Iago Blanco, gallego en Seúl: «El barrio de la avalancha es como el Soho de Corea del Sur, a donde vamos todos los extranjeros»

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El arquitecto de A Coruña habla de una «obsesión creciente» por Halloween en Corea del Sur

07 dic 2022 . Actualizado a las 13:23 h.

«Es fácil de visualizar. Corea tiene una población similar a la de España, mayor, más de 51 millones de habitantes. La mitad vive en Seúl y todos los que quieren ir a celebrar Halloween van a ese barrio. A Itaewon», describe Iago Blanco CamposA Coruña, 1985). Este arquitecto que lleva viviendo desde el 2014 en la capital surcoreana se salvó por los pelos. «Mis amigos me dicen: casarte te ha salvado, te ha sacado de la vida nocturna», dice.

En el centro, donde está el estudio en el que trabaja, se han desplegado varios altares improvisados por los fallecidos en la tragedia. «Ver las imágenes me sigue impactando. Yo salía por ahí en Halloween. Fui muchos años. He estado ahí miles de veces», cuenta al otro lado del teléfono.

España y Seúl tienen una diferencia horaria de ocho horas, lo que hizo que sus familiares de Camariñas y A Coruña se enterasen antes de la tragedia que él. «Mi mujer y yo salimos a tomar algo por nuestro nuevo barrio, a las afueras, y nos acostamos a eso de las 23.30 horas. Empezaban a circular algunas noticias, pero no se hablaba de muertes todavía y no le dimos importancia. En España eran las cuatro de la tarde. Cuando me desperté y encendí el móvil, estaba lleno de mensajes y llamadas. Tenía varias de mi madre, eran casi las tres de la madrugada y todavía no se había acostado esperando que le respondiera», dice Iago.

Las imágenes son impactantes. También las cifras: según el último recuento oficial, al menos 154 personas fallecieron y otras 133 resultaron heridas en la avalancha. «Cuando venían amigos a visitarme, los llevaba ahí. Es el barrio más internacional, al que van más turistas o extranjeros que trabajan en Seúl. Es como una especie de Soho surcoreano».

Este carácter más cosmopolita, añade Iago, también explica la magnitud de lo sucedido. «Cerca de ese barrio estuvo la base militar norteamericana. Los militares, ya entonces, salían por ahí. Hoy puedes ir a un local y pedir la consumición en inglés», describe el arquitecto coruñés.

Se sigue preguntando cómo algo así pudo haber pasado. «Hay una obsesión creciente por esta fiesta en Seúl», indica. Al igual que sucede en otras latitudes, como en España, esta festividad tan norteamericana está en un auge imparable e Itaewon «es el sitio para ir ese día». Seúl, prosigue, «está superdensificada», define Iago. Tras lo sucedido, vaticina, el furor por la última noche de octubre ya no será el mismo durante un tiempo.