Un gallego en la corte del inca

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

AMÉRICA

María del Carmen Martín Rubio, en Cuzco, en uno de sus viajes de investigación a Perú
María del Carmen Martín Rubio, en Cuzco, en uno de sus viajes de investigación a Perú Sengo Pérez

María del Carmen Martín Rubio investiga la figura de Juan de Betanzos, autor de la crónica más completa del reino andino, intérprete del quechua y héroe de la Conquista

15 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«La Suma y narración de los Incas de Juan de Betanzos es el documento más profundo y verídico de la cultura andina: su testimonio ha cambiado la historia». De esta forma describe María del Carmen Martín Rubio el impacto que supuso el descubrimiento en 1987 de la versión completa de 87 capítulos -hasta ese momento se conocían solo 18, hallados a finales del siglo XIX- de la crónica del gallego que se destacó en la Conquista de América como intérprete del quechua y sus dotes como mediador.

La historiadora halló el valioso documento en la biblioteca de la Fundación Bartolomé March en Mallorca, un hito en una carrera en la que su fascinación por la figura de Juan de Betanzos no ha menguado. En una charla sobre él en la Casa de Galicia en Madrid el miércoles día 15 de enero (19.30 horas) abordará algún episodio poco conocido de su biografía, como sus expediciones a Vilcabamba, un enclave cuya ubicación fue un misterio durante años y solo se ha podido precisar recientemente.

Esas misiones se desarrollaron cuando Juan de Betanzos frisaba ya los 57 años, una edad muy avanzada para el siglo XVII (nació en 1510 y falleció en Cuzco en 1576). Buena parte de su vida transcurrió al otro lado del Atlántico. «Debió de llegar a América con 18 o 20 años -relata Martín Burgos-. Sabemos que era un hidalgo y una persona muy formada, con una gran cultura clásica y con destrezas musicales, como demuestra que formase parte de la Capilla de Música de Gonzalo Pizarro y que fuese uno de los introductores en Perú de la guitarra de cuatro cuerdas». Además, debía tener facilidad para las lenguas, ya que aprendió quechua a toda velocidad, uno de los pocos españoles en dominar el idioma, lo que le otorgó una perspectiva más completa que la de sus contemporáneos. «La mayoría escribían sobre lo que veían y lo que ocurría, pero, al no conocer la lengua, su visión era mucho más limitada», sostiene la historiadora.

Juan de Betanzos tuvo acceso directo a las élites incas gracias a su matrimonio con una princesa

Por si esto fuese poco, Juan de Betanzos tuvo acceso directo a las élites incas, gracias a su matrimonio con la princesa Cuxirimay Ocllo. Frecuentó a los amautas -maestros- y sus conocimientos de la cultura andina superaban con mucho a los de sus compatriotas contemporáneos. Y también juega a su favor que toda su vida adulta transcurriese en América. «El Inca Garcilaso de la Vega tenía su bagaje de la niñez, pero se vino con 19 años a España. Además, por culpa de la Inquisición no pudo presentar el Estado inca con toda precisión, algo que Juan de Betanzos sí hizo», afirma Martín Rubio.

 Valiente y ambicioso

La historiadora, que asocia al gallego con los Andrade, cree que Juan de Betanzos era alguien tan valiente como ambicioso. «Ahí está el hecho de que se presentase voluntario en 1556 para gestionar la paz con los incas sublevados en Vilcabamba, adentrándose en una zona de difícil acceso y con grandes peligros», relata, misión que repetiría en 1560, lo cual testimonia sus habilidades como mediador y para la diplomacia.

En sus investigaciones, Martín Rubio ha determinado el nombre completo del aventurero, Juan Díez Araoz -«Su familia materna era de Oñate»-, aunque siempre firmó como Juan de Betanzos. Y en sus viajes e indagaciones ha ido recopilando otros datos de interés sobre el personaje. Después de enviudar de la princesa inca -que tomó el nombre de Angelina-, Juan de Betanzos casó con una española, Catalina Velasco, con la que tuvo varios hijos. Uno de ellos, Rui, pleiteó con su hermanastra María, hija del primer matrimonio, tras la muerte del padre común. Martín Rubio encontró la documentación del litigio en el Cabildo de Lima, donde averiguó que el español murió «con la familia arruinada, sin dinero para enterrarlo. Y no sé por qué». El último enigma de Juan de Betanzos.