
La coruñesa aspira con el campeón alemán a dar la campanada en la Euroliga
04 oct 2014 . Actualizado a las 11:49 h.Desapareció el Burgos para el baloncesto de élite este verano y solo unas semanas después nació una nueva Claudia Calvelo (Gijón, 1992) en otro punto del Camino de Santiago, a casi dos mil kilómetros, ruta jacobea arriba. La pívot coruñesa había abandonado su Galicia del alma el año pasado cargada de medallas con las categorías inferiores de la selección española en busca de un baloncesto profesional que le llenase deportivamente. Y se quedó a medias, muy a su pesar.
Con el Ensino en lo más profundo de su corazón y el Burgos en lo más hondo del pozo, Calvelo se enroló en las filas del campeón alemán, el TSV Wasserburg. Con la competición nacional bajo control, los objetivos del equipo pasan por la Euroliga.
Tras un aterrizaje con todo tipo de incidencias en Múnich (a una hora de Wasserburg), Calvelo fue introducida en el entorno del TSV por The Inspector Gunter y Christian, el hombre que facilita la vida a las jugadoras del equipo gracias a su manejo del inglés en la tradicional ciudad del distrito de Rosenheim. Solo unas semanas bastaron a la coruñesa para hacerse con el ritmo de trabajo en una de las competiciones más exigentes del baloncesto femenino europeo.
«Los entrenamientos son muy intensos, el workout es genial, hasta entrenamos en arena multisaltos y carrera continua, lo que fortalece mucho las piernas cuando lo combinas con la pista de atletismo con gomas, resistencias, cuestas, escaleras, combas, pesas varias», describe para resumir dos meses de pretemporada.
El pistoletazo de salida a la Liga es la gala de apertura de la temporada, en la que el equipo de la gallega derrotó (49-95) a su primer rival, las Chemitz Cats de Clara Sole, la otra española del torneo.
«No es porque sea mi equipo, pero es que es muy bueno, y es increíble el buen ambiente que hay en el vestuario. Anka (196 centímetros de estatura) tiene muchísima calidad y me ayuda mucho con truquitos en los entrenamientos. En general todas ayudan mucho, es una pasada», relata eufórica.
Esa gala, que se celebra acompañada de una cena al finalizar todos los partidos y en la que participan todos los estamentos de la Liga, incluidos árbitros y entrenadores, es el escenario en el que se conceden los premios a los mejores del año pasado.
Hay quien asegura que la Calvelo será protagonista en la próxima.