Matando el hambre bajo las bombas

Antonio Muñoz Sánchez

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Serapio Hernández de la Iglesia (Vigo, 1922), trabajó en la fábrica de BASF en Ludwigshafen
Serapio Hernández de la Iglesia (Vigo, 1922), trabajó en la fábrica de BASF en Ludwigshafen Arolsen Archives

Unos 750 obreros emigraron de Galicia al Reich en plena guerra mundial

12 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El 17 de diciembre de 1941, Amancio, Gregorio e Ismael Domínguez Guisantes partieron de Vigo en un tren especial con destino a Alemania. Como los tres hermanos, buena parte de los viajeros eran menores de edad. Algunos habían falsificado la autorización paterna, otros iban casi empujados por la familia. Huyendo del hambre, 750 gallegos emigraron al Reich en busca de trabajo durante la Segunda Guerra Mundial. Del paraíso prometido, ni rastro. Al menos veinte murieron en accidentes, de tuberculosis, en bombardeos o por ataques de partisanos. Sorprende que Galicia, tan orgullosa de sus emigrantes, desconozca todo de estos gastarbeiter de primera hora. Pero no es demasiado tarde. Ochenta años después de la partida de aquel tren especial de la estación de Vigo, quizás alguno de los viajeros lea este artículo y se anime a contar su experiencia en una Europa en llamas. O quizás lo hagan sus familiares, como Adelina Fontán, quien todavía hoy recuerda el regalo que su hermano le trajo de Alemania.

Entre los millones de europeos que trabajaron en Alemania durante la guerra se contaba un pequeño grupo de voluntarios procedentes de países amigos, como la España de Franco. Al igual que la División Azul y el wolframio, el envío de productores (en la jerga franquista) al Reich tuvo una motivación política: saldar la enorme deuda que Franco tenía con Hitler por su ayuda durante la guerra civil. Además de beneficiarse de su trabajo, Alemania se quedaba con el dinero que los emigrantes enviaban a España. Las remesas eran, pues, ficticias. Los giros que llegaban a las familias los hacía el Banco de España con sus propios fondos. La emigración al Reich era, por tanto, un negocio ruinoso para el régimen, lo que explica su escaso interés por impulsarla. De los 100.000 productores que Berlín reclamó tras la firma del acuerdo de emigración en agosto de 1941, Madrid solo enviaría 10.000 en los dos años siguientes.

Repatriaciones de enfermos

De los 300 emigrantes gallegos del primer convoy, la mitad fueron a Heydebreck, una villa de la Alta Silesia en la que se construía una planta industrial. Las condiciones eran terribles y, desde enero de 1942, se produjo un goteo constante de repatriaciones de enfermos. Para poner fin al desastre, la embajada española logró la cancelación de los contratos y el traslado de los productores. Gran parte de ellos recalaron en la gigantesca planta química BASF en Ludwigshafen, a orillas del Rin, donde trabajarían junto a otros gallegos que allí estaban desde la Navidad de 1941. Aunque su situación era relativamente buena, el malestar de los gallegos era generalizado. Se sentían engañados por no ver cumplido el compromiso de que estarían igualados a los alemanes, y por los elevados descuentos por viaje, ropa, comida o habitación, que mermaban hasta un 25 % la nómina.

La decepción y el orgullo herido alimentaron el absentismo en la BASF. Carlos Nogueira Blanco (Vigo, 1923) y Antonio Fernández Sousa (Vigo, 1923) lo pagaron con un par de meses de «reeducación» en un campo de las SS. Mucha peor suerte corrieron los dos trabajadores gallegos represaliados por motivos políticos de los que tenemos noticia. Emilio Rodríguez Pérez (A Coruña, 1913) sobrevivió a más de tres años de cautiverio en Buchenwald y Dachau. Antonio González Vázquez (Barroso, Ourense, 1918), pasó por Natzweiler, Bergen-Belsen, Flossenbürg y Sachsenhausen, donde seguramente falleció.

Los ferrocarriles de Berlín y la BASF fueron los destinos principales de los productores gallegos del segundo transporte de septiembre de 1942. El grave empeoramiento de la situación general en Alemania tras la derrota en Stalingrado tuvo su reflejo más trágico para los productores en un rosario de muertes que no se frenaría ya hasta el fin de la guerra. Ante aquel negro panorama, varios miles de emigrantes regresaron a España, entre ellos no pocos gallegos de la BASF, sometida a duros bombardeos a partir de finales de 1943.

Los últimos 250 irreductibles

En el verano de 1944, quedaban 3.000 productores españoles en el Reich. Unos 250 de aquellos irreductibles eran gallegos. Por increíble que parezca, algunos decidieron pasar las vacaciones con la familia, afrontando la temeridad de cruzar Francia. Cerca de Lyon, un grupo fue asaltado. José Bastos Fernández y su hijo Edmundo Bastos Costas (Vigo, 1900 y 1925) lograron escapar y llegaron a Lavadores, desde donde escribieron al Gobierno pidiendo ayuda como «unos de los pocos supervivientes que hemos atravesado la Francia a pie y hemos perdido todo el equipaje por culpa de los maquis franceses y de los rojos españoles».

En los últimos meses de la guerra, los españoles se dirigieron en masa al sur de Alemania con la esperanza de alcanzar Suiza. El 25 de febrero de 1945, un grupo procedente de Berlín fue sorprendido por un bombardeo aliado en Múnich. Nueve murieron frente a la estación central, de los cuales, cuatro eran gallegos. La noticia del fallecimiento de Manuel Fontán llegó días más tarde a la familia en Pazos de Borbén. Su hermana Adelina recuerda como si fuera hoy la visita que les hizo en 1943, cuando trajo de «agasallo unha flor pequeniña que brillaba na escuridade».

Antonio Muñoz Sánchez es investigador del Instituto de Ciências Sociais da Universidade de Lisboa.

Gallegos fallecidos en la Alemania de Hitler

Trabajadores gallegos fallecidos entre 1942 y 1945 en Alemania:

1942

Ricardo Gallego Alonso (Pontevedra, 1923).

1943

Claudio Abal Fernández (Pontevedra, 1924); Eduardo Fernández Rodríguez (Vigo, 1915); Enrique Fernández García (Vigo, 1917); Tadeo González Pérez (Ourense, 1911); Jesús González Álvarez (Vigo, 1920); Vicente Martínez Rodríguez (Vigo, 1919); Antonio Loureiro Sousa (Vigo, 1920).

1944

José Martínez Rodal (Cangas, 1912); Joaquín Rey Beiro (¿?,1898)

Aurelio Rey Agra (Cotobade, 1923); Ernesto Martínez Méndez (Vigo, 1913); Antonio González Vázquez (Barroso, Ourense, 1918); Manuel Lustres Riobó (Bueu, 1914).

1945

Ángel Castro Trabazo (Marín, 1924); Joaquín Fernández Montenegro (Pontevedra, 1923); Argentino Alfonso Sanromán (Baiona, 1914); Manuel María Fontán Bouzón (Pazos de Borbén, 1924); Manuel Fontán Sestelo (Salceda, 1915); Manuel Goris Fernández (Poio, 1911).