Juan A. González Núñez, misionero: «Etiopía es el país con más potencial del Cuerno de África»

x. m. r. OURENSE / LA VOZ

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Miguel Villar

El ourensano, administrador apostólico en Hawassa (Etiopía), presentó su obra «Oh Dios, ¿estás ahí?» en el Marcos Valcárcel

16 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El pueblo en el que nació Juan A. González Núñez en Chandrexa de Queixa, en 1944, ya no existe. Lo engulló el embalse y cuando hacen las reuniones familiares, coincidiendo con sus visitas, a veces se citan en el merendero del área recreativa que está en la zona en la que se encuentra, aguas abajo, el lugar. Coincidiendo con este viaje se vieron en la ciudad. Y es que Juan A. González Núñez visitó Ourense para presentar su libro Oh Dios, ¿estás ahí?. Lo hizo en el Marcos Valcárcel y estuvo acompañado por el obispo de la diócesis, Leonardo Lemos, y por el auxiliar de Compostela, Francisco José Prieto. González Núñez es Misionero Comboniano, llegó a Etiopía en 1976 y actualmente es administrador apostólico en Hawassa.

—¿El parón de la pandemia sirvió de acicate para la escritura?

—Allí no hubo mucho problema con el coronavirus, aunque sí estuvimos confinados en la misión. La idea hacía tiempo que me rondaba y tenía que ver con el hecho de que el cristiano adulto rechaza las imágenes de Dios del pasado y necesita unas más acordes con la realidad actual.

—¿Esa es la temática del libro?

—Se incide en la misma y en otros aspectos. También abordo por qué nos hacemos la pregunta sobre Dios y las diferentes opciones o creencias de la gente. Unos creen en su existencia y otros no, ambas opciones son respetables y no se pueden demostrar. Una vez que sí optamos por creer, por ahí sigue la obra, me interesé por la representación del mismo y también por la oración y la comunicación con él.

—¿Cuenta con una presencia importante el cristianismo?

—Allí convive con las religiones tradicionales y con otras creencias. Sí que existe una parte de la población que se identifica con la iglesia católica, por los años de presencia allí y la aceptación de nuestro trabajo, aunque el porcentaje de bautizados es muy bajo.

—La imagen que se transmitió en occidente sobre la pandemia fue de falta de vacunas y de especial incidencia en África. ¿Cómo se vivió en su zona?

—De una forma que nada tiene que ver con eso. Estuvimos confinados pero ya no sabíamos qué hacer y no pasaba nada... y retomamos la vida normal. Hubo muertes, pero no pasó de ser algo testimonial y no en los porcentajes de Europa.

—Trabajó durante años con los gumuz. ¿Cómo es dicho pueblo?

—Es una tribu histórica a la que dividieron en su día, en el reparto de territorios, entre Etiopía y Sudán. Es una raza, por su tipología, más bien sudanesa y una población que ha sido maltratada, discriminada e históricamente vendidos como esclavos. En la convivencia con ellos se nota el resentimiento y, como siempre les han tratado mal, sus reacciones son violentas.

—¿Etiopía sigue siendo el territorio por descubrir?

—Sin duda, es el país con más potencial y riquezas del Cuerno de África y en Adis Abeba están invirtiendo países de Asia y de forma destacada naciones como China, India o Arabia Saudita. El problema es la inestabilidad política que se vive desde hace años.