Churrasco, empanadillas y caldeirada: el legado gastronómico gallego que vive en Latinoamérica

Yandry Fernández Perdomo / L.G.V.

ARGENTINA

Hay platos que representan la identidad compartida entre Galicia y lugares como Cuba o Argentina

08 sep 2022 . Actualizado a las 13:25 h.

Hay un gallego en la luna, y en casi cualquier parte. Por eso el legado cultural de los miles de emigrantes gallegos en Latinoamérica va desde la lengua, los usos y las costumbres, hasta los sabores y platos tradicionales de la comunidad. La reliquia culinaria de la esquina noroeste peninsular ha conservado sus raíces de generación en generación, por lo que hoy es posible estar a miles de kilómetros saboreando Galicia. El ajiaco criollo, las empanadillas argentinas, el pescado en caldeirada y el churrasco son cuatro ejemplos de platos latinos que tienen sus raíces en la tierra de los cachelos. 

Empanadillas argentinas:

Las empanadas tienen un largo recorrido en Galicia. Según la tradición popular, los antiguos pueblos del Mediterráneo ya envolvían la carne en una masa cruda; de hecho, esta tradición de raíces árabes arraigó con fuerza entre los peregrinos que emprendieron las diferentes rutas del Camino de Santiago, una solución práctica también de mantener más tiempo la vida útil de los alimentos.  El mismísimo Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago evidencia algunos relieves que dan fe de esta larga tradición. 

Los colonizadores españoles llevaron la receta de las empanadas tradicionales a Sudamérica en el siglo XVI. Pero no fue hasta las masivas oleadas migratorias de gallegos en los siglos XIX y XX que su consumo se volvió popular en estos lares, a la vez que comenzaron a surgir cientos de negocios que tenían este plato como protagonista, ya que las empanadas fueron una solución práctica para quienes no pasaban por casa en todo el día.

 El ajiaco criollo:

Entre los platos más conocidos y recurrentes de toda América están los caldos. El oriundo de Galicia, que también viajó con las oleadas migratorias, lleva nabizas, grelos, patatas, berzas o repollo, alubias blancas, unto y algún otro ingrediente, como puede ser panceta, chorizo o lacón. Con el tiempo, los latinos hicieron su propia versión añadiendo productos autóctonos como el ají, los tomates o el maíz; toda una mezcla de sabores conocida como ajiaco criollo y que cada país asume como suyo. En los países bañados por el mar Caribe y de clima tropical, es usual este tipo de preparaciones por la amplia gama de verduras y tubérculos que le añaden. 

 Caldeirada de pescado:

La caldeirada, más allá de ser una elaboración popular de la cocina gallega, es una forma magistral de preservar los alimentos perecederos. El pescado guisado lo preparaban los pescadores antes de sus largas travesías por mar, y es una receta que se encuentra habitualmente en infinidad de casas latinoamericanas.

En Colombia, Cuba o Peru, los guisos suelen llevar vegetales como cebolla, tomate y ajo, e ingredientes autóctonos de cada país. Es una preparación que permite aprovechar infinidad de pescados, como en Galicia podrían ser la merluza y la raya. Esta receta es muy típica en  países como Argentina, Perú y Ecuador. 

 Churrasco: 

No hay una auténtica celebración o un encuentro familiar entre argentinos que no lleve una buena churrascada o un típico asado. Porque no es lo mismo, ojo. Aunque se comparta la manera de cocinar este despiece de carne de vacuno o cerdo, el churrasco en Argentina es un filete o bistec, nada que ver con lo que entendemos en la esquina noroeste peninsular si escuchamos este término. Pese al jaleo con el léxico, lo cierto es que fueron los argentinos retornados a Galicia quienes nos dejaron disfrutar de un placer que, en la comunidad ya es todo un ritual.