
Un ejemplo: el de Raimundo Insua, natural de Braño-Carantoña
27 ago 2015 . Actualizado a las 23:44 h.Suiza es ese lugar donde viven 40.000 gallegos, lo que viene a ser más o menos el 40 % de todos los españoles. La mitad (según el padrón exterior del INE) son de la provincia de A Coruña, y la gran mayoría, de la Costa da Morte y municipios limítrofes, en un amplio arco que va desde Tordoia hasta Mazaricos, pasando por Val do Dubra o Santa Comba. Un enorme municipio añadido en el exterior con el que además las relaciones con intensas y diarias. Hemos traído muchas veces a esta y otras páginas el trabajo que numerosos vecinos realizan en aspectos que a veces pasan desapercibidos, pero del que se benefician muchos compatriotas. Pero hacía ya tiempo que no lo contábamos, y los ejemplos se suceden.
Por ejemplo, el de Raimundo Insua Méndez, natural de Braño-Carantoña, en Vimianzo, al que conocimos en su época del Consejo de Residentes Españoles en Basilea, pero también con otras actividades ligadas por ejemplo a la entidad Sementeira, la entidad que preside el carballés Ramón Carreira, y que fundó en su día el muxián Bautista Pose.
Recientemente se ha celebrado en el Parlamento Cantonal de Basilea Ciudad la primera edición de la denominada Migratensession, apoyado por el propio cantón en el que se celebró, pero también por el de Basilea-Campiña y por el de Argovia, y que se llevó a cabo por el Foro para la Integración de los Emigrantes. España estuvo representada por la Asociación de Alumnos y Antiguos Alumnos del Centro Asociado de la UNED de Berna, y ahí es donde entra el papel de Insua: es su promotor, socio fundador y secretario.
La cuestión es que se trata de la primera vez que en Suiza se realiza algo así, poder expresar las preocupaciones y debatirlas en la llamada Sala del Gran Consejo. Y cristalizaba el trabajo de meses de preparación de temas, además de muchas reuniones, con innumerables aportaciones. De todos ello (imposible resumirlo en tan pocas líneas) surgió la resolución final, planteando propuestas para combatir el dumping salarial y defender los derechos laborales, por ejemplo, tarea que saló del grupo de trabajo sobre el trabajo (redundante, pero cierto). Otro analizó la formación y la integración (clave para el reconocimiento de títulos); otro, sobre la familia (pidiendo más ayudas y prestaciones), y otros sobre participación política, del que Insua formó parte, solicitando sufragio activo y pasivo para los extranjeros tras cinco años de presencia ininterrumpida. Muchas cuestiones, la mayoría de gran interés para los emigrantes de la zona, sobre todo los que han llegado en los últimos años, que no son pocos. Solo de la Costa da Morte, centenares. Y lo llamativo es que un vecino esté por medio. Como también lo están, o lo han estado, otros en otros áreas de trabajo o ciudades. Ginebra ya es caso aparte, con la labor de gente como Loly Bolay o Alfonso Gómez (ambos, de Corme y destacados representantes políticos). Y, hablando de la lucha por los derechos laborales, Xosé Abelenda, natural de Santa Comba, pero estrechamente vinculado a la Costa da Morte por razones familiares, personales y profesionales, lleva muchos años defendiendo a los emigrantes, nuevos y veteranos, en su puesto de responsabilidad del sindicato Unia en Biel. Abelenda informó días atrás sobre una iniciativa ya en marcha que trata de hacer nula la votación del 9 de febrero del 2014 que limitaba los cupos de emigrantes que pueden entrar en Suiza, siempre en el caso de que los acuerdos bilaterales de Suiza con los países afectados se viesen amenazados. Todavía está en fase embrionaria y es ajena a su entidad, pero es un hecho singular, teniendo en cuenta el clima nada favorable a la inmigración que se ha creado en el país helvético en los últimos tiempos. Parece que la rueda, a veces, también gira hacia el otro lado. Y no me refiero solo al célebre reloj que hay frente al lago Leman, desde donde se ve el Jet d?eau.