Barcos de la ría de Vigo para evitar mareas negras en el canal de Panamá

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO /LA VOZ

INTERNACIONALIZACIÓN

Cada nave puede extraer un vertido de 14 toneladas en 15 minutos

08 feb 2021 . Actualizado a las 23:56 h.

Los barcos que trabajarán en el Canal de Panamá para evitar que haya mareas negras se construyen en la ría de Vigo. Están prácticamente terminados y la próxima semana se embarcarán en un buque nodriza para poder trasladarlos y prestar servicio para la Autoridad del Canal de Panamá.

Las naves se fabrican en astilleros Aister, situados en Meira, en Moaña, que construye en aluminio (aunque hace también bloques de acero para otros constructores navales). El astillero se adjudicó un concurso público de Panamá que conlleva la construcción de dos embarcaciones que tienen 12,5 metros de eslora y 4,5 de manga. Su tamaño favorece la maniobrabilidad en un canal que está enormemente transitado con una media diaria de 40 grandes buques, muchos de ellos superpetroleros. Los barcos hechos en Aister cuestan un millón de euros cada uno y van dotados de la tecnología más puntera para extraer el crudo del fondo del canal, en caso de que se produzca un accidente.

Los equipos que llevan a bordo contra los derrames son Lamor, de un fabricante finlandés que ya estuvo actuando en Galicia durante la crisis del Prestige. En esta empresa son especialistas en vertidos y desplazan por todo el mundo a sus expertos. Los dos barcos están provistos de un sistema de aspiración que puede absorber 14 toneladas de crudo en apenas 15 minutos. Una vez que se llenan las bodegas, el barco trasvasa el producto extraído del mar para volver a la carga si es necesario por el volumen del derrame.

Los barcos fabricados en Meira tienen mucha flotabilidad porque están hechos con casco de aluminio con un diseño especial para flotar en aguas del canal y recoger el crudo manteniendo una magnífica estabilidad. «En los últimos 40 años nunca ha habido ningún vertido en el canal de Panamá, pero es necesario un dispositivo de previsión», asegura Ignacio de Francisco, director comercial del astillero.

Los barcos están dotados de dos grandes motores de hélice John Deere con colas Conrad. Durante la construcción y las pruebas fue necesario excavar en el dique seco para que las aspas no golpeasen en el asfalto. Luego se volverán a tapar los agujeros. Los motores permiten una navegación de 10 nudos a la hora.

Cada embarcación está preparada para llevar a cuatro tripulantes a bordo. Normalmente uno viaja en la cubierta atento al equipo de extracción y los demás lo hacen en la cabina. Está perfectamente insonorizada para poder soportar ruidos de 60 decibelios. También está dotada de dos modernos equipos de aire acondicionado que permiten trabajar en el trópico, donde las temperaturas y el grado de humedad son altísimos.

Para Armón y Barreras

En el astillero trabajan ahora 120 personas de las que un centenar es personal fijo. Tiene desplazados a trabajadores a otras factorías navales ya que, además de llevar a cabo la construcción de nuevos barcos, lleva a cabo tareas de habilitación, es decir acabados interiores y de carpintería naval. Así, están trabajando para el crucero de Barreras y están montando bloques para futuros barcos de Freire y Armón.

Aister facturó 12 millones de euros durante el año 2019. El ejercicio del año 2020 todavía no se ha cerrado pero las ventas se han resentido por la pandemia.