La vuelta al mundo con parada en Coirós

ARGENTINA

Una joven argentina aprovecha su largo periplo para conocer la casa de su abuela en la parroquia de Ois

04 dic 2014 . Actualizado a las 08:47 h.

Noelia está en medio de un viaje alrededor del mundo. Comenzó a finales de abril y aún no sabe cuándo concluirá. Entonces, partió de Buenos Aires, y se dispuso a recorrer varios continentes con un punto de parada muy especial. Acaba de dejar Coirós, donde ha pasado una semana con una familia que no conocía. Allí, acompañada por su amiga Débora, cumplió parte de un sueño: visitar la casa donde nació su abuela, Erundina Rapela, una mujer que hoy ansía su llegada a Argentina. Pero la abuela tendrá que esperar. Porque tras abandonar Coirós, Noelia Carolina Fernández y su amiga ya se encuentran en Tailandia, donde prevén pasar tres meses. «Y luego ya se verá», dice mientras apura sus últimas horas en la casa de su prima Maribel. Con ella vivió otro momento emotivo, acudió a una misa en Santa María de Ois, la parroquia de su abuela. Antes de Coirós también visitó el municipio de Ames, de donde es oriundo su abuelo Vicente. «Pero ellos se conocieron ya en Argentina», matiza Noelia, profesora de educación física, un trabajo que ha decidido aparcar para vivir una experiencia increíble.

El recorrido desde aquel 29 de abril, cuando se despidieron de sus familias, da vértigo. Nada más desembarcar en Barajas recorrieron buena parte de Portugal. Desde allí visitaron una lista de ciudades europeas: Londres, Ámsterdam, París, Lyon para, posteriormente, tomarse con calma el profundo conocimiento de Italia durante un mes. Allí quien vivió sensaciones especiales fue Débora, ya que sus orígenes están en un pueblecito de Salerno. Una vez en España, lejos de descansar se desplazaron a Pamplona para iniciar el Camino de Santiago, donde las recogería su familia de Coirós. «De Galicia nos ha encantado la vegetación, el verde, la frondosidad de su paisaje». En el último tramo, ya llegando a la capital de Galicia, les pilló la tormenta e incluso el granizo. Pero a Noelia le esperaba la casa de su abuela, estaba a punto de visualizar los miles de historias que ella le había contado de pequeña. «Pude ver sus lugares de juegos, la iglesia, la escuela, el río Xora, donde ella iba a lavar la ropa...».