Los Castro-Lema: de Corcubión a Tucumán

Luis Lamela

ARGENTINA

CEDIDA POR LAMELA

Galería de emigrantes, por Luis Lamela

10 dic 2019 . Actualizado a las 09:58 h.

En el censo de Corcubión de 1905, el 7,3 % de los empadronados habían marchado a la emigración. Muchos, a la Argentina, con el principal núcleo concentrado en Buenos Aires. Pero también en Tucumán y otras poblaciones de aquel extenso país.

Fue lo que sucedió con los corcubioneses Juan Castro Rey y su esposa Juana Lema Liberona, emigrados al país del Plata en el siglo XIX. Residieron en sus fincas de Acheral, en Tucumán, en la provincia de Buenos Aires, una zona de ricos terratenientes entre los que se integraron. Juan Castro Rey fue hijo del capitán de la Marina Mercante Pedro Rey, y hermano de Jesús Castro Rey, juez municipal de Corcubión en la década de 1920, vicecónsul de Alemania y alcalde entre 1922 y 1923; y también de Pedro, comerciante en la villa de San Marcos; tío, por tanto, de Juan Castro Ballesteros -abogado- y de Merceditas, también ya fallecidos y a los que conocí personalmente.

La esposa de Juan, Juana Lema Liberona, fue también descendiente de una familia de origen valenciano asentada en Corcubión, dedicada al pilotaje en la Marina Mercante. Y en el país americano consiguió aquel matrimonio amasar una respetable fortuna para vivir desahogadamente, y cuando la vejez se hizo realidad, en el mes de junio de 1921 regresaron los dos en viaje de recreo y familiar a Corcubión a bordo del vapor Masidia, junto con una sirvienta llamada Rosario Acosta.

Y después de su larga estancia en la villa de las Mercedes, el 5 de noviembre del año siguiente, en 1922, regresaron a la Argentina en el vapor Flandia después de embarcar en A Coruña. Fue el último contacto con su tierra de origen, y solo dos años más tarde la esposa de Juan Castro falleció, en marzo de 1924, en la citada ciudad de Tucumán.

Ocho años después, y antes de fallecer Juan Castro, viajó a la Argentina su sobrino Jesús María Castro Ballesteros (en la imagen, obtenida en el archivo municipal de Corcubión) en el vapor Madrid desde A Coruña. Este, que estaba soltero y tenía 25 años, pasado algún tiempo regresó a España y terminó sus días como secretario de juzgado en Castro de Rei (Lugo).