿Hay mucha demanda para servicios en la nube?

—La nube ofrece numerosas posibilidades, a través de Internet. Las empresas tienen centros de datos, con capacidad limitada para ejecutar sus aplicaciones, y la nube permite mucha más capacidad y flexibilidad para poder usarla permanentemente, de día y de noche. Es un sistema computacional compartido, que se asigna según se va pagando por el servicio.

—¿Cómo es la situación de este sector ahora?

—Google, Microsoft y Amazon ofrecen funciones que facilitan administrar las aplicaciones. La ventaja para las empresas es acceder a una capacidad ilimitada de crecimiento para sus necesidades, y además pueden optar a funciones adicionales sin necesidad de hacer una gran inversión.

—¿Qué funciones adicionales?

—Por ejemplo, si les interesa desarrollar una función de reconocimiento facial; las copias de seguridad son muy fáciles de hacer; o la replicación del centro de datos, entre otras. Pagando, claro; pero a un precio que es parecido, o incluso menor, del que abonarían si lo tuviesen que asumir.

—¿Es un proceso muy caro?

—El salto a la nube implica una inversión, pero el retorno es relativamente rápido. Por eso cada vez se mueven más centros de datos a la nube, aunque no todos la aprovechan. Hay que adaptarse para utilizarla bien, para que el movimiento sea más interesante.

—En estos meses en Santiago, ¿cómo responden las empresas?

—Pensábamos que estarían más maduras. Algunas ya nacen en la nube, son pioneras. Las que no, pero que realizaron el primer movimiento, saben que deben hacer el siguiente y adaptar las aplicaciones para sacar el rendimiento adecuado. Pero hay muchas que aún no están; aún quedan dos o tres años para que empiece a ser una tecnología usada masivamente.

—¿A qué empresas le interesa?

—A cualquiera; es más sencillo para las pequeñas. Para un banco o para una empresa de telecomunicaciones resulta más complejo, por los mayores requerimientos de seguridad y de confidencialidad que exigen.

«Vemos más posibilidades de crecer en Santiago que en León»

Francisco Romero es de familia compostelana. Su abuelo regía la Tintorería España, en el Ensanche. Se formó en los colegios Peleteiro y La Salle; y en la Politécnica de Madrid. Su jefe en la sede central de Madrid, Joaquín Potel, también es compostelano, hijo de un conocido cirujano y profesor de Medicina, afirma. «Mi carrera se desarrolló casi 30 años en Accenture, donde llevé centros de servicios en Latinoamérica y en Europa; ahora me encargaron poner en marcha este centro de SoftwareONE de Santiago y también el de León», indica.

—¿Condicionan su actividad las leyes de los diversos países?

—Las nubes han evolucionado. Crearon sus propios centros de datos, pero la legislación de protección de datos obliga a que los centros de datos estén físicamente en la UE; por eso Google, Microsoft y Amazon promueven centros de datos en varios países y van a sustituir los compartidos que usaban para sus clientes.

—¿Participa el sector público?

—De forma diferente. Determinadas administraciones puede que estén obligadas a tener sus propios centros de datos. Pero a la larga creo que todo el mundo irá a la nube.

—¿Hay problemas de ciberseguridad?

—Es un riesgo independiente de la nube. Las empresas tienen departamentos de seguridad y, si siguen bien unas pautas y medidas, evitan problemas.

—¿Cómo funciona la empresa en Santiago?

—El personal viene físicamente dos días a la sede y teletrabaja el resto; aunque pueden teletrabajar más, por la pandemia o si lo justifican. Elegimos O Restollal para facilitar el desplazamiento a quienes vienen en tren o autobús. El mercado aquí va lento, porque está menos maduro de lo que esperábamos; pero vemos más posibilidades de crecer en Santiago que en León, y también para captar talento.