Doble oro mundial para una novata

La Voz VIGO

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La viguesa Esperanza Barreras, afincada en Fuerteventura, conquista dos medallas en pádel surf

30 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Esperanza Barreras (Vigo, 1984) aún no se cree que se haya colgado al cuello dos medallas de oro en su primera participación en un mundial de pádel surf, en El Salvador. Afincada en Fuerteventura desde hace seis años, sus inicios fueron en el mundo de la vela siendo una niña, ya que proviene de una familia con gran afición a navegar. Y aunque ahora triunfa en una modalidad distinta, siempre ha tenido claro que lo suyo es «estar en el agua cuanto más tiempo mejor».

La viguesa llevaba desde enero preparando esta cita tras dos años compitiendo a nivel canario y con alguna incursión en competición nacional. «Pertenezco al club Onexe de Fuerteventura y fue allí donde un día cojo una tabla, empiezo a remar y me va enganchando», explica su cambio de disciplina. «Allí hay mucha cultura del deporte, sobre todo del mar. Cuando yo me fui lo hice buscando el buen clima para pasar todo el día en el agua», comenta.

Una vez centrada en el pádel surf y tras ese período de competiciones menores, se propuso entrar en el equipo español para poder estar en el mundial donde ahora se acaba de coronar por partida doble. «Para nada esperaba estos resultados. El año anterior, sin prepararme mucho, había quedado tercera y mi meta era entrar este año. No conocía a las competidoras, así que igual podía calcular entrar en un top-5, pero no tenía mucha idea y desde luego no contaba con esto», comenta con entusiasmo.

Cree que la clave no ha sido otra que el trabajo en equipo con sus compañeros en Fuerteventura. «No son resultados solo míos, son de todo el equipo, de estar saliendo al agua cada día un grupo de seis o siete tablas con niños de quince a 17 años», comenta la que además de deportista es entrenadora en SUP y vela, esta última, disciplina donde sí tenía experiencia mundialista previa. «Pero este es mi mejor resultado, sin duda. La línea la crucé yo, pero detrás hay un trabajo de equipo muy grande con mi entrenador, Óscar Ruiz, y los júnior del club que han trabajado conmigo cada día».

Su primera medalla llegó en larga distancia, una carrera de 15-20 kilómetros donde la clave es «resistencia y tener cabeza» y en la que eran un total de 20 competidoras. Barreras cometió un error en el recorrido y sus perseguidoras hicieron lo propio. «Eso nos obligó a dar una vuelta más al recorrido, seis kilómetros extra. Solo pensaba en mantener la distancia con las de atrás y conseguí llegar primera», rememora.

La carrera técnica, que fue la otra competición en la que se impuso, consiste en cinco kilómetros con «zonas técnicas de pasos por rompientes y giros de boya, más intensa». Tras el segundo giro de boya compartía liderazgo con una rival francesa. «En la última vuelta consigo el interior en la boya para jugarnos la carrera en los últimos cien metros. Ahí ya solo me queda pensar que esto se termina para mí y tengo que dar todo lo que me queda. Consigo adelantarle al esprint final y ganar la peleada carrera», relata. En esta prueba hubo semifinales y finales.

Las condiciones meteorológicas fueron un factor importante contra el que lidiar. «Hacía mucho calor, poco viento y olas. Al final lo más importante es intentar adaptarte a lo que te encuentras sin darle más vueltas», indica. Era su primera vez allí y asegura que le ha encantado. «Seguro que volveré para disfrutar del país». Pero lo hará convertida ya en doble campeona del mundo contra su propio pronóstico: «El trabajo duro es lo que lo ha hecho posible».