Villamil Torrado, un ribadense juez y alcalde de Arecibo, en Puerto Rico

martín fernández

AMÉRICA

ARCHIVO DE MARTÍN FERNÁNDEZ

Emigrantes gallegos llegaron al país con dos perfiles: militar y comercial

19 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La emigración gallega a Puerto Rico tuvo dos componentes fundamentales. De un lado, el castrense, mediante el cual miles de jóvenes llegaron a la isla en el siglo XIX con el ejército colonial español. Y, de otro, el comercial, los miembros de la mesocracia de aldeas y villas que marchaban ya con empleo en casas de comercio. Fue, en todo caso, una diáspora diferente a la popular y masiva de otros países. Una migración selectiva que generó élites, despegó sobre 1840, creció hasta 1898 cuando el país se independizó y residían allí 19.565 españoles, y sufrió un imparable descenso después.

Una de esas dos circunstancias llevó al ribadense Manuel Villamil Torrado a la isla caribeña. La profesora Estela Cifre de Loubriel destaca en su libro La formación del pueblo puertorriqueño, contribución de los gallegos, asturianos y santanderinos, que en el año de 1858 estaba soltero, tenía 27 años, era comerciante en la ciudad de Arroyo y había residido antes en la capital, San Juan de Puerto Rico.

Destaca también la historiadora que era comisionista y comerciante de víveres al por menor y sin tabaquería tanto en la citada ciudad como en Manatí y que un hermano de él, llamado Andrés, era también comerciante en la ciudad de Añasco.

Durante los primeros años de su estancia en el país debió dedicarse al comercio y, en concreto, al comercio ambulante como era la actividad habitual en el caso de muchos gallegos radicados en México por la misma fecha. Pero el caso es que en 1891 ya estaba asentado en la ciudad de Arecibo pues una información publicada en el periódico La Correspondencia de Puerto Rico el 16 de enero de 1891 dice que un grupo de gallegos constituyeron en esa ciudad el Centro Gallego de Arecibo y que Manuel Villamil era su presidente.

Presidente del Centro Gallego

Según la publicación, el grupo fundacional que fue, al tiempo, su primera junta directiva, estaba formado por Francisco Lourido de la Riva ?un comerciante de Cangas (Foz) del que ya se escribió en esta serie y tío del poeta del Rexurdimento Francisco Lourido Sánchez, también protagonista de estas páginas- como presidente honorarIo; Manuel Villamil Torrado, de Ribadeo, presidente ejecutivo; Ramón García, tesorero, y José Galanes, secretario.

Dos años después, en 1893, el ribadense era alcalde de Arecibo según recoge la Gazeta de Puerto Rico y la página web ?www.arecibo.inter.edu- de la Universidad de Arecibo. Villamil Torrado fue alcalde cuando la isla estaba gobernada por las siguientes personalidades dependientes del Reino de España: Gobernador, Andrés González Muñoz; Senador y Diputado en las Cortes Españolas, el conservador Ignacio Díaz Canela y Alonso; y Obispo, Juan Antonio Puig y Montserrat.

Su gobierno municipal estaba constituido, además de él, por cinco concejales: José R. Rivera, Ramón Viñas, Antonio Goicouría, Eduardo Rosso y Ramón Matos.

Cinco soldados muertos de Ribadeo y un total de 81 militares de la comarca en la isla en el año 1898

Los mariñanos de Puerto Rico a finales del XIX se agrupaban en torno al comercio o la milicia. Los primeros llegaban, reclamados por un familiar, para trabajar como dependientes y, cuando ahorraban 1.000 pesos, formaban sociedades o se independizaban. Eran 40 personas/familias procedentes de la clase medio-alta rural o la burguesía urbana. Alcanzaron, en gran medida, un notable poder social derivado del económico, lo que les permitió invertir en préstamos o bienes inmobiliarios.

Los militares de A Mariña residentes en Puerto Rico a finales del siglo XIX eran 81 entre soldados y oficiales: 26 de Mondoñedo; 22 de Viveiro; 6 de Ribadeo y de Foz; 4 de Barreiros y Lourenzá; 3 de O Vicedo; 2 de Trabada, A Pontenova, Ourol y O Valadouro; y 1 de Riotorto y de Cervo.

De los seis soldados de Ribadeo fallecieron cinco en hospitales de la isla a causa de enfermedades o heridas de combate: Andrés Díaz Alonso, de Cubelas, muerto a los 30 años; Juan Díaz López, de Vilela, a los 25; Francisco Díaz Rodríguez, de Villaframil, a los 23; Blas Fernández Alonso, de Ribadeo, a los 35 y Ramón Fernández Fernández, de A Devesa, a los 21 años. El sexto, Manuel Villamil Torrado, de Ribadeo, sobrevivió a la guerra y se quedó en Arecibo.

Antes de esa época, tuvieron una pionera y destacada participación en la isla otros tres ribadenses: Fernando Méndez San Julián, abogado de El Franco (Asturias) que fue alcalde de Ribadeo; el Comandante Manuel María Vázquez, padre de Adolfo Vázquez Gómez, el tío «descarriado» de Calvo Sotelo; y el capitán Altide Parga, casado en Cangas (Foz) con Mª Antonia Mon.

De 40 comerciantes de A Mariña, cuatro se nacionalizaron norteamericanos

Los españoles residentes en Puerto Rico en 1898 ?cuando la isla pasó a manos de los Estados Unidos- eran 19.565, según los historiadores Matilde Albert y Miguel Villa. Dos años después, en 1900, solo vivían en la isla 7.690 peninsulares y se marcharan 11.875. Las nuevas autoridades permitieron optar entre la ciudadanía española y la americana. Esas Declaraciones de Nacionalidad detallan que el número de gallegos en esa fecha era de 1.236, de los que 43 eran de A Mariña, todos dedicados al comercio.

De Viveiro había 18: los hermanos Abadín Martínez ?Ángel, Evaristo, Pedro y Manuel-, Antonio y Juana Puente Leal, Blas y Francisco Martínez García, José Franco González y su sobrino Enrique Franco Rey, José A. Lago Martínez, Jesús Míguez Villar, José Suárez Deus, Marcial López, Daniel López Carbia, Luis Torrón Colosía y dos mujeres, Rosario López García y Dolores Villalba Rodríguez, que era de Landrove.

De los 12 de Foz, cinco eran de Cangas: el poeta y escritor Francisco Lourido Sánchez, su hermano Perfecto y su sobrino Matías Saá Lourido, y los hermanos Antonio y Manuel Moreda Santiso; cuatro de Santiago de Foz: Ramón Bolaño Solveira, José Otero Rapa, Justo Pérez Río y José Vázquez López; dos de Nois: Francisco Salgado y Joaquín Ríos González; y uno de San Martiño, Clemente Iglesias Castro.

Ribadeo tenía 4 emigrantes en la isla: los hermanos Cándido y Andrés Braña Puelles, Manuel Villamil Torrado y Ricardo Rodríguez Alonso. Mondoñedo, dos: José Fernández Bouza y José Benito Taboada Vizoso. Alfoz, dos (Eulogio Geada Febrero y José Maseda Expósito) y uno Burela (José Pardo Ríos), Lourenzá (Francisco Blanco Moinelo), O Valadouro (Francisco Janeiro G.), Vilaodrid (Antonio Rico Dorado) y San Cibrao (Abelardo San Juan Carrete).

De todos ellos, solo cuatro optaron por la nacionalidad norteamericana. Eran el guardia Cándido Brañas Puelles, de Ribadeo, y el citado Manuel Villamil; Clemente Iglesias Castro, de San Martiño (Foz); y José Suárez Deus, de Viveiro. Villamil Torrado fue nombrado en 1919 juez de instrucción de Arecibo y su partido judicial.