Álex Andión, el príncipe del waterpolo que nació en Pontevedra y triunfa en Europa

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

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Álex Andión, este domingo, en la fuente de los niños de Pontevedra
Álex Andión, este domingo, en la fuente de los niños de Pontevedra CAPOTILLO

El jugador pontevedrés acaba de proclamarse campeón de la Nordic League con el Tenerife Echeyde

17 jun 2024 . Actualizado a las 10:45 h.

En el álbum de fotos de Álex Andión hay una que diez años después es especialmente significativa. Aparece siendo un crío junto a Albert Español, uno de los jugadores olímpicos de la selección de waterpolo. Se hicieron una instantánea en un campeonato de Zaragoza al que acudió el combinado nacional. Él, que acababa de empezar a practicar esta disciplina, estaba emocionado. No sabía, y mucho menos pasaba por su cabeza, que muchos años después, Albert sería su entrenador en Tenerife. «Le he enseñado la fotografía y le conté la anécdota», reconoce Álex, que sigue cumpliendo sueños dentro de la piscina.

No nació en Cataluña. Es gallego, de Pontevedra. Así que destacar en el mundo del waterpolo tiene aún más merito cuando se aprende lejos de tierras catalanas, donde la tradición de este deporte ha forjado jugadores de leyenda. A sus 21 años acaba de proclamarse campeón de la Nordic League, una liga internacional en la que participan 22 equipos de 14 países, con el Tenerife Echeyde. Tras acabar la competición con un triunfo bajo el brazo, Andión dejó las islas para pasar unos días en Pontevedra junto a su familia.

Le toca descansar después de una temporada de altibajos en la que lograron enfilar una buena racha en las últimas ocho jornadas. Y la exigencia de esta disciplina hace que lleguen al final del campeonato ya casi sin fuerzas. «Entreno tres horas por la mañana y un par de ellas por la tarde», explica Álex, sin que en sus palabras se vea el mínimo atisbo de cansancio. Más bien todo lo contrario. Es de los que cree que el sacrificio tiene su recompensa y esa afición que empezó siendo un crío de la mano de sus primo, sigue dándole cada vez más alegrías. Como la mayoría de los niños, su primer contacto con el mundo del deporte es dándole patadas a un balón. Él no fue diferente. Empezó con poco más de tres años y le gustaba. De hecho, se pasó casi una década practicando este deporte en el equipo pontevedrés Portero 2000 hasta que uno de sus primos lo animó a probar el waterpolo. «Tenía doce años y estaba un poco saturado de algunos padres y de los niños que se creen que son Messi», reconoce Álex. Desde el primer minuto que saltó a la piscina se enganchó. Cambió los botas con tacos por las chanclas. «Era alevín de segundo año cuando empecé y al poco tiempo dejé el fútbol porque tenía que repartir el tiempo entre los estudios y el waterpolo», señala.

Apenas unos años después, esas cualidades que desplegó en el Club Waterpolo Pontevedra llamaron la atención del Sabadell, que se lo llevó cuando tan solo tenía 16 años. «A principio es duro porque echas de menos a la familia, los amigos, echas de menos todo, pero que se fijen en alguien de fuera de Barcelona es una oportunidad que no puedes dejar escapar», señala Andión, que reconoce que a pesar de lo duro que fue dejar Pontevedra, guarda amigos para toda la vida. Sus padres le dijeron desde el primer momento que la decisión de irse, era solo suya. Ahora, casi cinco años después, cree que acertó. «Antes de irme fui a un psicólogo deportivo para prepararme porque sé que hay gente que no pudo aguantar», advierte sobre la exigencia del waterpolo: «La intensidad, el nivel de la técnica, ... los entrenamientos pasaron a ser muy físicos, muy duros y acabas reventado».

Tras pasar por el Sabadell, fichó por el Rubí y ahora está en Tenerife. El waterpolo se ha convertido en el eje de su vida, pero es consciente de que el idilio se acabará. «No puedes vivir de este deporte, ni siquiera lo hago ahora», explica. Álex lo compagina con los estudios de Actividad Física y el Deporte porque sí que se ve en el futuro dedicándose a enseñar.

Este joven pontevedrés sabe el esfuerzo que hay detrás de cada partido y si tuviese que pedir un deseo, sería que el waterpolo ganase visibilidad. «Es duro ver el esfuerzo que haces, los entrenamientos, los viajes o el cansancio y la falta de repercusión. Eso influye en que no haya demasiados patrocinadores. Las chicas del Sabadell fueron campeonas de Europa y ¿quién lo sabe?», reflexiona. Él se ha encargado de hacer crecer este deporte en Pontevedra, donde el Club Waterpolo Pontevedra se encarga de formar a una cantera que está dando sus frutos. Compiten en Segunda nacional y esta semana han felicitado a Álex por su trayectoria. Se alegran de unos éxitos, que también sienten como suyos. Y es que Andión regresa a casa este fin de semana después de ser el MVP en la final de la Nordic League.