El Horno Artesano Arribi inicia la venta «on line» del pastelón de Cedeira

INTERNACIONALIZACIÓN

ANGEL MANSO

En el obrador familiar se elabora la misma receta desde 1875. La firma comercializa su producto estrella en toda España y ya ha enviado alguno a Roma

05 sep 2016 . Actualizado a las 10:38 h.

El eslogan de la nueva campaña promocional emprendida por el Horno Artesano Arribi lo deja claro: «De empanada nada, monada; el auténtico pastelón de Cedeira». María Arribi Barcia, actual propietaria, representa a la séptima generación de una saga familiar que elabora la misma receta desde 1875. Tras la jubilación de su madre, en enero, esta profesora de cocina y pastelería de la Escuela de Hostelería de Pontedeume y su marido, Manuel Villar Álvarez, administrador de la empresa, han emprendido una nueva etapa para afianzarse en el mercado nacional -su producto estrella se comercializa por toda España desde hace un par de décadas- e iniciarse en la venta on line, lo que les permitirá exportar el suculento pastelón de Cedeira.

La tienda virtual (en www.arribi.es) ya se encuentra disponible y esperan solventar algún imprevisto para tenerla plenamente operativa a lo largo de este mes. De momento, ya han atendido un primer pedido efectuado desde Roma, por un vigués que trabajaba en Ferrol y se ha mudado a la capital italiana, donde adquirió, a través de Internet, un pastelón de Cedeira. Las características de la masa (preparada según la fórmula original, que eluden desvelar), «salada, hojaldrada, consistente, sin parecido al hojaldre tradicional», alarga el período de caducidad hasta seis días, lo que facilita los envíos del producto, pese a su carácter perecedero. El Horno Artesano Arribi cuenta con una plantilla formada por 15 personas, entre los empleados del obrador y el despacho (en Cedeira), y los comerciales (trabajan con vendedores propios en las comunidades de Asturias y Madrid, y en el resto de las provincias operan a través de distribuidores independientes).

La producción anual supera las 25.000 unidades. «Todo se hace de forma artesanal, sin ninguna máquina, y eso reduce la capacidad. En lo esencial, que es la elaboración de las masas, los rellenos y el montaje, siempre se hará todo manualmente; sí podríamos acabar automatizando el proceso de envasado, lo que nos permitiría producir más», explica el administrador. La facturación ronda los 700.000 euros al año y si los planes de crecimiento, con la introducción de la venta on line, se cumplen, el objetivo de esta nueva fase es alcanzar el millón.

«Pero este es un negocio muy difícil -insiste Villar-, que necesita el poso de muchísimo años. Si no, es imposible. Tienes que vender un producto de calidad». Ahí reside su principal baza, la elaboración de un producto de máxima calidad y extraordinario sabor, que presentan en dos formatos, de 1,4 y de 2,8 kilos, con precios que oscilan entre los 15 (atún) y los 35 euros (langosta con rape) en el tamaño pequeño (en el grande casi se multiplican por dos). Si la masa se obtiene siguiendo la fórmula original, para conseguir la textura «perfecta»; los rellenos han evolucionado, de la mano de Arribi Barcia, que destaca «la materia prima, de primera, y un tratamiento culinario exquisito». El Horno Artesano Arribi prepara y comercializa 16 especialidades de pastelón de Cedeira: de atún, atún con pisto, bacalao, bacalao con pasas, bacalao a la vizcaína, congrio, langosta con rape, merluza en salsa de gambas, pollo guisado, pulpo, raxo, sardinillas, sepia en tinta al albariño, verduras a la crema, zamburiñas y zorza.

Antes de incorporar nuevas propuestas -pretenden sacar dos cara a la próxima Navidad y experimentan ya con otras variedades-, hay un intenso trabajo de laboratorio. «Soy la que hace los guisos, diseña los interiores (...). Hacemos muchísimas pruebas antes de decidir sacar un producto nuevo al mercado, hay mucho análisis e investigación detrás», comenta, consciente de la responsabilidad que entraña llevar el nombre de un negocio centenario, cuya fama se remonta a finales del siglo XIX. El mercado gallego «es el más complicado», asegura Villar: «La dificultad, en Galicia, está en la competencia de la empanada, aunque nuestro producto no tiene nada que ver (...), pero nosotros no vamos a competir en precio con la empanada de ocho euros, pero sí en calidad». También afrontan el fenómeno «imitación», aunque inciden en que su receta es la genuina, con 141 años de historia.

Los cambios introducidos en los últimos meses les han permitido «recobrar» impulso y encarar el futuro con expectativas de crecimiento. En la etapa anterior, los padres de la actual propietaria de Arribi accedieron, con buenos resultados, al mercado nacional, y los productos del horno artesano cedeirés se expenden desde hace unos veinte años en tiendas delicatesen, jamonerías, charcuterías e incluso en algún restaurante, «en todas las provincias», subraya el administrador.

Un acuerdo con una empresa de transporte permitirá en breve poner en marcha el último proyecto, la venta del pastelón de Cedeira a través de Internet. Del obrador de Arribi también salen algunas tentaciones dulces, como los brazos de gitano, las eses (galletas con esa forma) o los mantecados, «que son muy típicos de Cedeira». La representante de esta dinastía de maestros artesanos aspira, como sus predecesores, a la «excelencia culinaria».

Cuenta con una plantilla de 15 personas y produce más de 25.000 unidades al año, de 16 especialidades

El pastelón de Cedeira tiene una fecha de caducidad de seis días | ángel manso