Las cocinas gallegas llegan a Londres

Rita Álvarez Tudela

INTERNACIONALIZACIÓN

? Precios asequibles y calidad son las garantías que ofrece Jacobo de Rada a sus clientes británicos ? Antes del Reino Unido ya estuvo en Australia

10 feb 2016 . Actualizado a las 09:15 h.

Jacobo de Rada nació en Meis (Pontevedra), pero lleva casi dos décadas viviendo en Londres. Hace un trabajo que sorprende a muchos, la venta e instalación de cocinas traídas directamente desde Galicia, en concreto de Cocinas Marcial, en Teo, A Coruña.

No siempre se dedicó a esto. Cuando llegó a Reino Unido encontró trabajo fácilmente en el mantenimiento de un hotel, pues había hecho algo similar cuando había vivido en Australia, trabajando en el Club Español en Sídney, que contaba en aquel entonces con la friolera de 60.000 socios.

Asegura que nunca tuvo problemas de inglés, pues aunque había llegado con el del instituto, pero se ocupaba él de mejorarlo con un dictáfono en el que practicaba por las noches. Tampoco tuvo miedo de entrevistarse con el cónsul australiano en Madrid y decirle que se iba a Australia de turista tres meses, pero que terminaron convirtiéndose en seis años, en parte por su espíritu aventurero.

Tras un breve regreso a Vilargarcía de Arousa, puso un pie en Londres junto a su familia. Del hotel pasó a una empresa de construcción y de ahí a una compañía de cocinas que terminó quebrando. Con la cartera de contactos hecha y muchos clientes en el bolsillo, lejos de volverse a Galicia, prefirió abrirse camino siguiendo sus instintos y respondiendo a la demanda por cocinas de calidad que había encontrado.

«La gente aquí quiere buena calidad y cocinas hechas a medida, pero entonces se les va de presupuesto, y ahí es donde aparecemos nosotros», explica De Rada, destacando como en su proceso de intermediario con el cliente y el fabricante goza siempre de buena comunicación en un ambiente familiar y cumpliendo los plazos.

Desde que un cliente se pone en contacto con él hasta que le hace la entrega de la cocina pueden pasar una media de 30 a 40 días, pero les merece la pena esperar porque el precio es más asequible y el cliente puede decidir cada detalle frente a la limitación de muebles y opciones que hay en Londres.

Entre los productos con más tirón para la cocina, los lacados pero también piedra en color negro y silestone en blanco y gris. Además, muchos confían también en él para los baños y otros muebles. «Aquí siempre hay trabajo y funciona el boca a boca. La mitad de mi clientela ahora es española», cuenta De Rada, a la espera de que llegue a Londres su amigo de la infancia, Manuel Ángel Rivas, para sumarse al negocio y ayudarle a abarcar más mercado.

público más flexible

Para este constructor, el público británico es más flexible que el español, en el sentido de que aceptan más opiniones de un experto y no llegan con ideas fijas. Además, también admira su capacidad de decisión. «Sé que en menos de 24 horas después de presentarles el diseño me van a contestar», dice De Rada, mientras se ríe y añade, «y aquí tampoco hay problemas de pago, la mitad del importe lo pagan por adelantando y el resto en el momento de la entrega».

Sin embargo, no todo es fácil. Lamenta el tráfico de Londres y lo difícil que es aparcar la furgoneta en muchas calles cuando hay que hacer una entrega y descargar cajas llegadas desde Galicia y herramienta para la instalación. Eso por no hablar de los edificios antiguos, donde las paredes y los suelos están a desnivel, dándole más de un dolor de cabeza a la hora del montaje.

Asegura que los clientes deciden cada detalle frente a las limitaciones de la oferta mobiliaria que hay en Londres