La memoria de África de Tamara; se va a Senegal en busca de un bebé al que cuidó
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Ella, de A Lama, lo conoció en un orfanato estando de voluntaria y le tocó el corazón. Ha conseguido localizarlo y ahora viaja con su pareja para verlo
29 mar 2022 . Actualizado a las 18:36 h.Han pasado casi cuatro años desde que Tamara Pacheco, del municipio pontevedrés de A Lama, se fue a Senegal a hacer un voluntariado en un orfanato. Sin embargo, en la foto de perfil de su WhatsApp sigue estando ella, en ese lugar en el que cuidó a tantos niños, con el bebé Alliou en brazos. Con él le pasó lo que ocurre con todas las grandes historias de amor: que nunca se sabe bien cómo llegan. «Todos los niños sonreían y eran agradecidos pese a ser bebés, pero Alliou era especial. Tuvimos afinidad y apego desde el primer momento», contaba entonces. El paso del tiempo relativizó esa enorme pena que sintió por dejar atrás al pequeño. Pero no menguó el afecto que siente hacia él. Siempre pensó que sería muy difícil volver a verlo porque, en el centro en el que hizo el voluntariado, los niños solo están hasta los dos años. Después se marchan con algún familiar o con una familia de adopción. Pero este verano ocurrió una de esas cosas tristes que lo aceleran todo. Y Tamara decidió que tenía que buscar a Alliou. Ayer mismo comenzó esa aventura. De la mano de su compañero de vida, su marido Enrique Vaqueiro, a media mañana viajaba en el AVE hacia Madrid para coger luego un vuelo a Senegal.
Vayamos a lo que pasó este verano. Que Tamara hiciese en su día un voluntariado en Senegal no fue una casualidad. Viajó allí porque era donde vivía su amigo Prude (Prudencio Sequeiros), que fue el que le puso sobre la pista del orfanato y el que hizo de cicerone en Senegal. Él siempre le dijo a Tamara que no se preocupase, que seguro que su destino se acabaría cruzando algún día con el de ese bebé al que tanto cariño le había dado, que esa historia tendría continuidad. Se lo contaba así este mismo verano, cuando vino de vacaciones a A Lama, donde de repente falleció el día antes de regresar a Senegal. Su inesperado óbito por causas naturales, con solo 42 años, impactó a todo el municipio. Y dejó desolada a Tamara, que decidió que ahora sí tenía que buscar al bebé, porque «Pruden así lo había dicho mil veces».
No fue del todo fácil dar con él. Tamara no sabía nada del bebé desde el abril del 2019, cuando una tía del niño lo recogió en el orfanato. Entonces, el pequeño tenía un año y dos meses. Gracias a la ayuda de la institución donde lo habían criado, La Pouponnière, supieron que el rapaz estaba en un poblado llamado Ngoye, a unas dos horas de Dakar.
Un cargamento de ayuda
Desde que obtuvieron esa pista, Tamara y su marido Enrique empezaron a pensar en viajar hasta Senegal. La misión estaba clara: buscar a Alliou para que Tamara pudiese volver a verlo y, si la afinidad continúa, tener una amistad con el niño. El temor de Enrique era claro: «Me daba miedo pensar en que cuando lleguemos el niño no la va a reconocer, porque era tan solo un bebé». Pero buscó una solución. Preparó un álbum de fotos con los recuerdos que ella tiene de él para que se lo puedan enseñar, ahora que el pequeño ya ronda los cuatro años. Contactaron con su tía, que es la que se hizo cargo de él, y ella aceptó encantada la visita. Todo estaba de su parte para viajar.
Así, ayer, Tamara y Enrique salieron de Galicia en dirección a Senegal. Podrían ir cómodamente. Pero no serían fieles a su espíritu solidario. Así que redujeron su equipaje al mínimo y, en su lugar, llevan varias maletas de cosas para los niños: juntaron nada menos que 700 piezas de ropa y calzado. Quieren repartirlas entre el propio pequeño, el orfanato en el que estuvo y su colegio actual. Dice ella que será duro que su amigo Pruden no les reciba; que no les acompañe en cada visita que hagan en su estancia. Puede que de alguna manera sí lo haga. Por algo fue el que inspiró toda esta aventura.