«Abriremos este año una oficina en Alemania y, luego, otra en Miami»

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONALIZACIÓN

EDUARDO PEREZ

Fernando Vázquez, consejero delegado de Imatia, cree que es hora de valorar los beneficios de automatizar la industria propia

24 abr 2021 . Actualizado a las 18:19 h.

Aunque habla con un tono de voz muy, muy bajo, Fernando Vázquez, CEO de Imatia, da mensajes claros: «A los pequeños empresarios hay que ayudarlos a crecer» porque antes de cerrar o irse lo darán todo; «con la pandemia tenemos una oportunidad para apostar por la automatización en un modelo productivo de trabajo industrial, con más valor añadido y empleo de calidad». Vázquez nació en Nueva York de casualidad. Su madre viajó de Venezuela a EE. UU., donde residían los abuelos, y se tuvo que quedar al encontrarse mal.

-¿Es usted sietemesino?

-Ochomesino. Luego mis padres se fueron a vivir a EE.?UU., a Brooklyn, y después toda la familia se mudó a Miami y allí viví hasta los quince años. En el 82 regresamos a España. No me hizo mucha gracia. Al ver la ría por la ventana [lo dice en tono de broma] pensaba que iba a ser mariscador, pero al final estudié Ingeniería de Telecomunicaciones en Vigo. Realmente quería hacer Informática, pero por un error administrativo de los de antes acabé matriculado en Madrid, en Caminos. Y al final me fui a Vigo a hacer Teleco.

-¿Imatia es de esas empresas que nacieron en la universidad?

-Empecé trabajando como becario en un proyecto europeo para Pili Carrera. Era una iniciativa muy innovadora. Se trataba de que los pedidos que se escribían a mano y se llevaban a fábrica se digitalizaran y automatizaran. Era una iniciativa muy avanzada para los años noventa. El sistema funcionó, pero en el resto de la empresa no estaban preparados para recibir esa información. A partir de ahí, me dediqué a robótica e inteligencia artificial. Teníamos por la escuela vehículos que andaban solos por los pasillos, chocaban con la gente. En el año 95, decidimos que teníamos que hacer cosas con repercusión en Galicia. Veíamos cómo muchos alumnos brillantes acaban emigrando, a Madrid, a Barcelona y otras partes del mundo. En Galicia no había oportunidades. Corrían los años 95-96 y nos pusimos a trabajar con las empresas del entorno: con Barreras, el Ayuntamiento de Vigo, Recreativos Presas, Comar... En el 2000, nos encontramos con el problema del efecto 2000 y del euro. Y muchos de los proyectos que habíamos hecho estaban obligados a cambiar un montón de programas, y la gente con la que había contado ya no estaba en la universidad. No había ningún trabajador fijo, solo becarios....

-¿Entonces?

-Me tuve que poner yo hasta las cuatro de la mañana, día tras día, para corregir un montón de programas hechos en distintos lenguajes. Pensé que aquello había que afrontarlo de manera más estructurada y pensamos en una tecnología que nos permitiera crear aplicaciones de manera más rápida y que fueran fáciles de mantener. Eso generó mucho interés en empresas de Madrid. Ese trabajo no lo podíamos seguir haciendo desde la universidad, porque no tenía sentido, y justo en el 2005 salió una ley que permitía crear spinoff [empresas de base tecnológica que se crean a partir de los resultados de I+D que se obtienen en la universidad]. Así, montamos esta compañía, no por la visión del negocio, sino por retener un talento que se estaba yendo fuera. Quizá tenga esa sensibilidad. Entiendo la emigración como opción personal, pero no por falta de oportunidades. Empezamos a trabajar para Inditex, para La Voz... 

-Hoy tienen presencia en Vigo, A Coruña, Ourense, Santiago y Brasil. ¿Qué hacen en Brasil?

-En un viaje que hicimos con el clúster TIC y el Igape, me quedé impresionado con el potencial que tiene el país. En la avenida Paulista hay más oportunidades que en toda Galicia. Lo intentamos y en menos de un año ganamos un contrato con un ayuntamiento. Es verdad que resulta un país difícil para trabajar remotamente. Nosotros hemos tenido proyectos en el mundo entero: Estados Unidos, Canadá y, por supuesto, en Europa, Ecuador, etcétera. Pero Brasil es mucho más complicado por su proteccionismo. Vimos que era mejor crear una sociedad, que nos sigue dando beneficios.

-¿Y el próximo desembarco?

-Alemania. Nosotros en el 2016 hicimos una prospección comercial en el país en colaboración con una escuela de negocios (a través de un profesor cuya pareja vivía en A Coruña, lo típico). Y a raíz de ahí, establecimos una relación con el presidente de GBTEC. Esa colaboración fue muy buena. Nosotros les ayudábamos a desarrollar unos productos y, en el 2019, creamos una joint venture, empresa que tiene sede en A Coruña, y que ahora emplea a unas veinte personas. Esta relación nos abrió muchas puertas con firmas como Arvato Sistemas, Mercedes, BMW, Pfizer y Administraciones públicas. Ahora, nuestro plan pasa por crear la joint venture alemana. El proyecto lo íbamos a acometer antes de la pandemia, pero el covid lo retrasó. Abriremos este año esa oficina en Alemania y luego, otra en un lugar en el que desde hace muchos años he querido vivir en Estados Unidos. 

-¿Miami?

-Sí, se está convirtiendo en un hub tecnológico importante. Mucha gente se está yendo de Silicon Valley hacia otros estados como Texas y Florida. La fiscalidad es mejor y la calidad de vida, buena. Además es un puente a América Latina. 

-Crecer sí, pero ¿qué más?

-Estamos en un proceso de transformación del negocio moviéndonos más hacia a la comercialización de productos en la nube, bajo un paradigma que se llama plataformas de múltiples lados. En el mundo del software, antiguamente en las empresas desarrollábamos una aplicación y la instalábamos. Desde hace unos años hay una tendencias hacia el software como servicio que es: el software ya está en Internet, la empresa se suscribe y lo usa. Son las llamadas empresas SaaS, muy rentables. A partir de ahí, se da un paso más y aparece el modelo de plataforma de múltiples lados. Se trata de un SaaS, pero en lugar de trabajar para un único tipo de cliente, lo hace para varios que forman parte de una cadena de valor. Ejemplos: Booking, Uber…. Lo que se trata es de que las empresas trabajen en plataforma. Queremos atacar el sector de la moda que lo conocemos muy bien y el sector social. Ahora mismo vamos a lanzar una plataforma que permite mejorar la comunicación con los mayores y entre mayores, por videoconferencia a través de la televisión de su casa. 

-¿Su primer robot se llamó?

-GATO (Guiado Autónomo para Transporte en Oficinas).

Empresa de desarrollo de software con proyección internacional. Oficinas en Galicia y Brasil.

Facturación

Superó los 7 millones en el 2020, y prevé alcanzar los 10 en este ejercicio.

220

A Coruña.