En los 50, Pepe cruzó un océano por Lola y hoy celebran su 65 aniversario de boda de vuelta en Valdeorras

BRASIL

Manuela López y José Núñez se casaron en Brasil, país al que emigraron por separado desde el pueblo barquense de Éntoma
14 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Caminan del brazo. Pepe todavía arrastra secuelas del infarto que le dejó postrado en una cama casi dos años y a Lola las piernas le fallan, pero juntos se sujetan y avanzan. Como lo han hecho siempre, unas veces de manera metafórica y ahora de forma literal. Y ese siempre se refiere a toda una vida, porque la pareja celebra hoy sus bodas de platino. Muy lejos del lugar donde se casaron el 14 de mayo de hace 65 años. Su enlace tuvo lugar en São Paulo, la ciudad brasileña en la que pasaron más de tres décadas de su vida y en la que nacieron sus tres hijos. Pero su historia comenzó mucho antes.
Manuela López Peral y José Núñez Moral se conocieron siendo niños. Ambos nacieron en Éntoma (O Barco de Valdeorras) con un año de diferencia. Él en 1936. Ya cumplió los 89. Ella soplará 88 velas en junio. Siendo unos adolescentes, se fijaron el uno en el otro. Pero nada más. Así que cuando con 15 ella se disponía a coger el tren que la llevaría a Vigo para embarcar en el barco en el que emigró a Brasil, él dio el paso y le pidió un beso. «Mira o meu pai, que está alí», rememora ella. Fue todo lo que recibió como respuesta. Un par de años después de aquello y con los 18 cumplidos, Pepe cruzó el océano. «Fun pensando nela», confiesa mirándola con complicidad. São Paulo era su destino, buscando prosperidad y también a aquella chica que tanto le gustaba.

En Brasil hubo un beso. Y otro. Y otro más. Así crearon su familia. En el país sudamericano nacieron sus tres hijos. El pequeño era apenas un bebé cuando decidieron volver. «Pepe falou de ir a Venezuela, porque a moeda alí estaba forte, pero eu dixen que se marchaba de Brasil era para volver á casa», recuerda Lola. Y así fue. Hicieron las maletas y se instalaron de nuevo en Valdeorras, donde ella continuó encargándose del cuidado de la casa y la familia, mientras que Pepe fundó varios negocios. Ya había sido un emprendedor de éxito en la emigración y lo replicó de nuevo tras su regreso a tierras ourensanas. Fue una faceta que compaginó con su labor política. Fue concejal en O Barco durante dos mandatos, el último con Julio Gurriarán en la alcaldía. Para entonces AP se había integrado en el PP y Núñez fue concejal de Medio Rural. «Despois daquilo marchei, porque na política hai que estar pouco tempo, facer o que se poida e despois saír», asegura como si de un mantra se tratara. Y Lola siempre a su lado. Juntos vieron nacer a sus tres nietos y ahora presumen de tener una bisnieta.
Se miran con cariño, se cogen de la mano y hasta se sueltan pullas. ¿Cuál es el secreto de llevar 65 años juntos? «Aguantar», responde él riendo mientras ella frunce el ceño. «Hai que ter moita paciencia e aguantar, eu as cousas dela e ela as miñas; aínda que as mulleres sempre aguantaron máis ca nós», dice Pepe. Lola asiente y después sonríe. También hay complicidad, compañía y amor. El amor es el que sustenta 65 años juntos.