Antonio García, exiliado en Chile

Luis Lamela

AMÉRICA

09 oct 2019 . Actualizado a las 22:13 h.

Antonio García Canosa nació en Fisterra el 3 de agosto de 1910, hijo de José García Rivas y de Josefa Canosa Pequeño, miembro de familia numerosa residente en la hoy llamada «rúa Alejandro Finisterre». Como la inmensa mayoría de los jóvenes del Fisterra de aquel entonces, Antonio García se dedicó a labores de pesca desde muy joven, al tiempo de nacerle una temprana conciencia social y política. Durante los años de la Segunda República estuvo sindicado en la Sociedad de Oficios Varios, afecta a la UGT socialista, de Fisterra, moviéndose políticamente en círculos republicanos y del alcalde Cipriano Fernández, a la sazón en Izquierda Republicana de Manuel Azaña, el único mandatario de la Costa da Morte que en el otoño de 1936 fue paseado por los paramilitares falangistas. Alistado forzoso al ejército franquista, Antonio García desertó en el frente de guerra y pasó a luchar con el ejército de la República hasta la definitiva derrota. A principios de 1939 pasó a Francia y fue internado en el campo de concentración de Septfonds, uno de los lugares más simbólicos y emblemáticos del exilio español en el país galo. En los primeros días de septiembre, después de varias gestiones ante la Cruz Roja Internacional por parte de sus hermanas que estaban en la emigración en Argentina y en EE.UU -Concepción, Eumelia, José, Josefa y María-, viajó a Chile a bordo del famoso Winnipeg. Exiliado en Valparaiso, primero compró un pequeño barco con dinero aportado por sus citadas hermanas, trabajando en la pesca en el océano Pacífico, en un país poco consumidor de pescado. Después se empleó en una panadería en Santiago de Chile regentada por emigrantes españoles y posteriormente adquirió un pequeño almacén de comestibles y se casó, dejando cuatro hijos en el país andino. Antonio García falleció en el exilio chileno en 1955, luego de 16 de estancia y con 45 de edad. No está de más que en estos días que se celebran homenajes recordando a los deportados de la guerra civil, evocar a un hijo de la Costa da Morte en representación de otros muchos que también sufrieron el mismo desgarro.