Graciela Daleo Crego, secuestrada en 1977, se exilió y estuvo en Cervo en 1980 y 1984

martín fernández

ARGENTINA

Graciela Daleo
Graciela Daleo ARCHIVO MARTÍN FERNÁNDEZ

Ella forma parte de la Cátedra Libre de Derechos Humanos en Buenos Aires

07 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

De los tres mariñanos secuestrados por la Dictadura Argentina -Graciela Daleo Crego, nieta del cervense Julio Crego; Eduardo Martínez Delfino, hijo del emigrante de San Cibrao, Manuel Martínez Villarmea; y Juan Carlos Casariego de Bel, nacido en Ribadeo en 1922- sólo la primera sobrevivió. Desde el año 1996 forma parte de la Cátedra Libre de Derechos Humanos de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires.

Graciela fue secuestrada el 18 de octubre de 1977 por su militancia en el revolucionario Movimiento Peronista Montonero. Fue detenida en la estación Acoyte del Subte -el metro bonaerense- y conducida a la ESMA. Tras ser torturada y golpeada para sacarle información -algo que resultó en vano- fue puesta en libertad el 20 de abril de 1979. Tras su cautiverio, se exilió primero en Venezuela y luego en España. Vivió en Madrid de 1979 a 1984 cuando retornó a la Argentina para dedicarse, desde entonces, a denuncias por desaparecidos, actividades voluntarias para encontrarlos, colaboraciones en prensa y la docencia universitaria.

Graciela Daleo Crego y Elisa Arroyo de Crego (Madrid, 17 de mayo de 1982)
Graciela Daleo Crego y Elisa Arroyo de Crego (Madrid, 17 de mayo de 1982) ARCHIVO MARTÍN FERNÁNDEZ

O MuÍño do Mornelo

Durante su estancia en Madrid, viajó en 1980 a Cervo con su madre, Mª Teresa Crego, para visitar a sus familiares que vivían en O MuÍño en cuya casa habían nacido su abuelo Julio Crego y su hermana Ana, los dos emigrados a Argentina. En O MuÍño, vivían la media hermana de su abuelo, Francisca Gradaílle, y su esposo, José Sampedro, O Mornelo. Esa visita a Cervo se repitió en 1984 cuando Graciela preparaba su retorno a Buenos Aires. La vinculación de ella, su hermano y su madre con su familia cervense se mantuvo en el tiempo a través de cartas y contactos con sus tíos y con Emilio Viñas Peñalver y su esposa Otilia López Chao que vivían con ellos, y con otros familiares como Elisa Arroyo de Crego -esposa de Lucio Crego y madre de José Mª Crego Arroyo, Chemari- con la que había estado en Madrid.

Graciela Daleo fue víctima, cuando llegó la democracia a Argentina, de maniobras fraudulentas de jueces asociados a sus secuestradores y torturadores. La implicaron en hechos producidos a principios de los 70 en base a denuncias anónimas dejadas en los juzgados. Por una idéntica situación -que tenía la intención de amedrentarlos e impedir que siguieran declarando en juicios que, en aquel momento, aún se sustanciaban contra los represores- pasaron otros supervivientes de la ESMA.

Los genocidas también emprendieron campañas de desprestigio de las víctimas consistentes en tachar de colaboradores con la Dictadura a quienes fueron víctimas de sua atropellos y torturas.

Pero los hechos fueron más contundentes que las falsedades y Graciela siguió declarando en instancias judiciales de Argentina y del exterior. Entre ellas, el juicio que inició Garzón y que culminó con la condena al sanguinario represor Scilingo en abril de 2005.

Casariego de Bel (con gafas), alto funcionario de Hacienda
Casariego de Bel (con gafas), alto funcionario de Hacienda ARCHIVO MARTÍN FERNÁNDEZ

Casariego, ribadense, secuestrado por no validar la venta falsa de una sociedad al Estado

Juan Carlos Casariego de Bel nació el 5 de diciembre de 1922 en Ribadeo. Era hijo de Antonio Casariego, oriundo de Tapia, y de María de Bel, de Agudelo. Llegó a la Argentina con 7 años, con su madre y sus tres hermanos pues su padre había fallecido. Él era el menor y, como era costumbre entonces, los hermanos mayores trabajaron y le dieron a él la oportunidad de estudiar y licenciarse en Derecho.

Se casó muy joven y tuvo tres hijos. Años después se separó de su esposa y en 1956 contrajo matrimonio en México -en Argentina no existía el divorcio- con Alicia de Gainza con quien tuvo en 1958 una hija, María, que, cada año, con sus hijos, recuerda a su padre desde las páginas del diario Página 12.

Casariego era el alto funcionario del Ministerio de Economía que estaba a cargo de inversiones extranjeras cuando fue detenido y desaparecido en 1977. Se opuso a la compra, por parte del Estado, de la Compañía Italo-Argentina de Electricidad (CIADE) por un precio que no correspondía a su valor. Martínez de Hoz, el Ministro de Economía, había presidido la firma. Tras la desaparición del ribadense, el Estado compró la sociedad por el precio exagerado que Casariego se negara a validar.

Ya en el año 2008, el gobierno democrático pidió la detención de Martínez de Hoz por estar implicado en la desaparición del ribadense y en 2012, 35 años después, la justicia declaró culpable de su desaparición y lo condenó a 23 años de cárcel a Héctor Pedro Vergez, de 69 años, un capitán del ejército responsable del campo de exterminio La Perla donde recluyeron a 2.000 prisioneros antes de asesinarlos. Casariego fue uno de ellos. Tenía 54 años. Nunca apareció su cuerpo.

Eduardo Martínez Delfino
Eduardo Martínez Delfino ARCHIVO MARTÍN FERNÁNDEZ

El nieto de un matrimonio emigrante de San Cibrao nunca apareció

Eduardo Martínez Delfino fue secuestrado el 21 de noviembre de 1976 y nunca más apareció. Tenía 28 años cuando una patrulla de 15 efectivos de la Base Naval de Mar del Plata asaltó la casa de sus padres en la calle Santiago del Estero 4012 y se lo llevó al centro clandestino de La Cueva en la citada base.

Había nacido el 7 de julio de 1948 en Buenos Aires. Sus abuelos eran dos emigrantes de San Cibrao (Cervo) -Antonio Martínez Paleo (1880) y Eduarda Villarmea Cao (1882)- que se casaron en 1907 y tuvieron tres hijos: Manuel, el padre del joven desaparecido, nacido en San Cibrao el 14 de octubre de 1908; José, en 1909; y Antonio, en 1911. En enero de 1920 la familia emigró a la Argentina en busca de una vida mejor. Se instalaron en Buenos Aires, barrio de Villa Crespo, donde Manuel conoció a Inés Clara Delfino, una italiana con la que se casó en 1947 y con la que tuvo dos hijos: Eduardo en 1948 y Fernando al año siguiente.

Centro Clandestino de la Cueva (Mar de la Plata, 1977)
Centro Clandestino de la Cueva (Mar de la Plata, 1977) ARCHIVO MARTÍN FERNÁNDEZ

El Registro de Corredores y Martilleros públicos argentinos constata que los hermanos Martínez Villarmea tuvieron negocios de hostelería: en 1944 crearon Hijos de Antonio Martínez S.L. que compró a La Cosechera la Cafetería La Alhambra, en la avenida de Mayo 998 esquina a Bernardo Irigoyen; en 1950, Manuel transfirió la pizzería y venta de vinos y cervezas Puyrredón II, en la avenida de Rivadavia 6361, a Jesús Coballes y otros; en 1951, Manuel traspasó a Raúl Roggero un negocio de bar en la calle Boedo 1125; y en 1951, de nuevo Manuel vendió a Pedro Juan Cribertí y otros un bar lácteo de la avenida de Santa Fe 4116.

La familia tenía un status social medio-alto y, tras deshacerse de sus comercios en Buenos Aires, marchó a Mar del Plata donde Manuel, el padre de Eduardo, murió en 1984, a los 76 años. En esa ciudad, Eduardo estudiaba en la Universidad y era delegado de la Facultad de Humanidades, al tiempo que militaba en las Juventudes Peronistas y realizaba trabajos sociales. Pero todo acabó aquel 21 de noviembre de 1976 y nunca más se supo de él.