Los ecos del proyecto Wwoof suenan en O Val Miñor

La Voz

AMÉRICA

Un joven que participó en la iniciativa de voluntariado internacional en granjas orgánicas en Canadá ha decidido importarlo en su tierra. El resultado es el colectivo nigranés Toma de Terra.

26 jun 2014 . Actualizado a las 11:06 h.

Ecología Toma de Terra surge en Nigrán con el objetivo de potenciar

la producción local y volver a la esencia del contacto con la naturaleza

Más allá de la producción hortícola, el proyecto asociativo está abierto a todo tipo de propuestas de cualquier ámbito.

[míriam vázquez fraga] Borja Carvajal regresó hace unos meses a Galicia tras una estancia en Estados Unidos, Canadá y México. Aunque luego estuvo trabajando, su aventura al otro lado del charco comenzó de la mano del proyecto de voluntariado internacional World Wide Opportunities on Organic Farms (Wwoof). Esa experiencia le marcó de tal forma que, de nuevo en su país, quiso poner en marcha la versión miñorana de la iniciativa. Así surgió el pasado octubre la asociación Toma de Terra.

«Se trataba de realizar voluntariado a cambio de comida y alojamiento. Eso es lo que poco a poco tratamos de implantar aquí», explica el joven, que impulsó el colectivo junto con un grupo de amigos. Empezaron por la base, una huerta donde «romper la barrera entre productor y consumidor para que la gente se conciencie de que se puede ser ambas cosas a la vez», y cuyos productos reparten entre los asociados. Después han ido naciendo otras ideas derivadas hasta el punto de que no cierran las puertas a nada. «Estamos desarrollando un proyecto de radio, con un espacio de reggae que subimos a la web para que lo pueda escuchar todo el mundo», ejemplifica este biólogo, dedicado actualmente «al 100 %» a Toma de Terra.

La meta no es otra que poder vivir de ello. «Queremos que todo miembro tenga su papel. Llega alguien y le decimos: ?A ver, ¿tú qué puedes hacer??», cuenta Carvajal. Con la idea de ayudarse, de que cada persona se encargue de una función concreta y que se coordinen entre todos. «Por ahora, el apoyo no es económico, pero estamos unidos y nos vamos ayudando. Queremos potenciar el consumo local y todo lo que se produce en la zona de O Val Miñor y también de Vigo». Entre las cuestiones pendientes figuran una agrupación de teatro e incluso una editorial. «Un miembro ha escrito un libro y la intención es editarlo, hacer una tirada pequeña y artesanal y, si sale bien, ofrecer a otros autores a los que les interese hacer cosas a pequeña escala».

El colectivo lo forman alrededor de una treintena de personas y se definen como «un grupo que intenta apoyar y difundir la idea de movimiento local, tanto económico como cultural». La colaboración con otras agrupaciones de idearios similares es un pilar fundamental para ellos, como prueba su relación con la Casa Colorida. «En la finca donde tenemos la huerta no podíamos ofrecer alojamiento y comida como en Wwoof y ellos se han ofrecido a hacerlo. Gracias a eso estamos acogiendo a nuestros primeros voluntarios».

Carvajal reconoce que la «cultura comunitaria y de apoyo a la agricultura ecológica» que conoció de cerca le dejó huella. Por eso quiere que Toma de Terra también traspase fronteras. «Nos gustaría darle una salida internacional. Cuando consigamos consolidarlo, ir a otros sitios y decir ?estamos aquí?». Quieren tomar la tierra; de ahí su nombre: «Pretendemos hacer las cosas con calma, por uno mismo, volviendo a la tierra, partiendo de que hay mucha gente que quiere parar el ritmo y no sabe cómo. Esa es la esencia».