Una veintena de alumnos de último curso del Instituto Santiago Apóstol de Buenos Aires realizan estos días un viaje de estudios por la comunidad
16 sep 2019 . Actualizado a las 15:50 h.Un viaje de estudios por Galicia que llevan esperando durante años. Podría ser un acontecimiento escolar más, pero no lo es porque sus participantes están muy unidos a la comunidad gallega: son 22 alumnos de último curso del Instituto Santiago Apóstol de Buenos Aires, una entidad gestionada por la Fundación Galicia América, integrada por la Xunta y el Centro Galicia de la capital argentina; un colegio sustentado en «a defensa, do patrimonio cultural galego a once mil quilómetros das provincias administrativas», según palabras de su director, Carlos Xavier Rodríguez Brandeiro.
Llegaron al aeropuerto de Alvedro el pasado 10 de septiembre y estarán por tierras gallegas hasta el próximo 25 de septiembre, día que toman el avión de regreso. Entre medias, tienen un completo programa cargado de excursiones para vivir en su propia piel toda la arquitectura, geografía, historia, cultura y tradiciones que han aprendido desde pequeños en la distancia. Tienen su base de operaciones en una residencia de Culleredo y, desde allí, cada día toman el autobús para cubrir un completo programa de actividades donde no faltan las visitas a las principales ciudades y lugares de interés, como tampoco otras más lúdicas, como un concierto de la París de Noia o visita a centros comerciales y recepciones en distintos organismos públicos.
Muchos de los chavales que disfrutan de este viaje por Galicia tienen raíces en la comunidad, como Emiliano Delavault, cuyo abuelo emigró muy joven a Buenos Aires «y aquí formó su familia sintiendo hasta el último día de su vida morriña por su tierra», escribe su madre, quien además cuenta orgullosa que su bisabuelo José García Fernández, nacido en 1860, «fue concejal y teniente de alcalde del Ayuntamiento de A Coruña».
«La cultura es clave y estos chavales cantan canciones en gallego desde que tienen dos años». explica Daniela Maldonado, una de las profesoras que les acompaña por Galicia en estas dos semanas y que cuenta cómo el viaje a Galicia es el culmen de toda una vida escolar donde las raíces cuentan y mucho. Para esta profesora también este viaje está siendo muy especial: ella, que fue una de las fundadoras del centro en el año 1998, lleva varios años realizando tareas de coordinación y tiene aparcada la labor puramente docente. Pero el grupo de alumnos que este año acompaña fue el último al que dio clase. También fueron alumnos de Gladys Caldas, la otra profesora que completa el grupo. Ambas maestras están «viviendo un sueño» estos días.
Y como no podía ser de otra forma, todos los alumnos que tienen familia aquí tienen en este viaje de estudios la posibilidad de encontrarse con sus allegados. Todos ellos están en el inicio de su edad adulta y, aunque sus profesoras cuentan que aún no tienen del todo claro lo que les deparará en un futuro, este viaje de cambio de etapa puede ser un buen momento para pensar en cómo y dónde quieren seguir su trayectoria educativa. Y, por qué no, puede ser en Galicia.