La ala-pívot marinense pone su talento al servicio del Lazio de fútbol sala
01 jul 2014 . Actualizado a las 11:19 h.Cecilia Puga, Ceci (Marín, 1987) sigue subiendo a un ritmo vertiginoso los escalones que llevan al cielo del fútbol sala. Hace un año, en su primera temporada en el Poio Pescamar, fue una pieza fundamental en el histórico ascenso del club a Primera División. Y tras el verano, llegó su explosión definitiva. Desde el primer partido de liga, Ceci ejerció como referencia ofensiva del equipo rojillo, superando los 30 goles a final de curso y jugando un papel fundamental para que el bloque dirigido por Marcio Santos lograse la permanencia sin apuros. Su calidad y carácter ganador no pasaron desapercibidos para el seleccionador nacional, José Venancio López, que se la llevó al Mundial, donde colaboró activamente para que España se proclamase subcampeona. Y ese talento del que hizo gala, ahora le ha llevado a convertirse en el primer fichaje del Lazio de fútbol sala femenino, actual campeón de liga y copa en Italia.
«No sé cuando me vieron jugar, pero se pusieron en contacto conmigo a través de un representante, hicieron todo lo posible para que pudiera estar allí y llegamos a un acuerdo», cuenta Ceci acerca de cómo se gestó su fichaje por el club romano. Las condiciones que le pusieron sobre la mesa parecían irrechazables. Además de una mejora económica sustancial, la entidad celeste le facilitará vivienda, un coche para desplazarse y los billetes para regresar a casa en los períodos en que no haya competición. «Allí eres profesional, es diferente que aquí», explica. Aunque reconoce que no fue una decisión fácil. «Me lo pensé bastante ?admite-. Pero lo hablé con mi familia y todos me apoyaron. Es una gran oportunidad para seguir creciendo en el fútbol sala», asegura.
La clave para decantarse fue que, en la plenitud de su carrera, la ala-pívot marinense buscaba un salto de calidad. Y las posibilidades que le ofrece el Lazio fueron determinantes. «Es un equipo que puede competir por ganar títulos, y para mí eso es lo más importante ahora», apunta.
Quien la ha visto jugar sabe que condiciones para triunfar en Italia le sobran. Con una técnica exquisita, Ceci es una virtuosa con el balón en los pies. Tanto es así, que hay quien la conoce como la Ronaldinha de Marín. Su capacidad para encarar y sorprender con regates imposibles se complementa con un potente disparo. Ya sea en carrera o a balón parado, sus latigazos con la zurda son un arma temible para sus rivales, y una bendición para su equipo. Y además, a esto añade una personalidad y un carácter ganador que le lleva a pelear cada balón como si fuese el último. Un abanico de virtudes que ya le han convertido en una de las referencias del fútbol sala femenino nacional con más proyección de futuro.
Madurez deportiva
El rendimiento de Ceci en la última temporada ha sido determinante para que la jugadora marinense despertase el interés de clubes fuera de España. Pero eso no significa que su irrupción en el panorama internacional haya sido fruto de la casualidad. Tras más de dos décadas entregada al fútbol -empezó a los cuatro años-, le llega la oportunidad que lleva persiguiendo desde hace mucho tiempo. Después de debutar con solo 15 años en División de Honor, la ala-pívot marinense ha pasado por clubes de fútbol sala como Ourense, Xeve, o Ponte Ourense, haciendo incluso una breve incursión en el fútbol 11, antes de encontrar el lugar ideal para demostrar todo su potencial en el Poio Pescamar.
Por eso, en el momento de la despedida, Ceci solo tiene buenas palabras para el club que le ha permitido explotar todo su talento. «Ha sido una de las mejores etapas de mi vida -afirma-. Los dos años que he estado en Poio me he sentido en casa, lo siento como el club de mi vida». Tanto es así que, más que adiós, le dice hasta luego. «Solo me queda dar las gracias y, con el tiempo, ojalá pueda volver», concluye.