Emigrantes de Cee en Argentina: varios nombres e historias

Luis Lamela

ARGENTINA

CEDIDA POR LUIS LAMELA

GALERÍA DE EMIGRANTES | Nueva entrega de la sección de Luis Lamela. Vidas en la diáspora

26 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Y, marchaban, y se iban... La villa de A Xunqueira fue también un pueblo de emigración. Muchos ceenses forman parte de esa larga historia que no atinamos a recuperar totalmente, jóvenes en su mayoría en busca de oportunidades laborales en una emigración americana que normalmente era dolor, soledad, nostalgia y mucho trabajo.

Uno de esos fue José Andrade, nacido en Estorde. Emigró con 14 años para la Argentina en el vapor Desna desde el puerto de Vilagarcía, y arribó al país austral el 27 de octubre de 1925. Después se casó con Consuelo Blanco y falleció en Buenos Aires el 16 de julio de 1940. Otros ceenses fueron Alfredo y Jesús Areas Blanco, de los Candiño de Ruibo-Lires. Emigraron también para la Argentina, el primero en 1929 con 28 años y el segundo se casó en Buenos Aires el 6 de febrero de 1926 con María Elisa Rey. Otro más fue Ángel Armesto, que emigró para la Argentina en octubre de 1906, con 7 años. En 1927 se casó con Lolita García, también originaria de Cee, y en 1965 era propietario, junto con otros cinco socios, de un hotel-alojamiento ubicado en la calle México, 1.250, de la capital federal.

Juan Blanco Meréns nació igualmente en Cee y emigró para la Argentina, país en el que se casó con Irene Morán. Esta había emigrado con dos años al embarcar en Vigo en el vapor Amiral Nielly junto con 12 miembros de su familia, arribando el 15 de noviembre de 1904.

Otro emigrante ceense, en este caso mujer, fue Amparo Caramés Mayán, hija de Ramiro Caramés y de Ángela Mayán Romero, un matrimonio que emigró para la Argentina, país en el que tuvieron otro hijo más que llamaron Juan. De Amparo Caramés, como de muchísimos otros, no podemos hacer más que conjeturas. Sabemos que emigró con sus padres a edad muy temprana -con dos o tres años- en la segunda década del siglo XX; y que era sobrina de Juan Mayán Romero, un antiguo músico de la Banda de Cee y directivo en 1929 de la Asociación ABC del Partido de Corcubión, en Buenos Aires. El único testimonio material que poseemos es la imagen que ilustra esta reseña, en su primera comunión y la de su hermano, publicada en la revista Alborada y que hoy sirve para mantenerles vivos metafóricamente.