«Aquí en Berlín estamos como en España hace una semana»

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

ALEMANIA

MARTINA MISER

El armonicista de blues Marcos Coll explica que en Alemania está todo cerrado, pero la gente sigue paseando con tranquilidad por los parques

21 mar 2020 . Actualizado a las 06:54 h.

A sus cuarenta y pocos, Marcos Coll es ya una leyenda del blues europeo. El músico, que creció en Santiago, es una referencia mundial en lo suyo, que no es otra cosa que tocar la armónica. Hace dieciséis años se decidió a instalarse en Berlín, atraído por una escena afroamericana muy potente y un ambiente cultural irresistible. La nómina de gente con la que ha grabado y compartido escenario incluye a tipos del nivel de Chuck Berry, John Mayal, Mike Taylor o Buddy Miles; además de ser la imagen de la marca Hohner y haber ejercido como padrino del festival Vilablues de Vilagarcía. El caso es que a Marcos la marea ascendente de la epidemia lo coge en la capital alemana, y está convencido de ciertos paralelismos con la situación que España atravesaba días atrás, sin saber a qué carta quedarse. «Aquí estamos parecido a España hace una semana, que si sí, que si no...».

El bluesman gallego relata que, hace un par de días, el sol dominó una jornada completamente primaveral en Berlín. «Sí, parecía domingo; todo estaba cerrado, pero la gente estaba con los niños en los parques. Supongo que cada país afrontará esto de diferente manera, aunque también supongo que aquí entrará el canguelo esta semana». Nada que ver con el riesgo que asumen los profesionales sanitarios o los reponedores -«no me cambiaría por esa gente, a ellos sí que les ha tocado duro», reconoce-, pero el coronavirus ha dejado secos a los músicos. Así que dedica el tiempo libre a tocar, «a ver alguna que otra serie estúpida y, si acaso, a escribir alguna canción nueva». También a ofrecer gratuitamente su célebre y revolucionario Harp & Soul, un curso de armónica a través de Internet que podrá seguirse sin soltar un euro mientras se prolongue el confinamiento. De comida y abastecimiento andan bien, «incluso el súper que está más cerca de casa se llama Superibérico y todo son productos de España, Portugal y Latinoamérica». Y, por mucho que en Alemania aún no hayan apostado por medidas tajantes, él lo tiene claro: «Como esto no se sabe por dónde va, mejor dedos cruzados y en casa».

En Alemania los últimos datos del observatorio del Global Cases by the Center for Systems Science and Engineering (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins elevan a 18.361 los casos detectados, 52 los fallecidos y 180 los recuperados.