Couso salda su deuda con Luis Cerviño, el emigrante que donó a la parroquia su casa escuela y su campo de la fiesta

La Voz A ESTRADA / LA VOZ

ARGENTINA

10 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La Asociación de Veciños O Rueiro de Couso hará justicia con el estradense Luis Cerviño Beltrón con un reconocimiento público programado para mañana sábado.

Luis Cerviño nació en Couso (A Estrada) en 1912. Su padre había emigrado a Argentina y vivía en Buenos Aires, a donde él también emigró de joven para ganarse la vida. Después de probar suerte en varios trabajos se centró en el comercio y consiguió prosperar con un negocio de importación de productos de Brasil y otros países de Hispanoamérica. Después de casarse con una joven argentina, la pareja se instaló en la provincia de San Juan, donde regentaron una fábrica de aceite y una plantación de viñedos.

Luis Cerviño, sin embargo, nunca perdió el interés por sus raíces. Regresó a Couso en varias ocasiones y, en una de ellas, compró la escuela local —que se había vendido a un particular y se encontraba en mal estado— y la donó a la parroquia de forma altruista. Corría el año 1952.

La asociación O Rueiro ha recuperado el documento de donación de la escuela. En él se explica que el propio Luis Cerviño en sus tiempos mozos colaboró personal y económicamente en la construcción de la escuela de la parroquia y, al encontrársela en mal estado en su visita de 1952, decidió comprarla para donarla a la parroquia y asegurar un buen mantenimiento que garantizase la continuidad de la docencia en la parroquia.

En aquella primera mitad del siglo XX las casas escuela eran comúnmente de propiedad privada y se alquilaban al Ministerio para el desarrollo de las clases. En Couso se había levantado una, pero durante la Guerra Civil los vecinos no fueron capaces de mantenerla y la vendieron a Maximino Duarte Iglesias, un empresario de la zona que se comprometió a llevar a cabo las reparaciones precisas. Sin embargo, un traspié económico le impidió cumplir su compromiso y la casa escuela comenzó a deteriorarse. Así se la encontró Cerviño en uno de sus viajes a Galicia. Apenado por la situación, Cerviño decidió comprarla y cederla «gratuitamente y a perpetuidad» a la parroquia con la condición de que el alquiler cobrado al gobierno por el uso como escuela se reinvirtiese en la conservación del edificio.

Aunque muy poca gente conoce la historia, la escuela sigue hoy en uso como local social de la parroquia y el «campillo circundante de 27 cuartillos» que se incluye en la venta es el actual campo de la fiesta.

La asociación vecinal de Couso agradecerá mañana el gesto de Cerviño con un sencillo homenaje que se celebrará a las 12.30 horas en la casa escuela que él libró de la ruina. En ella se colocarán un retrato del benefactor y una copia del documento de cesión de la escuela a la parroquia estradense.