Dos «runner» de Pontevedra que dan una segunda vida a las zapatillas en Guinea

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

COOPERANTES

ADRIÁN BAÚLDE

Impulsan una recogida solidaria de tenis de todas las tallas para enviar al país africano y ayudar a los nativos a practicar atletismo y fomentar su escolarización

11 ene 2023 . Actualizado a las 13:06 h.

Álvaro Rodiño y Alberto Veiga pensaron hace un tiempo qué podían hacer con todas esas zapatillas de deporte que acumulaban en sus armarios. Salen a correr a diario, preparan maratones y queman mucha zapatilla, pero veían como las nuevas iban reemplazando a las usadas o a aquellas que no se adaptaban a sus pies. «Tenemos tenis para entrenar y para competir, de repente te ves con doce pares y dices ‘es una barbaridad, ¿qué puedo hacer?», explica Rodiño.

Ese fue el punto de partida de una campaña solidaria a gran escala que pretende reunir cientos de zapatillas para enviar a Guinea Bisáu el próximo mes. Sus tenis tendrán una segunda vida lejos de Pontevedra. Viajarán hasta una de las escuelas del país africano donde quieren inculcar el valor del deporte y la educación a más 600 críos. Corren descalzos en una pista de atletismo que la oenegé Silo Gambasse les construyó en el 2018. . Y aunque parezca complicado, existe una relación entre la práctica de deporte y la escolarización. «En Guinea solo el 40 % de las niñas van a la escuela, mientras que en el caso de los varones es cerca del 60 %», explica Rodiño sobre un país con una esperanza de vida de 48 años y una mortalidad infantil muy alta.

Cuando buscaban esa segunda vida para sus zapatillas, Álvaro y Alberto recordaron que un club de Barcelona (el Run BCN) hace una recogida anual para esta oenegé. El año pasado reunieron un centenar de pares, que viajaron hasta el país africano con un equipo de sanitarios que una vez al año los visita para sus revisiones médicas. Será Silo Gambasse la encargada de facturar las maletas personalmente y los responsables de que todas las zapatillas lleguen hasta su destino sin intermediarios.

La campaña Pontevedra corre por Guinea se fija hasta el próximo 5 de febrero para reunir las máximas zapatillas posibles. «Pensamos que no íbamos a superar la veintena y en cuatro días reunimos ya 50», explican estos dos runner. Esperan superar el centenar muy pronto. No se fijan límites. «Queremos calzado deportivo de todas las tallas, también para niños que es un tallaje muy demandado», explica Rodiño, que cree que ante la falta de calzado en esta zona de Guinea, toda ayuda será válida. Se pueden entregar todas las zapatillas que estén en condiciones aceptables, pero nunca rotas o con agujeros. «La vida útil de los tenis de correr puede ser de 700 kilómetros, pero eso no quiere decir que no valgan más», explica Veiga.

Diez años corriendo

Ellos saben bien de lo que hablan porque corren a diario desde hace más de diez años. Han estado en los principales maratones del mundo y seguirán sumando más. Saben, además, que Pontevedra es una ciudad de corredores aficionados y profesionales, como los que cada día se encuentran entrenando en la Illa das Esculturas. «Es una ciudad con mucha facilidad para hacer deporte», comenta Veiga, que recuerda que cuando preparó uno de sus últimos maratones en Santiago tuvo que dar 32 vueltas a la Alameda. «En Pontevedra podemos hacer series largas en a Illa», explica uno de estos runner, que ahora están implicados en una causa solidaria con la que quieren batir el récord de recoger zapatillas: «Nuestro objetivo es conseguir las máximas posibles».

ADRIÁN BAÚLDE

Hasta el 5 de febrero tendrán habilitados varios puntos en Pontevedra. Además de los cuatro Dulce de Leche, en las calles Marques de Riestra, Peregrina, Reina Victoria y Fernández Ladreda, también se podrán dejar las zapatillas en la tienda Miller Running Vintage, de Peregrina.

Su lucha va mucho más allá de dar una segunda vida al calzado usado, pasa por contribuir a la escolarización del máximo número posible de niños en Guinea junto al equipo Run BNC, que ya lleva cinco años en esta iniciativa.

Mientras están en pleno proceso de recogida, Álvaro y Alberto ya están pensando en el siguiente nivel, organizar la logística para llevarlos hasta Barcelona, desde donde partirán rumbo a Guinea a mediados de febrero. «Intentaremos buscar el apoyo de empresas de Pontevedra que nos ayuden a subvencionar los gastos del viaje y el embalaje. Cada maleta que enviemos nos sale a 180 euros aproximadamente», apunta Rodiño, que ya empieza a hacer números para organizar el siguiente paso.

Pero antes de llegar ahí, esperan romper las barreras de la solidaridad pontevedresa. «Organizaremos un evento el último fin de semana de la recogida para dar el arreón final y que nadie se quede sin poder ayudar», apunta Alberto Veiga desde el almacén de la tienda Miller.