El meteorólogo de Foz en el que confían diez aeropuertos de España: «Encántame este traballo, non sinto presión»

ESPAÑA EMIGRACIÓN · Exclusivo suscriptores

Adrián Naray, en Foz
Adrián Naray, en Foz PEPA LOSADA

Predictor aeronáutico de Aemet en Santander, Adrián Naray realiza pronósticos en los que se basan los pilotos para tomar decisiones

13 abr 2024 . Actualizado a las 11:27 h.

La pasión de Adrián Naray Ares (Foz, 1997) es aquello de lo que hablamos con los desconocidos al coincidir en un ascensor: el tiempo, materia que nos afecta cada día de nuestras vidas y de la que no sabemos tanto como debiéramos. Este mariñano alimenta su vocación a diario en un trabajo singular: es uno de los siete predictores-analistas aeronáuticos que ejercen en el centro de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Santander. Este grupo asesora a diez aeropuertos, nueve comerciales y uno militar, entre las comunidades de País Vasco, Navarra, Cantabria, Asturias y Galicia.

Es muy posible que el lector haya viajado en uno de los aviones con destino u origen Rosalía de Castro (Santiago de Compostela), Alvedro (A Coruña), Peinador (Vigo), Asturias (Avilés), Seve Ballesteros (Santander), Loiu (Bilbao), Foronda (Vitoria), Hondarribia (San Sebastián), Pamplona y el militar de Bardenas Reales, también en Navarra, aeropuertos que esperan como agua de mayo las predicciones meteorológicas que, cada seis horas, suministran los predictores de Aemet. También aquellos que vuelan a otras latitudes pero, en caso de que haya condiciones adversas, pueden contemplar como opción variar su ruta y aterrizar en alguna de estas infraestructuras.

Aemet tiene centros de predicción también en Madrid, en Sevilla, en Valencia y en Las Palmas de Gran Canaria. Cada uno de los grupos tiene unos siete predictores, por lo que Naray ejerce un trabajo que asumen poco más de una treintena de personas en España.

El equipo tiene las 24 horas del día a alguien de guardia, y si las condiciones son cambiantes o complicadas, varios de esos aeropuertos necesitan predicciones a corto plazo, de unas dos horas. «Que comece a chover de forma intensa ou cambie o vento de suroeste a noroeste son fenómenos significativos para a aviación», señala Naray.

Cada predicción, que se realiza en un código internacional llamado TAF para que puedan hacer uso de ellas profesionales de distintas nacionalidades, cuenta mucho, y es que las condiciones meteorológicas pueden afectar a la toma de decisiones de un piloto durante un vuelo. «Se nós activamos un aviso de treboadas para un aeroporto, os avións non poden recargar combustible. Daquela daste conta da importancia que ten o teu traballo», admite.

Adrián Naray, en su trabajo
Adrián Naray, en su trabajo

De hecho, afirma no sentir presión. «Gústame tanto o meu traballo que gozo máis nos días complicados», aclara. Ya ha vivido en el trabajo los temporales Karlotta y Ciarán, y explica que «estivemos un pouco en vilo por un avión pequeno que tivo que descartar aterrar en Asturias, logo en Vitoria e acabou en Pamplona».

Los aterrizajes son lo más complicado, y es que «un avión no aire que non ten onde aterrar e ten o combustible xusto é un grave problema, o que non acontece co que está a punto de despegar», argumenta.

Otros fenómenos meteorológicos pueden ser igual de cruciales. «En Santiago e Vigo, por exemplo, hai moitas néboas que nos dan moitas dores de cabeza. Estes dous aeroportos están preparados ao máis alto nivel, cun sistema por radiofrecuencia para aterraxes en condicións de baixa visibilidade, pero outros non teñen esta tecnoloxía e iso pode xerar desvíos con néboas menos densas», expone.

Incluso con esas ayudas, realizar las predicciones con bruma es complejo. «Nós traballamos con satélite e custa moito prognosticar cando eses bancos se van meter ou desaparecer. Aí tócanos aos predictores interpretar o que está a ocorrer, o que non pode facer unha máquina e para o que tiramos de experiencia», manifiesta.

Además, el viento «causa moitísimos problemas. En Asturias, o sur está matizado polas montañas, pero con oeste ou suroeste pode haber desvíos, porque os avións segundo está orientada a pista sofren os refachos de xeito perpendicular», ahonda.

A los pilotos, matiza, les interesa que el viento dé de cara a los aviones, ya que de venir de cola una velocidad pequeña, de 18 km/h, puede causar muchos problemas para aterrizar, empujando la aeronave hacia el suelo. «Así, en Asturias, dependendo do aire, poden optar por aterrar dende o mar ou dende o interior», señala a modo de ejemplo.

La divulgación es otra de sus pasiones —es el autor de la bitácora digital O Tempo en Foz— y puede ejercerla también en Aemet, ya que colabora en la gestión de las redes sociales de una agencia en la que, agradece, le han acogido con buen ambiente y los brazos abiertos.