Un vigués en el mundial de motocrós

DEPORTISTAS

Rubén Fernández manda en el inicio del Nacional y se deja ver entre los mejores del planeta

03 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los focos de la apertura del Mundial 2020 de motocrós apuntaban al lucense Jorge Prado, debutante en la máxima categoría con un zurrón en el que cuenta con dos títulos intercontinentales de MX2. Y en esta última categoría compite ahora otro gallego que se busca las habichuelas en la espectacular modalidad del todoterreno. Rubén Fernández García (Vigo, 1999) era uno de los pilotos de Yamaha en el Gran Premio de Gran Bretaña y también cobró su cuota de protagonismo en la segunda categoría.

El vigués se forjó como piloto en el seno de una familia motera en la que su progenitor, Paco Fernández Rial, también compitió varios años y abonó de paso el terreno para sus hijos: «Mi hermano Sergio es el que le ha dedicado más tiempo, porque Fran lo dejó pronto», matiza el actual líder del Campeonato de España de MX2. Y es que el año ha empezado con grandes sensaciones para Rubén: «Conseguí ganar las dos mangas en Albaida y las dos de Talavera, así que las cosas no podían salir mejor. El plan es ir alternando el Nacional y el Mundial, siempre que sea posible». De hecho es su segunda tentativa entre los mejores del planeta, puesto que ya lo intentó en 2018, si bien se vio obligado a bajar al Europeo al año siguiente.

La motivación y las ganas son máximas, como demostró Fernández García en el circuito británico de Matterley Basin: «Fue un fin de semana complicado, con lluvia, mucho frío y aire. De las tres sesiones del sábado solo se disputó una para formar la parrilla». Con hambre de moto, el vigués se guardó las ganas para el domingo y, desde luego, no pasó desapercibido en las dos mangas cronometradas.

«En la primera salí mal y eso te hace la carrera muy complicada, aunque tuve buen ritmo y logré una remontada importante, algo que es difícil en el Mundial por la igualdad reinante entre la mayoría de los pilotos. Aun así, me había descolgado a la vigésima posición y logré llegar al top diez, incluso cerca del noveno, porque me faltó alguna vuelta más para darle caza», relata Rubén.

Y la experiencia aún pudo ser más satisfactoria en una segunda carrera en la que el representante de Vigo batió registros de adrenalina en su organismo, puesto que llegó a moverse en posiciones de podio: «Volví a salir mal, pero no sé ni cómo sucedió que logré situarme quinto después de las primeras curvas, luchando con algunos de los pilotos punteros de la prueba. Apreté para dos adelantamientos más, pero cuando me puse tercero, se rompió la moto».

Todo un corte de rollo, porque de pugnar centímetro a centímetro con el danés Thomas Kjer Olsen y el francés Tom Vialle, tocó volver a boxes antes de tiempo. Los problemas con el propulsor de su moto eran, en todo caso, una posibilidad que se reflejaba en la hoja de ruta de Fernández antes de llegar a las islas: «Por ahora no estamos al nivel de otros. En motocrós necesitas potencia en el motor para las salidas, porque si no te metes pronto delante, se compromete mucho la carrera. Nosotros trabajamos para que llegue el nuevo motor, pero de momento estamos con uno del año pasado y en desventaja con muchos de nuestros rivales».

Puro motociclismo, un mundillo en el que tienen que encajar todas las piezas, aunque un deportista como Rubén Fernández, que lo mamó desde pequeño, no es de los que se amilanan con facilidad: «Comencé a montar en moto a los cinco años y a los seis ya estaba compitiendo. Al terminar la ESO me plantearon una oferta de un equipo holandés y no lo dudé, allí podía progresar como piloto, así que me marché. En Holanda o Bélgica hay mucho nivel y más posibilidades de realizar entrenamientos de calidad. Es algo que no sucede en España, donde los primeros tienen buen nivel, pero baja en el grupo perseguidor».

Y el gen emigrante de este gallego no se detuvo en los Países Bajos, ya que dio el salto a Italia para enrolarse en la escudería SDM Corse. Con la moto de la marca nipona de los tres diapasones, el vigués pretende seguir escalando puestos en el escalafón del motocrós mundial, aunque la inversión que requiere el calendario internacional es notable: «De Inglaterra nos vamos a Holanda y después volveremos al Campeonato de España, con la carrera en Malpartida de Cáceres. De vuelta al Mundial tocará un desplazamiento largo, a Argentina».

Veintidós citas

Y la de Neuquén, en el cono sur, no será la única odisea del Mundial, que también tiene previsto visitar Indonesia, con la disputa de dos grandes premios en Yakarta y Palembang. Aunque puede realizarse algún retoque de aquí al final del calendario, destaca además el regreso del Gran Premio de España, en la localidad madrileña de Arroyomolinos, sobre el nuevo circuito Intu Xanadú. El vigués Rubén va subraya fechas: «Es importante correr otra vez en casa. Este año, que haré además el nacional completo, estaré más veces en Vigo, porque en los anteriores era más complicado». Y seguirá dando gas por todo mundo.