La tercera generación sigue los pasos de la primera mujer que llevó marisco desde A Coruña a Madrid

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

INTERNACIONALIZACIÓN

MARCOS MÍGUEZ

Los nietos de la empresaria relanzan la empresa familiar con un nuevo concepto

25 jun 2021 . Actualizado a las 08:43 h.

Doña Joaquina Casal era una mujer sencilla pero con coraje. Mariscadora en Mugardos, en los años 30 del siglo pasado dejó su pueblo natal e intentó probar suerte en A Coruña, vendiendo el marisco que ella misma recogía manualmente. En la lonja coruñesa comenzó a hacer contactos y acabó siendo la primera empresaria en llevar el marisco desde A Coruña a Madrid en camiones llenos de hielo. Su nieto, Pedro Toimil Cano, asegura que fue toda una pionera en aquellos tiempos, y más en un sector predominantemente masculino. «Era una mujer grande, trabajadora incansable, que imponía mucho. Pero era muy respetada porque dio trabajo a mucha gente, sobre todo en Perillo. Los mayores de la zona se acordarán de ella, porque eran momentos difíciles para vivir», recuerda su nieto. Ella era la que se ocupaba de gestionar los parques de cultivo que tenía en la ría de O Burgo mientras su esposo estaba embarcado y pasaba largas temporadas en el mar de Terranova. «Ella también fue la primera en tener bateas en el dique de abrigo y, después, en Lorbé. Fue una precursora en el sector del marisqueo», asegura con orgullo. De hecho, Pedro todavía conserva una carta de reconocimiento a la labor empresarial de su abuela firmada por el exalcalde Alfonso Molina.

De todas formas, su vida y su negocio no estuvo exenta de altibajos. Los golpes más duros llegaron cuando, primero, embarrancó en Bastiagueiro el Erkowit, echando por tierra toda la campaña de Navidad. Una adversidad de la que supo reponerse. Años después, en 1976, otra desgracia llegó con el desastre del buque petrolero Urquiola. Dos de los hijos de doña Joaquina, José y Fidel Toimil Casal siguieron en el sector montando cada uno por su cuenta sus propios negocios. Fidel, finalmente, optó por otro sector y José cerró Mariscos Toimil antes de la pandemia.

Nueva imagen, nuevo concepto

Aunque no sea la analogía más afortunada, lo cierto es que los hijos de la gata cazan ratones y, ahora, la tercera generación ha relanzado la compañía con nuevo nombre, nueva imagen y un nuevo concepto adaptado a los tiempos que vivimos. La empresa se llama Doña Joaquina, en homenaje a la abuela empresaria, compitiendo con precio y calidad y llevando el pescado y el marisco fresco a las tiendas de cercanía y a las casas de los clientes.

Producto accesible y de calidad

Tania Lago Palmeiro, la mujer de Pedro, fue quien animó a la familia a relanzar el negocio. «La verdad es que ha sido un cúmulo de casualidades. Yo conocía la historia de doña Joaquina y sabía que era una persona muy valorada porque, cuando hubo dificultades, ella seguía pagando a sus empleados. Mi marido hablaba de este mundo de forma muy especial, y yo también me enamoré de él. Así que comencé a verlo como una oportunidad». Tania explica que le «echamos narices» y con ayuda de unos amigos que tienen la empresa de márketing (300kilos.org) iniciaron una campaña para renovar la empresa. «Comencé a comprar pescado y marisco de calidad y a buen precio en la lonja de A Coruña, con mi marido asesorándome. Si nos recomiendan comer pescado... ¿por qué nos lo venden descongelado llegado de muy lejos y a precio de oro? La idea es ofrecer alimentos de aquí, con precios accesibles y en la tienda del barrio. Es decir, ofrecer un producto sostenible y con márgenes de rentabilidad bajos, precisamente, para que la gente pueda comprarlo». Por ahora sirvendo a los locales Oliva Ultramarinos y La Boutique de la Carne en Perillo, está funcionando el grupo de whatsapp 629356556, y la web está a punto de ponerse en marcha para hacer pedidos on-line. «Hemos empezado de cero y vamos poco a poco, siendo coherentes con nuestra filosofía de negocio. Y esa idea es hacer más accesible tanto el pescado como el marisco. De hecho, comer marisco en Navidad está muy bien, pero... el resto del año también se puede comer mejor marisco y a mejor precio. ¿Por qué no hacerlo?», anima Tania.