Tecnología 4.0 para las trituradoras que patenta y exporta TMC Cancela a 50 países

En cuarenta años TMC Cancela ha pasado de ser una pequeña empresa familiar de reparación de maquinaria agrícola que daba servicio a ganaderos y agricultores a fabricante de implementos agrícolas y forestales. Desde el municipio coruñés de Tordoia, donde tiene sus naves, salen al mercado unidades de maquinaria de obra pública, acoplables a tractores, excavadoras y vehículos primarios que exportan hasta 50 países. Javier Cancela, hijo del fundador Manuel Cancela, mantiene en la compañía los valores de su padre: diferenciación, solidez, fortaleza, seguridad y nobleza. Si bien, desde hace unos años, por la propia filosofía de la empresa y su tradición innovadora, emprendió una reestructuración que ha desembocado en la digitalización de todos sus procesos.

-¿En estos 40 años cuándo decidieron iniciar el camino de la digitalización?

-Desde hace varios años se decide dar un vuelco a la fabricación tradicional. Lo primero fue dotar a la planta productiva de equipos automatizados. También se realizó una reestructuración de la planta, para organizar mejora el flujo de procesos y material. Resuelta la parte física, se decide comenzar, hace algo más de un año, con la parte intangible, para poder optimizar todos los procesos, reduciendo plazos de fabricación y mejorando la calidad de los productos, además de poder disponer de información centralizada y en tiempo real para la toma de decisiones relativas tanto a la producción como a las pautas estratégicas de la empresa. De la mano de Vodafone y su partner Zerintia, elaboramos y desarrollamos una serie de aplicaciones basadas en su solución 4Industry que se adaptase a la filosofía de trabajo de TMC Cancela, siempre sin perder de vista el concepto de industria 4.0.

-¿Compatibilizar el tránsito hacia el nuevo modelo productivo requirió esfuerzos extraordinarios?

-Fuimos paso a paso: abordar un cambio tecnológico demasiado radical a la industria 4.0 podría ser contraproducente, por lo que se optó por una serie de auditorías y un plan realista al que los trabajadores se adaptasen rápido, con tecnologías simples y ya conocidas y que no le supusieran ninguna dificultad en su manejo.

-¿Cambia el concepto de empresa en la nueva era digital?

-La era digital se está viendo acelerada por la pandemia. Quizás sea lo único positivo que nos ha traído el covid. Lo que está muy claro es que han cambiado los paradigmas de la comunicación. Hoy en día un cliente exige saber el estado de su producto durante la cadena de producción en cada momento. Ahora, con la hiperconectividad, cualquier usuario o cliente ya no solo le vale saber cuándo recibirá su pedido; necesita saber en qué estado y en qué proceso está. No puede haber fallos ni comunicaciones erróneas. 

-¿En qué medida, los nuevos procesos tienen impacto en sus mercados?

-Exportamos a más de 50 países, con una tranquilidad mayor. Gracias a las nuevas herramientas, se reducen considerablemente los plazos de entrega y las incidencias de calidad, sobre todo las debidas al empleo de documentación en papel desactualizada. La digitalización de los controles de calidad con el aporte obligatorio de evidencias gráficas es un gran paso dentro del sistema productivo, eliminando en más de un 70 % los errores en la fabricación de un producto.

-¿Y sobre la facturación y el empleo?

-La facturación se mantuvo en dos dígitos porcentuales (más del 10 %) por lo que la implantación no supuso una merma de productividad ni un retraso en la consecución de los objetivos (20 millones de facturación). Parte de este éxito es la implementación, con la ayuda de Vodafone y Zerintia, de un sistema que no generó rechazo y que es simple desde el punto de vista de la experiencia de usuario. En cuanto al empleo, se han reconvertido varios puestos de bajo valor añadido en otros con un verdadero valor para la empresa, aumentando la calidad, la eficiencia y la productividad.

-¿Cómo ha afrontado estos meses de cambios en la actividad a causa de la crisis sanitaria?

-No ha sido fácil, pero hemos intentado adelantarnos a las circunstancias. Nuestra actividad en otros países nos permitió saber lo que estaba sucediendo en el mundo, y así anticiparnos a lo que pronto acabaría pasando en España. Preparamos un plan de actuación rápido frente al covid-19. Organizamos turnos de trabajo y creamos los medios necesarios para que el personal de las diversas áreas pudiera realizar sus tareas a distancia, en teletrabajo.

La empresa elude la pandemia al crecer la demanda

TMC Cancela tiene en las ferias especializadas internacionales su mejor escaparate para exhibir sus innovaciones al mercado de los sectores agrícola, forestal y de la construcción. Este 2020, con la cancelación de este tipo de acontecimientos, ha sido lo que más ha afectado a la compañía que gestiona Javier Cancela. Porque «nuestra actividad productiva no ha cesado» en estos meses. Es cierto que ha percibido cierta incertidumbre en algunos segmentos de la economía, pero «en nuestro caso particular, la demanda se mantuvo, incluso a niveles mejores que en el 2019». Entre las razones, por el empeño constante de que la empresa alcance un carácter altamente diferenciador.

De aquellas reparaciones para maquinaria agrícola, TMC Cancela dio un gran salto con la primera desbrozadora forestal fabricada por la empresa. Posteriormente, llegaría la primera trituradora de eje horizontal, diseñada y fabricada por la compañía, además del desarrollo de varias patentes. A partir de este momento los nuevos productos nacen con una identidad propia, convirtiéndose en productos únicos e inconfundibles. «Tenemos un ADN propio y diferencial que aplicamos a todas nuestras gamas de producto.

En TMC Cancela, añade el directivo, «hemos reforzado la apuesta por las nuevas tecnologías para convertirnos en una industria 4.0. Actualmente nos encontramos en un plan de ampliación de las instalaciones e incorporando y optimizando los procesos productivos y los equipos de trabajo. Somos una empresa sólida»

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