De Galicia a Tinduf para formar a los bomberos del campamento de refugiados

Íñigo Álvarez TINDUF

COOPERANTES

Oscar Palleiro con su compañera, la bombera malagueña Ángela Hidalgo, y uno de los<br />miembros del equipo local en su base de Rabuni, en Tinduf (Argelia)
Oscar Palleiro con su compañera, la bombera malagueña Ángela Hidalgo, y uno de los
miembros del equipo local en su base de Rabuni, en Tinduf (Argelia) íñigo Álvarez

Óscar Palleiro invierte parte de sus vacaciones en mejorar la seguridad de los equipos locales

25 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

No es fácil llegar hasta los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, en el extremo occidental del desierto argelino. En especial si el viaje se hace por carretera: son más de 2.700 kilómetros desde Galicia, incluyendo una travesía en ferri desde Alicante a Orán. Se atraviesa la región fronteriza con Marruecos, fuertemente militarizada y con frecuentes controles. Solamente se permite hacer ese recorrido dentro de un convoy con escolta policial y un permiso especial.

Ese fue el periplo que ha afrontado el bombero Óscar Palleiro, de 45 años, natural de Arteixo y destacado en el parque de Cambre. Su objetivo: formar a un único equipo local que atiende a las cerca de 200.000 personas que viven desde 1976 desperdigadas por una llanura pedregosa que parece infinita —la hammada— en una de las regiones más inhóspitas del planeta.

Temprano en la mañana, Óscar está ya en el parque de Rabuni —el centro administrativo de los campamentos— donde una veintena de jóvenes están expectantes por sus clases, que combinan teoría y ejercicios prácticos. En el recinto se acumula material y vehículos procedentes de donaciones, entre ellos dos viejos camiones cisterna Pegaso, los únicos operativos. «Traemos técnicas y conocimientos que aquí no existen, y que debemos adaptar a un entorno muy diferente del que tenemos en Galicia», dice Pelleiro, añadiendo que los bomberos locales están muy motivados y deseosos de aprender: «Han arrancado desde cero y ahora les vemos trabajar con mayor seguridad». Comenta también su presencia de ánimo: «Aquí hay muchas necesidades, pero intentan llevar el día a día con alegría y sin perder la sonrisa».

Precaria red eléctrica

Para Pelleiro, la precariedad de la red eléctrica es uno de los problemas más graves, por el peligro de electrocución. Hay gran cantidad de cables entre las casas y las jaimas (tiendas tradicionales de los saharauis, elaboradas con pelo de camello y de cabra), que en la mayoría de los campamentos han sido sustituidas por viviendas de adobe o de bloques de cemento. Otro factor de riesgo es el mal estado del parque móvil, con vetustos Land Rover que todavía conservan en el parabrisas las pegatinas de la última ITV que pasaron, hace lustros, antes de encontrar una segunda vida en el Sáhara. «Son vehículos que el mundo desarrollado descarta, sin medidas de seguridad: carecen de airbag y los cinturones de seguridad o no existen o no se utilizan. Los neumáticos suelen estar además totalmente cuarteados». A estos factores, Pelleiro añade otros como el exceso de carga y de velocidad. Subraya además que la ausencia de asistencia sanitaria adecuada complica la atención a las víctimas de siniestros: «Pequeños cortes o quemaduras, algo que para nosotros es rápidamente subsanable, aquí se convierte en un problema serio».

Oscar Palleiro imparte una clase de prevención de accidentes en una madrasa (escuela coránica) en los campamentos de refugiados saharuis en Tinduf (Argelia) NOTA: En alguna foto aparece el responsable de Protección Civil, Alí Raheel (con gorra), que actúa de intérprete. La mayoría de los jóvenes saharauis nacidos en los campamentos no hablan español, a diferencia de sus padres y abuelos.
Oscar Palleiro imparte una clase de prevención de accidentes en una madrasa (escuela coránica) en los campamentos de refugiados saharuis en Tinduf (Argelia) NOTA: En alguna foto aparece el responsable de Protección Civil, Alí Raheel (con gorra), que actúa de intérprete. La mayoría de los jóvenes saharauis nacidos en los campamentos no hablan español, a diferencia de sus padres y abuelos. íñigo Álvarez

Hoy se ha desplazado con todo el equipo a una madrasa —escuela coránica— para una charla de prevención sobre cómo actuar con una persona que ha recibido una descarga eléctrica. El responsable del parque, Alí Raheel, traduce las explicaciones de Pelleiro mientras el imán trata de mantener el orden entre la chiquillería, repartiendo alguna que otra colleja.

A continuación, en una vivienda cercana realizan un simulacro de intervención ante un pequeño incendio doméstico, frecuentes por el mal uso de hornillos de gas o carbón.

Un 4x4 para ambulancia

Para poder dedicar dos semanas a ofrecer formación, Pelleiro sacrifica días de sus vacaciones y para asuntos propios. Desde Galicia ha traído un vehículo 4x4, que luego se donará en Tinduf reconvertido en ambulancia. Ha atravesado Argelia dentro de la caravana solidaria de Rivas-Sahel, una ONG radicada en este municipio del sureste de Madrid, veterana en organizar este viaje, que alcanza este año su 15.ª edición, y que ha contado para ello con dieciocho vehículos —cinco son ambulancias— cargados de material sanitario y equipos informáticos para los campamentos.

Desde hace años colaboran además con la iniciativa Vacaciones en paz, que permite a cientos de niños saharauis pasar el verano acogidos en familias españolas. Pelleiro ha viajado en esta ocasión a Tinduf acompañado de una bombera, Angela Hidalgo, del parque de Málaga, y cuya presencia despierta curiosidad en los campamentos. Ella asegura sentirse muy bien acogida y satisfecha con la experiencia: «Me llevo más de lo que aporto», afirma.

Financiación gallega

La labor de ambos profesionales para apoyar a la Protección Civil saharaui (formación, material o pago de salarios) se incluye de un proyecto de la asociación AIRE (Actuaciones Integrales de Rescate de Emergencia) creada en 2016 por bomberos gallegos y que recibe financiación de la Xunta de Galicia y de la Deputación da Coruña.

Oscar Palleiro imparte formación a los bomberos en el parque de Rabuni, el centro administrativo de los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia)
Oscar Palleiro imparte formación a los bomberos en el parque de Rabuni, el centro administrativo de los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) íñigo Álvarez

Pelleiro cuenta con experiencia en otras operaciones de emergencia. En 2015 estuvo en la isla griega de Kos, en la oleada de refugiados sirios que llegaban desde Turquía. También ha estado en Canarias con la emergencia de los cayucos: «Es lícito que las personas sueñen con una vida mejor. Los campamentos saharauis son un lugar sin futuro, escucho decir a menudo a los que viven aquí. Por eso intentamos devolverles a estos chicos la ilusión, formándoles para la profesión de bombero. Para mí este esfuerzo merece la pena», apunta.

El sol está ya bajo en el horizonte cuando Pelleiro regresa a su alojamiento, en unos barracones gubernamentales en Rabuni. Hay toque de queda y debe estar allí al caer la noche. Un recordatorio que en noviembre del 2020 se reanudaron los combates entre el Frente Polisario y el ejército marroquí, reactivándose el conflicto no resuelto del Sáhara Occidental, territorio del que España era potencia administradora y que al retirarse en 1975 fue ocupado por Marruecos y Mauritania. Gran parte de la población buscó entonces refugio en Argelia, donde aún siguen. «España tiene su responsabilidad en el problema del Sáhara. Creo que no es necesario alargar el sufrimiento de este pueblo. Lo único que quieren es volver a su tierra, recuperar lo que era suyo», concluye Pelleiro.