Míchel Alonso: «Yo jugaba mejor al baloncesto»

DEPORTISTAS

Tras toda una vida en banquillos gallegos, el técnico ferrolano despunta en Formentera

02 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Empezó con apenas veinte años en un banquillo y su trayectoria profesional le ha llevado por algunos de los campos más emblemáticos de Galicia. Ahora, ha saltado fronteras. El técnico Míchel Alonso (Ferrol, 1974) encara su segunda temporada en Formentera.

—Tras veinte años en Galicia, ¿cómo surgió el proyecto de marcharse a más de mil kilómetros?

—Siempre tuve en la cabeza marcharme. Aunque tenía un año más de contrato con el Coruxo, lo decidí romper y, a raíz de ahí, surgió la oportunidad. Se juntaron las ganas de salir y el conocer el club de destino, porque el anterior entrenador es mi amigo.

—Empezó muy joven como entrenador.

—Llevo muchos años en el fútbol, pero toda mi carrera había sido en Galicia, en Baleares no me conocían. Creo que en todos los aspectos, por experiencia de vida y a nivel deportivo, Formentera ha sido una buena apuesta.

—También pasó por varias direcciones deportivas.

—En el Rápido de Bouzas empecé así y acabé de entrenador. Antes había estado en la dirección deportiva del Deportivo, y todo vino por ahí. Mi idea en aquel momento era tirar por esa parte del fútbol pero, casi sin quererlo, volví a ser entrenador.

—¿Por qué se decantó por el banquillo?

—El tiempo que estuve sin entrenar echaba mucho de menos el día a día. De director deportivo el trabajo va más enfocado a ver partidos. En Somozas, Rápido de Bouzas, Coruxo, Formentera... también fui el encargado de diseñar las plantillas. Así que creo que he estado haciendo un poco ambas cosas.

—¿Qué rasgos tiene un equipo de Míchel Alonso?

—Me gusta adaptarme a lo que tengo. A partir de esa base, me gusta que mis equipos tengan energía, que transiten bien, rápidos... Quiero que tengan esos rasgos.

—¿Se mira en algún entrenador?

—Me considero autodidacta. Nunca tuve alguien en el que me refleje, aunque sí mucha gente que me gusta.

—Pero usted sí ha influido, a uno de sus hijos.

—Miguel está ahora de ayudante en el equipo cadete de Lugo, de División de Honor. Es lo que vio en casa, toda la vida, un padre que se dedicó desde siempre al fútbol. Entiendo que le viene por ahí.

—¿Le da consejos?

—Hablamos, sobre todo, de futbolistas. Tiene un gran dominio de todas las categorías. Controla, quizás más que yo. Cuando tengo que fichar, me apoyo yo más en él.

—Ahora está centrado en el mundo del fútbol, pero le dio también al baloncesto.

—Si, ¡aunque no lo parezca por la altura! De hecho, siempre digo que creo que jugaba mejor al baloncesto que al fútbol. Estuve en el OAR, muy joven, con 14 y 15 años, donde jugué con Lino López. Cuando nos vemos nos saludamos, creo que se acordará de mí. Lo disfruté muchísimo.

—¿Por dónde le llevó su carrera deportiva futbolística?

—Estuve en la cantera Dos Amigos y en el Meirás, y luego ya empecé a entrenar, muy joven, con veinte años. Pasé por el Galicia de Caranza, O Val, As Pontes, Somozas, Rápido de Bouzas, Coruxo, Formentera...

—¿Cómo un joven de 20 años decide probar suerte de entrenador?

—Antes ya tenía inquietudes. Con 15 o 16 años ya me gustaba. Y vino por muchas cosas. Tuve un hijo pronto y no seguí como jugador. Empecé a entrenar en el Galicia de Caranza, y ya no paré.

—Le salió bien la jugada.

—Puedo vivir de esto, que ya es mucho.

—Pero sus inicios estuvieron marcados por un grave accidente de tráfico.

—Fue hace ya veinte años. Había debutado con el As Pontes un año antes como primer entrenador en Regional Preferente. Veníamos de jugar en Viveiro, por la autovía As Pontes-Ferrol. Me reventó la aorta como consecuencia del siniestro. Fue un milagro salvarme. Lo que me queda de ese año es mucho agradecimiento. A Xaime, al presidente. Estuve tiempo de baja y me esperó. Fue dura la vuelta.

—Cuando uno pasa por un momento así, ¿saca una lección para aprender a disfrutar de la vida?

—Este tipo de sucesos te ponen en contexto lo que es verdaderamente importante. En esta profesión, que desgasta tanto. Ahora, cuando pierdo algunos partidos seguidos, echo la vista a este tipo de cosas. Desdramatizas.

—¿Cómo va la temporada en Formentera?

—Estamos cumpliendo, lo primero, el objetivo del equipo, que es mantener la categoría. Diría que estamos en el grupo más complicado de los cinco de Segunda Federación. Vamos sextos, mejor de lo previsto.

—¿Pudo regresar a Ferrol para disfrutar de las Navidades?

—Pude volver por Navidad, me tocó regresar a Formentera, y luego otra escapada exprés por Fin de Año. Mis hijos y mi mujer están en Ferrol.

—¿Es complicado compaginarlo?

—En invierno hay que coger dos aviones, llegar a Ibiza y luego coger un barco. Ahora el puerto está cerrado a las diez de la noche. Limita mucho. Pero tengo la suerte de que mi mujer puede escaparse y venir.

En corto

Amante de la naturaleza y de las playas, el técnico ferrolano disfruta de vivir en uno de los paraísos de costa más visitados del mundo.

—¿Se queda con las playas de Formentera o con la costa de Ferrolterra?

—¡Uf! Depende. Elegiría el agua de Formentera, sin duda. El color azul y su temperatura, fresca pero que permita estar dentro todo el tiempo que quieras, marca al diferencia. ¡No como en la nuestra, que sería inviable! Pero como paraíso, Galicia sin duda. Me quedo con la playa de Meirás.

—Trabaja en una isla emblemática por el turismo. ¿Veranea en Ferrol o en Baleares?

—Tiro más por volver yo a Galicia. Aunque a mi mujer le encanta Formentera.

—Cuando le toca volver al trabajo, ¿se lleva algo de Galicia en la maleta? ¿Algo de comer?

—Realmente no. Lo que sí es cierto es que, cuando regreso a Galicia, me como un plato de caldo al momento. Me encanta y en Formentera no lo tengo. Es lo primero que hago.

—Y ¿al revés? ¿Hay algo de Formentera que le pidan en Ferrol?

—Lo que me pide todo el mundo es poder ir a visitarme, más que nada.

—¿Es buen embajador de la zona?

—Soy bastante pesado en Formentera con que Ferrol es un paraíso. Les insisto mucho en que tenemos las mejores playas que hay en nuestro país. Lo que sí es cierto es que las tenemos mucho peor vendidas. Siempre estoy enseñando a todo el mundo fotos de Valdoviño.