Un estradense en las entrañas del antiguo Egipto

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

AFRICA

Ha desenterrado momias en Luxor, ha desempolvado villas de Italia y sueña ahora con excavar un castro local

12 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Abelleira tenía claro que lo suyo era la historia. Entró en la USC devorando libros sobre las grandes guerras mundiales y dispuesto a especializarse en Historia Contemporánea. Iba bien encaminado, pero un anuncio en el tablón de la facultad cambió el rumbo de su vida. Buscaban voluntarios para una excavación en la antigua ciudad romana de Bílbilis (Calatayud). El estradense no dejó escapar la oportunidad y, con aquella experiencia temprana, quedó enganchado a la arqueología para siempre. Se especializó en Historia Antigua, Protohistoria y Arqueología y comenzó un periplo profesional por el mundo que ya lo ha llevado a los dos santuarios del gremio: Italia y Egipto.

A Egipto llegó por un golpe de suerte. Manuel Abelleira había estado de intercambio en la Universidad de Los Andes (Venezuela) y había hecho un máster en la Universidad de Granada. Con ambas entidades trabaja ahora en una tesis internacional sobre el espacio doméstico de época ibérica en el sureste de la península. Precisamente a través de ese máster le llegó la oportunidad de irse a excavar a Egipto. La Universidad de Granada y Santander Universidades tenían un convenio con el proyecto de excavación, restauración y puesta en valor del Templo de Millones de Años de Tutmosis III en Luxor. En él se hizo hueco el estradense en la campaña del 2016. «É un proxecto dirixido por Myriam Seco Álvarez en colaboración co Ministerio de Antigüidades de Exipto e a Academia de Belas Artes Santa Isabel de Hungría; con financiación da Fundación Botín, Santander Universidades, a Fundación Caja Sol, Cemex e a Fundación Gaselec», detalla el arqueólogo. «É un templo moi interesante. Está feito cun muro de adobe, non de pedra. É un dos máis antigos da tipoloxía e iso permíteche comprender a evolución posterior. Construíuse sobre unha antiga necrópole da dinastía XII. Ao escavar, atópanse restos do templo e enterramentos de personalidades importantes de dúas épocas diferentes», explica.

En ese yacimiento se han producido dos hallazgos de peso. Por una parte, una tumba de la dinastía XII con una colección de joyas funerarias. Por otra, un cartonaje policromado recubriendo la momia del alto funcionario Amón Renef, en una tumba del tercer período intermedio. «O sarcófago atopábase en mal estado, pero o cartonaje de xeso que cobre a momia estaba perfectamente conservado», explica.

Tras los trabajos en la tumba de Tutmosis III, Manuel Abelleira se sumará en el 2019 a las campañas de excavación en el Templo de Millones de Años de Amenofis III, también en Luxor. «É onde están os Colosos de Memnón, que son dúas representacións de Amenofis diante dos pilonos do templo, que está enterrado e que se vai poñer ó descuberto», comenta el estradense.

A Manuel, lo que más le gusta de Egipto es «a riquísima cultura material da antigüidade exipcia» u el excelente grado de conservación en las excavaciones. «A baixa acidez do terreo e o clima ultraseco fan que todo se conserve perfectamente. Ata un papiro de 2.500 ou 3.000 anos. De aí xurde a momificación, que en Exipto era algo que sucedía de xeito natural e que eles perfeccionaron», explica.

Lo que peor lleva de las campañas en Egipto -que suelen desarrollarse de octubre a diciembre- son las temperaturas extremas. «O calor é insoportable. En outubro e novembro chégase aos 42 grados. Pero en decembro o frío é extremo e os tornados levantan a area e dificultan moitísimo o traballo», comenta.

La aventura italiana

Manuel compagina las campañas en Egipto con otras en Cascia y Nemi (Italia). En su día participó en la excavación de la Villa San Silvestro (Cascia). Ahora, a través de la Universidad de Perugia, hace prospecciones en Cascia para documentar sitios arqueológicos y trabaja también como técnico arqueólogo en la excavación del templo de Diana Nemorensis (Nemi), dirigida por Francesca Diosono y Paolo Braconi e impulsada por la Universidad de Perugia y la Ludwig Maximilians de Munich.

El estradense reconoce que es un lujo poder trabajar en yacimientos de fama mundial. Pero tiene un reto pendiente: A Estrada. «A miña ilusión é poder escavar un castro na Estrada. O de Callobre, por exemplo. Se se fixo con Castrolandín non hai razón para que non se poida facer aquí. É unha mágoa que non se aproveite a riqueza que hai. Non tería por que ser caro, pero fai falta vontade política», dice.