Carlota Blanco, primera española en jugar el All Star Base de Lituania

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

DEPORTISTAS

La joven vilagarciana, que el pasado verano acompañó a su padre Alberto en su experiencia en la élite báltica, es pieza destacada del líder de la Liga Sub-14

03 feb 2017 . Actualizado a las 12:12 h.

Llegó a Vilna, la capital de Lituania, a finales del verano pasado acompañando a su padre en su segunda temporada como entrenador ayudante en el Lietuvos Rytas, el segundo gran banquillo de un país que respira baloncesto por sus cuatro costados. Mañana, en Klaipeda, la joven vilagarciana Carlota Blanco Sánchez (23 de enero del 2003) se convertirá en la primera española en disputar un All Star Game Base del estado báltico. Una competición que reúne cada año y desde hace tres lustros a las mejores jugadoras del momento de las categorías Sub-14, Sub-15, Sub-16, Sub-17 y Sub-18, con tan solo cuatro o cinco precedentes de promesas extranjeras elegidas en un proceso de selección en el que participan los entrenadores de los clubes y los seleccionadores nacionales de las diferentes categorías, explicaba ayer desde el norte de Europa Alberto Blanco, el padre de Carlota.

Además de ser una de las 20 jugadoras en el partido de su categoría, la Sub-14, la arousana participará en dos de las grandes novedades del All Star lituano de este año, el concurso de tiro y un 3x3.

Hija de Mariola Sánchez, escolta tiradora con currículo en la Primera B, la antigua LF2, y breve experiencia en la Liga Femenina, Carlota Blanco es una de las cuatro elegidas para la gran cita de su equipo, la Escuela de Baloncesto Vilna. El club de la capital lituana asociado a unas de las grandes leyendas vivas del baloncesto del país, Sarunas Marciulionis. Con la arousana entre sus referentes, jugando en cualquiera de las tres posiciones exteriores con promedios que rondan los 14 puntos y 6 rebotes en unos 23 minutos en pista, el conjunto capitalino lidera la Primera División de la Liga Sub-14, en la que compiten los ocho mejores equipos del país.

«No me lo esperaba. Me lo contaron mis compañeras». Carlota reconocía ayer su sorpresa cuando conoció hace unas semanas su convocatoria para el All Star. Unos días antes de su cumpleaños, en un regalo por anticipado. «Estáo facendo moi ben, están contentísimos con ela», apunta el ayudante técnico del Lietuvos Rytas.

Padre e hija no esconden las diferencias entre el baloncesto español y lituano que en este momento de la formación de una jugadora benefician a la arousana respecto a sus compañeras locales. Así, mientras en España Carlota empezaba a jugar con 8 años, «en Lituania comezan máis tarde, con 10-11 anos». A lo que se suma el hecho de que mientras en Galicia en edad infantil «se pasa a canastra grande e balón grande, aquí cámbiase o tamaño da canastra, pero manténse o balón pequeno». Todo pensando en pulir la técnica de tiro, que cierra cada ejercicio que se hace en los entrenamientos, comenta Carlota.

Campeona benjamín y subcampeona alevín gallega con el C.B. Vilagarcía, «que Carlota acabe sendo campioa de Lituania sería fantástico», dice su padre. Pero añade, «ela veu aquí a estudar. O baloncesto é o deporte que xoga coas súas amigas. A súa nai e mais eu só queremos que o goce», sin más pretensiones.

Inmersión en inglés, y sueño con los Estados Unidos

Aunque vive con su padre, Carlota no tiene mucho tiempo para estar con él. Por las exigencias de Alberto en el cuerpo técnico de un equipo puntero no ya en Lituania, sino a nivel de Eurocup. Pero también por el horario que la joven tiene en su día a día. «Por la mañana voy al instituto -en lengua inglesa- de 8.30 a 15.45. De las 17.30 a las 19 entreno, y después me a casa, ceno y a la cama», relata. Lo que no quiere decir que no tenga vida social. Al contrario, Carlota cuenta con un grupo de amigas del instituto e hijas de otros empleados del Lietuvos Rytas con las que pasa el tiempo libre los fines de semana que a su padre le toca pasar fuera de Vilna.

Carlota dice que «lo que más me gusta de Lituania es que la mayoría de la gente habla muy bien inglés», y «lo que menos, el frío, y la comida, la llevo fatal». Pero lo tiene claro, sea en Lituania o en otro país, seguirá acompañando a su padre en el extranjero. Al menos hasta poder intentar su primer sueño, estudiar en una universidad de los Estados Unidos.