David Vilán, un gallego en la fase final de la Youth League: «Solo verte aquí ya es un sueño»

DEPORTISTAS

El extremo competirá en Nyon con el juvenil del Atlético que dirige Fernando Torres

22 abr 2022 . Actualizado a las 08:54 h.

El Colovray Sports Centre de Nyon será testigo de la fase final de la Youth League. Por una plaza en la final —que se disputará el lunes 25— se enfrentan hoy el Juventus con el Benfica y el Salzburgo ante el Atlético de Madrid. «Cuando estaba en el Celta, veía la competición desde mi casa y me parecía increíble. Ahora estamos a un pasito de poder ganarla». David Vilán Alonso (Soutomaior, 2003) ha participado en cada escalón que ha ido dando el Atleti. En octavos dejaron fuera al Real Madrid, al que también aventajan en Liga. En cuartos, al Borussia de Dortmund.

Vilán está bajo las órdenes de Fernando Torres. «Al principio, cuando sabes que va a ser tu entrenador flipas, te impacta. Sus consejos los tomas como si te fuera la vida en ello. Cuando pasa el tiempo, es uno más. Un tipo humilde y muy respetuoso. Me dice que soy importante y tengo que ser determinante. Que hay momentos para ello, eso marca el devenir de una carrera y hay que estar preparado», dice el futbolista.

«Ha aprendido a sufrir»

David, un extremo puro de los que ya poco se estilan en el fútbol moderno, ha tenido que adaptarse. Torres utiliza habitualmente un 5-3-2, un esquema que prescinde de esa carta. «Este año me perjudicó un poco el sistema de juego porque al final la figura del extremo no está y es mi posición natural. Me gusta encarar. Pero me sigo sintiendo importante», admite. «Siempre ha sido un jugador ofensivo. Tiene habilidad y desborde. A veces juega de carrilero, aunque no es su posición ideal. No le ha quedado otra que aprender a defender. Con el Celta la liga era flojita y, jugando de extremo, apenas bajaba. Ha ganado físico, ha aprendido a sufrir en el campo. Hace muchos más kilómetros. Lo que más me gusta de él es el manejo de las dos piernas, lo ha tenido desde pequeñito», indica David, su padre. «Son un bloque muy rocoso, es muy difícil hacerles gol. No tienen mucho el balón, pero en ataque hacen daño. Juegan parecido a lo que pretende Simeone en el primer equipo», añade, a la vez que subraya la capacidad que ha tenido el joven para adaptarse al cambio de club: «Pensé que lo iba a pasar fatal».

Vilán, con sus padres, en el Wanda Metropolitano
Vilán, con sus padres, en el Wanda Metropolitano

Tanto padre como hijo habían visto en su casa el ejemplo de lo que podía pasarle. Durante los años que estuvo en Vigo, David coincidió con Arnau Farnós, un delantero catalán, criado en la base del Barcelona, al que el Celta fichó como adolescente. La familia Vilán ejerció como soporte.

«Si no es por él, me hubiese ido»

«Unos meses después de llegar a Vigo, me vino un bajón enorme. Tenía 15 años, estaba a 1.100 kilómetros de mi casa y se me hizo todo muy difícil. David iba conmigo a clase y le pedí si me dejaba ir a pasar unos días a su casa, que echaba mucho de menos a la familia», recuerda Arnau, ahora en el Girona. «David me ayudó mucho, me cuidó como a un hermano. Si no hubiera sido por él, igual lo hubiese dejado, me hubiese ido», admite Farnós. De los primeros días que pasó en casa de David, guarda Arnau una anécdota. «Le pregunté si en su pueblo no había un campo de fútbol para ir a darle unos chuts. Nos colamos en uno y el alcalde llamó a su padre para decirle que no podíamos entrar allí sin permiso».

David Vilán, con Arnau Farnós, el pasado verano en Galicia
David Vilán, con Arnau Farnós, el pasado verano en Galicia

David y Arnau jugaron juntos en el Celta dos temporadas. Arnau no solo pasó en casa de David aquellas fechas, volvió después muchos fines de semana. También en vacaciones, tras haber dejado el Celta, casi a la par que David. «Le hacía falta cariño familiar y estuvo mucho tiempo con nosotros», corrobora Vilán padre.

Arnau conoce bien a David, dentro y fuera del campo. «Es ambidiestro, rápido y muy intenso. Como Dembelé, que no sabes si te va a salir por la derecha o por la izquierda. Defender ya no le gustaba tanto. Y lo ponen de lateral. Ahora, o corres para atrás, o no juegas. Farda que lleva tres goles en Liga y yo le digo que yo también», se ríe Farnós, que no oculta la sana envidia por la experiencia que Vilán vivirá en la fase final de la Youth League. «A nivel de clubes, es lo más grande a lo que podemos aspirar». Su amigo lo corrobora. «Solo verte aquí ya es un sueño».

Fuera del césped, Arnau traza a David como un tipo tímido. «Hasta que no coge confianza, es introvertido. Cuando la tiene, es un tío gracioso». Su padre marca un perfil similar. «Es muy reservado y hogareño. Le gusta estar solo», mantiene. «A veces, cuando no juega, le pregunto cómo está y me dice: ‘No pasa nada, habrá que mejorar’. Eso me hace ver que lo que ha vivido lo ha centrado más y tiene la cabeza en su sitio», remata.

Una abrupta salida del Celta: «Fueron mezquinos, barriobajeros»

David Vilán llegó al Celta como alevín, con 11 años, desde el prolífico Santa Mariña. Sus primeros pasos junto a la pelota los había dado en el Casa Paco de Redondela. De Vigo se marchó en noviembre del 2020, después de meses virtualmente al margen de la competición. «En el Celta no es que haya acabado muy bien la cosa», admite el joven. Su padre profundiza en una situación que le dejó marca: «Nunca nos planteamos salir de casa. No veíamos la necesidad de sacarlo de su ámbito, de sus amigos. Sabíamos que había interés de varios clubes. La situación nos forzó a ello. Se volvió insoportable», admite.

David Vilán, durante su etapa en el Celta, en un derbi contra el Dépor
David Vilán, durante su etapa en el Celta, en un derbi contra el Dépor

Las diferencias contractuales provocaron represalias y David dejó de jugar. «No fue fácil para él. Yo estaba muy preocupado. Lo pasé fatal, sufría, y mi mujer más. Estuvimos casi un año con estas vueltas. Él chaval lo pasó muy mal. No fueron señores, se pasaron mucho. Ya no conmigo, que podrían pelearse con su padre. Lo hicieron con el chico. Fueron mezquinos, barriobajeros. Quedé muy descontento. Llegó un momento en el que lo tuvimos muy claro. Era insostenible, como padres no lo podíamos permitir. Teníamos que proteger a nuestro hijo a toda costa», sostiene Vilán.

En aquel momento, varios clubes se habían interesado ya por llevarse a David. Entre ellos, el Atlético de Madrid. «La decisión la tomó él. No su padre, ni su madre. Nos reunimos con ellos. Así como David se sentó en el coche me dijo: ‘Lo tengo claro ya’. A esa edad, con 17 años, él tiene que aportar sus ideas, saber lo que quiere. La gente puede pensar que son los padres los que se meten. En este caso no. Yo no quería que el día de mañana me pudiera echar en cara que acabó allí por culpa mía. Estaba viendo que con todo eso lo estaba pasando fatal y le afectaba también en los estudios. En Madrid consiguió levantar toda una evaluación», añade el padre del futbolista. «Es un club grande, pero funciona de forma muy familiar. La propuesta deportiva era buena. No me costó decidirme», mantiene David. Firmó por cinco temporadas. Ahora cursa Administración y Dirección de Empresas.