Una investigación reconstruye la vida del negreirés que sobrevivió a los nazis

Emilio Forján NEGREIRA

ALEMANIA

Avelino da Xalleira fue uno de los 179 gallegos deportados a Mauthausen

01 feb 2021 . Actualizado a las 00:53 h.

El refrán que dice «el que la sigue la consigue» bien se le puede aplicar al arduo trabajo de investigación llevado a cabo por el historiador negreirés José Manuel López Tuñas para reconstruir y sacar a la luz la azarosa vida de Avelino García García, conocido como Avelino da Xalleira, superviviente del campo de concentración nazi de Mauthausen y natural de Negreira.

Avelino García fue uno de los 179 gallegos que fueron a parar a esa prisión austríaca de infausto nombre y cuyo recuerdo aún hoy hiela la sangre. Solo unos pocos sobrevivieron cuando en mayo de 1945 el campo fue liberado por las tropas aliadas y Da Xalleira fue uno de ellos.

Gracias a una información publicada en La Voz, José Manuel López Tuñas pudo establecer contacto con el documentalista asturiano Alberto Vázquez García, que está inmerso en un documental sobre la vida de este negreirés para el que espera recabar apoyos y que entrevistó a Avelino en Pessac, muy cerca de Burdeos, antes de su muerte en el año 2016, cuando contaba con 102 años de edad. Le contó que durante cuatro años tuvo siempre la misma ropa o que cuando regresó a Francia tras la liberación pesaba 43 kilos porque solo le daban de comer una vez al día nabos podridos hervidos en agua.

«Finou nesa localidade da Gironde, onde gozaba de moita estima, o 12 de maio de 2016 aos 102 anos de idade na compaña da súa familia e a triste nova publicouse no Journal Sud Ouest de Burdeos», cuenta López Tuñas. El historiador e investigador añade que «durante toda a súa vida foi un exemplo de compromiso coa democracia e os dereitos humanos, por iso foi condecorado coa Medalla de Ouro ao deportado da República Francesa. Nunha conversa co historiador Benito Bermejo hai anos, ante a pregunta de por que non solicitou a cidadanía do país que o acolleu como tiña dereito, a resposta de Avelino foi contundente: Yo, ¡español hasta la muerte!».

Avelino García emigró a Francia en 1929 a la edad de 15 años desde su aldea natal de Maio Pequeno, en la parroquia de Liñaio. Su madre, Isolina García, que había emigrado antes, se lo llevó a Francia después de pasar parte de su infancia con una tía suya. El caso es que retornó para defender a España contra el fascismo en la Guerra Civil. Fue enviado a Barcelona, formando parte de la 5ª Compañía del 6º Batallón de la 120 Brigada de la 26 División del Ejército. Luego regresó a Francia y, allí, formó parte de la Compañía de Trabajadores Extranjeros «preto da Liña Maginot, cavando trincheiras na defensa construída ao longo da fronteira entre Alemaña e Italia», tal y como recoge José Manuel López en su investigación histórica

Este superviviente de los nazis y de Mauthausen fue detenido tras la invasión alemana de Francia, en el año 1940. Al igual que otros jóvenes republicanos españoles, fue recluido en el campo de prisioneros de Fallingbostel, en el actual estado federado de la Baja Sajonia. Cuenta el historiador que fue de los primeros deportados en llegar a Mauthausen, el 27 de enero de 1941 «cunha expedición de 1.506 mozos compatriotas despois de viaxar dous días nun tren utilizado para transporte de animais».

Avelino García, conocido como Avelino da Xalleira, falleció en Pessac (Francia) a los 102 años de edad
Avelino García, conocido como Avelino da Xalleira, falleció en Pessac (Francia) a los 102 años de edad

La brutal muerte de una madre y su bebé que le marcó de por vida

La muerte a patadas en la cara de una madre judía que tenía un bebé en sus brazos y el aplastamiento del niño cogido por las piernas contra una pared por un miembro de las SS fue algo que marcó a Avelino García de por vida, según la conversación mantenida por Da Xalleira con el documentalista Alberto Vázquez en Pessac, unos dos años antes de que el superviviente del campo nazi alcanzase el siglo de edad.

Una de las claves para entender cómo Avelino sobrevivió a su paso por Mauthausen la explica el historiador en su trabajo: «Durante dos años, salía cada día a trabajar en una fábrica cercana de motores de aviones, donde los alemanes utilizaban a los esclavos como mano de obra. Más tarde fue llevado al subcampo de Güsen para trabajar en un túnel con un martillo picón y terminó conduciendo un tren que trasladaba el material hasta dos días antes de la liberación en que los alemanes huyeron del campo».

Avelino echó raíces en la localidad francesa de Pessac y formó su propia familia. Y aunque las secuelas le acompañaron el resto de su vida, no le impidieron integrarse en la Federación de Exiliados Deportados y Resistentes Patriotas, participando en numerosos actos públicos y oficiales en Pessac por la conmemoración de la liberación francesa de los alemanes, e incluso fue su secretario. Jamás regresó a Negreira, aunque sí solicitó documentación oficial por correo y llegando a los cien años todavía hablaba algo el gallego.