«Una bicicleta en Guinea-Bisáu es el mejor regalo, les soluciona la vida»

amelia ferreiroa LALÍN / LA VOZ

COOPERANTES

Saldrá de Lalín un contenedor cargado de material con destino a África, en octubre

18 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La relación afectiva de María Martínez con África se remonta a su niñez; «con 12 años veía aquellas películas de esclavos que me llenaban de dolor y deseaba ir a algún país africano a ayudar». Sin embargo aquel anhelo infantil tuvo que esperar unos años pero finalmente se hizo realidad. Hace dieciséis años que esta coruñesa, con muchos vínculos familiares en Lalín, trabaja para mejorar la calidad de vida de niños y mayores de Guinea-Bisáu desde la asociación que preside; Miradas al Mundo.

-Preséntenos su asociación.

-Pues Miradas al Mundo es el fruto de un sueño de cuando era jovencita, de ayudar en África. Las cosas van encajando... Soy trabajadora social. Trabajé en banca pero mi sueño era crear una asociación o poder ir a algún país de África a ayudar, intentar que el mundo sea un poco más justo. Luchas por tus sueños y finalmente comencé a ir a Guinea-Bisáu con un compañero. Empezamos con un proyecto de escuela para que los niños tuvieran un colegio... Mis viajes a África los compaginaba con el trabajo pero ya mi círculo de conocidos me iban aportando alguna ayudada para desarrollar pequeñas iniciativas en Guinea, y ahí ya con una compañera de Logroño decidimos crear la asociación.

-?Por qué escogió Guinea-Bisáu?

-Me escogió a mí. Sabíamos que queríamos trabajar en los sitios más pobres y supe que mi destino estaba en África. Ignoraba el lugar exacto pero tenía claro que era el continente al que tenía que ir. África es pobre pero Guinea-Bisáu es uno de los países más pobres del munco y ahí nos necesitan. Muchas veces carece de gobierno, no hay luz, ni agua... Por ejemplo Senegal está mucho más desarrollado y es como estar en España, pero Guinea es otra cosa.

-Se desplazó a Lalín para materializar una colaboración con Recycling Bicicletas Solidarias. ¿Cómo se cruzan sus caminos?

-Mi madre era de Lalín y venía todos los veranos. Aquí están mis tíos y mis primos. Somos una gran familia, con una bonita relación y vengo siempre que puedo. Mi primo Xesús fue el que me habló de Recycling, y de las bicicletas que recogía José Luis Pereira «Seixo» por Galicia para darles otro uso. Ni te imaginas... Ver lo de Seixo fue ver la luz. Nuestros niños en Guinea-Bisáu caminan cuatro o cinco kilómetros para ir al cole y los profesores seis o siete. La gente acude a trabajar sus pequeños terrenos a muchos kilómetros de distancia y no regresa hasta la noche. Una bicicleta en Guinea-Bisáu es el mejor regalo del mundo, les soluciona la vida. No hay carreteras ni medios de transporte, solamente unos caminos en muy malas condiciones por los que pueden transitar peatones y ciclistas; no muchos por falta de artilugios.

-Pero ahora van a llevar unos cientos.

-En eso estamos. Gracias al trabajo de Seixo en la recogida y puesta a punto de las bicicletas, y la generosidad de muchas personas que las donaron, en el próximo mes de octubre saldrá un contenedor de Lalín con destino a Guinea-Bisáu.

-¿De cuántas bicis hablamos?

-Le dije a Seixo que todas las que pueda [risas]. No sabría cuantificar las bicis que podría repartir en Guinea ni explicar la manera en que les cambiaría la vida con una. Nosotros ya llevamos algunas pero en Coruña tenemos muy poco espacio para almacenamiento. Comprarlas allá es inviable: una de segunda mano cuesta unos 100 euros y las que venden los chinos cuestan 60 euros pero no son de calidad y se estropean muy rápido.

Década de los 50. La mortalidad infantil en Guinea era de 600 por cada 1.000 nacimientos y solo el 1 % de la población rural estaba alfabetizada.

Fuente de ingreso. La principal son las nueces de cajú, con un volumen de explotación de 90.000 toneladas al año.

«Precisamos pintura, máquinas de coser, alambre y materiales de construcción»

Los proyectos de desarrollo en África por parte de la Asociación Miradas al Mundo no se centraron, en un primer momento, en exclusiva en Guinea-Bisáu; comenta María.

-Hicimos proyectos en Sierra Leona, en Uganda con niños enfermos de Sida después de la guerra pero al final decidimos que no podíamos trabajar en tantos países por ser tan enormes las necesidades que nos encontrábamos. Eso nos llevó a centrarnos en Guinea por ser uno de los países menos desarrollados y que nos necesita mucho.

-¿En cuántas aldeas actúan?

-Trabajamos en 17 aldeas. En cada una de ellas viven entre 300 y 800 personas... podemos estar hablando de entre 8 y 10.000 personas.

-¿Quiénes serán los futuros beneficiados de las bicicletas?

-Queremos hacérselas llegar a esos profesores que tienen que caminar kilómetros y kilómetros para impartir clases, a los agricultores, a los niños...

-Decía que el contenedor saldrá de Lalín en octubre. ¿Llevará algo más que bicis?

-Es un contenedor muy grandes y pretendemos llenarlo. Irán todas las bicicletas que se pueda pero también precisamos máquinas de coser, materiales de construcción, alambre para cerrar las huertas que trabajan las mujeres, material escolar, pintura para pintar las escuelas, mesas, sillas y estanterías también para los coles, colchones y algún motor de pesca. Necesitamos placas solares que allí no hay luz, mantas y camisetas de manga larga para los niños para la época de frío y material de curas también al disponer de un pequeño dispensario. La lista es bien amplia pero se necesitan tantas cosas! Almacenaremos todo lo que se vaya donando y no me cabe duda es que será un contenedor que arrancará muchas sonrisas.