Raquetazos de futuro

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

DEPORTISTAS

Simón Arca dejó su club de Sanxenxo por una beca deportiva en Estados Unidos

29 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Simón Arca se está labrando un futuro a base de raquetazos. Empezó haciéndolo en Sanxenxo, pero su calidad le abrió las puertas de Estados Unidos. Tiene tablas, altura, un aire a Djockovic, y ganas, así que este verano hizo las maletas y se mudó a la unversidad de Boise State, en el estado de Idaho. «Tenía claro que este era mi destino y no tenía dudas, sino que las dudas vinieron en los últimos meses cuando estaba feliz en España y sabía que iba a estar meses sin ver a mi familia», comenta Arca desde la residencia donde vive en Idaho.

Muchos de sus recuerdos están ligados a una raqueta de tenis. Desde que tiene seis años juega a este deporte, al que llegó de casualidad. Su primera idea era el baloncesto, «pero como no había sitio en el equipo, mis padres me metieron en Vigo», comenta. Sus primeros años comenzaron en el Mercantil y el Náutico de Vigo, pero su calidad hizo que el entrenador Noli Álvarez, del Círculo Cultural y Deportivo de Sanxenxo, se fijase en él. «Es talentoso, agresivo, valiente y creativo», reconoce su técnico.

Su evolución natural sería los Estados Unidos. Varías universidades estuvieron interesadas en él, pero fue finalmente la de Boise la que convenció a Simón. «Vi los programas de ingeniería y de tenis que ofrecían y esta es la que más se adaptó a mis necesidades, se interesaron más en mi porque yo en España tenía muy buen ránking», subraya este joven tenista, que está en Estados Unidos por una beca deportiva de un año y «si todo va bien» te renuevan por otro y así sucesivamente. Va por buen camino. Arca compite en la división 1 de la NCAA (National Collegiate Atlhetic Association), una liga universitaria que le mide a los mejores del mundo. Simón llegó a ser tercero en el ránking júnior español, pero cuando más lejos llegaba más dificultades encontraba para poder compatibilizar estudios y tenis.

La única salida era trasladarse a Estados Unidos, donde ahora compagina el deporte con sus estudios de ingeniería. El próximo año tendrá que escoger una rama de esta disciplina y aunque tiene alguna duda, la robótica es la que más le tira.

El futuro está lejos

Simón Arca no quiere pensar en el futuro, «lo único que tengo claro es que voy a estar aquí cuatro años», señala este joven tenista, que en apenas cuatro meses ha visto como su vida dio un giro radical. Nuevo idioma y horas de soledad se convirtieron en losas que ahora ya casi no recuerda. «He pasado unas semanas duras, no conocía el idioma, ni a nadie y no estaba en mi mejor nivel, ahora me encuentro fenomenal con mis compañeros de tenis y he encontrado un grupo de españoles con el que estoy genial», reconoce. En 15 días volverá a Galicia y estará con su familia hasta el 10 de enero, fecha en la que regresará a Boise para empezar el segundo semestre. «A partir de ahí tendré cuatro días con tres horas diarias de clase, compaginando todo con el tenis», comenta Arca, que reconoce que «lo que más echo de menos, además de la familia, es la comida, solía comer mucho pescado y aquí no hay tanta variedad». A cambio tiene un mundo de oportunidades haciendo lo que le gusta. No se fija metas. Por ahora, el que entrenó a figuras como Agassi, Greg Patton, fue quien quiso tener a Simon Arca en la universidad, aunque finalmente no pudo entrenarlo. Y es que este vigués es uno de los diez tenistas españoles que juegan en la máxima categoría de la NCAA.