Uno de los 24 gallegos atrapados en Sudáfrica: «Se a porcentaxe de contaxios aumenta, a cuarentena será de tres meses»
AFRICA
Más de medio centenar de trabajadores españoles del sector eólico están a la espera de un vuelo para regresar a casa
03 abr 2020 . Actualizado a las 11:05 h.El estallido de la crisis del coronavirus ha pillado a muchos trabajadores y turistas españoles en distintos países, obligando a las embajadas, empresas e incluso a propios afectados a organizar operativos para su regreso, con mayor o menor dificultad. En ese marco, un total de 57 ciudadanos españoles -27 de ellos gallegos-, se encuentran en distintas localidades de Sudáfrica a la espera de un vuelo que los saque del país. Son profesionales del sector eólico que se encontraban trabajando en varios parques cuando la epidemia entró en fase crítica a nivel mundial. Desde el pasado jueves, casi una semana, aguardan que su situación se clarifique, mientras su empresa, la embajada española y la Xunta buscan la manera de traerlos de vuelta a casa. No obstante, el tiempo corre más deprisa en un país que, aunque reaccionó pronto, cuenta con menos recursos para hacer frente a la pandemia que los del escenario europeo.
Estamos ao lado do aeroporto e vemos avións comerciais aterrando»
«Temos medo por un motivo, o Goberno de Sudáfrica decretou un lockdown [confinamiento] de 21 días, pero se a porcentaxe de contaxios aumenta, a cuarentena será de tres meses», explica uno de los empleados afectados, vecino de Esteiro (Muros), puntualizando que todos se encuentran bien -«non estamos tirados -, dentro de lo posible, pero pesa la incertidumbre de ese hipotético endurecimiento. El motivo de ese temor se deriva de los argumentos que están recibiendo para la negativa a poder embarcar. El muradano señala que las autoridades han restringido el espacio aéreo y, por ende, se han cancelado todos los vuelos, «pero nós estamos ao lado do aeroporto e vemos avións comerciais aterrando».
La mayor parte del grupo, conformado por españoles de entre 22 y 56 años, se encuentra en Johannesburgo, la misma ciudad de la que les han dicho que podrían partir este domingo, sin haber nada cerrado sobre la mesa. A esta incógnita se suma la de la escala, ya que desde la embajada les habrían indicado que su destino sería Alemania y el precio del billete oscilaría entre los 500 y los 800 euros por persona. Según ha podido enterarse el mismo profesional, los únicos vuelos con salida de Sudáfrica estarían destinados a «xente en situación de desamparo».
El caso de ellos es distinto, tal y como destaca: «Polo noso traballo sempre estamos desplazados, vivímolo no día a día, pero queremos que se coñeza a nosa situación porque queremos volver á casa». Entretanto se encuentran en un complejo hostelero, «cun supermercado a uns 100 metros» y con el material de protección necesario a su disposición: «Dentro do que hai, a nosa situación non é mala, sentímonos privilexiados». Además, están cubiertos por un seguro médico que les permitiría recurrir a la sanidad privada, un asunto vital al tratarse de un país del continente africano.
Gestiones desde Galicia
Además de los trámites que realizada la embajada española en Sudáfrica y la empresa, desde la Xunta también han contactado con ellos para conocer su situación y necesidades, así como para buscar la manera de traerles de vuelta. Fue gracias a la mediación de la alcaldesa de Muros, Inés Monteagudo, que se interesó por la situación de este y otro vecino en la misma situación, para ofrecerles ayuda; una prueba de que la lucha contra todos los problemas que genera esta pandemia tiene respuesta a cualquier nivel, ya sea desde un Ayuntamiento.
«Adiántaronse a Europa. Sudáfrica é un dos países más avanzados de África, en canto tiveron constancia dos primeiros casos reacciaron ao momento», añade de las medidas impulsadas por el Ejecutivo sudafricano, que incluso ha cortado la circulación entre diversas provincias y regiones, una medida que «tamén afecta aos propios policías, aquí está prohibido desplazarse dunha poboacióna outra». Con el optimismo y la esperanza como mejores aliados para ahuyentar cualquier atisbo de miedo, el muradano deja entrever una pequeña risa al otro lado de la línea y responde así a cuál es el plan B que manejan en caso de que el domingo no puedan viajar: «Sobrevivir. Aguantar aquí».