Los partidos esperan que la participación de los gallegos en el extranjero llegue a triplicarse en las elecciones

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PP y PSOE valoran «corrixir unha inxustiza» en el voto exterior con la reforma de la ley y el BNG alerta de «falla de transparencia» y «coadoiro» con la nueva norma
23 sep 2022 . Actualizado a las 07:25 h.En las próximas elecciones generales, previstas para el año que viene, habrá medio millón de gallegos que podrán votar en el extranjero tras la reforma aprobada el miércoles en el Senado. Supone el fin del tedioso voto rogado, que bajó a mínimos históricos la participación. Para los tres grupos del Parlamento es una buena noticia abrir el censo —los residentes en el extranjero pasan a representar el 17,5 % del total, más que A Coruña y Vigo juntas—, pero no lo celebran de la misma forma.
El BNG se abstuvo en la votación de la norma planteada por PSOE y Podemos en el Congreso en julio. «Entendemos que hai que facilitar o dereito a voto aos galegos na emigración. Pero a lei, tal e como quedou, substitúese por un procedemento que non inclúe a todo o mundo e non é suficientemente transparente», denuncia Néstor Rego, único diputado de los nacionalistas en Madrid.
En cuanto a la transparencia, avisa de que «terceiros países non teñen a obriga de verificar que a persoa que deposita o voto non é o votante». Los nacionalistas habían presentado una enmienda, rechazada, para habilitar obligatoriamente urnas en consulados, embajadas y colegios electorales con presencia importante de colectivos gallegos. Piden también extender la norma a los emigrantes temporales y a permitir el voto telemático a marineros en alta mar. «Estamos a favor de derrogar o voto rogado, pero non volver a un sistema que sexa un coadoiro», lamenta.
Para los socialistas, según su portavoz en el Parlamento, Luis Álvarez, se «corrixe unha inxustiza». Valora que se «facilita a participación» y que, además, se «gaña en seguridade para evitar a fraude, xa que os sufraxios serán enviados por valixa diplomática e con identificación persoal do elector no voto por correo». «Os emigrantes galegos saben que, dende hoxe e por iniciativa do PSOE, hai unha ampliación dos seus dereitos nas eleccións», añade.
Raquel Arias, portavoz de Emigración del grupo popular en el Parlamento, comparte la satisfacción por un cambio que el PP venía pidiendo desde «fai tempo», y «lamenta», igual que el PSdeG, el rechazo de los nacionalistas: «É sorprendente que un partido que se lle enche a boca a falar da migración estea contra o seu dereito a votar recoñecido no Estatuto». «Este é un sistema axil, seguro e moi transparente para exercer o seu dereito a voto, que vai favorecer a todos e realmente o merecen», continúa Arias.
Los tres coinciden en que la reforma volverá a hacer que el voto exterior pueda condicionar resultados electorales como ya ocurrió en el pasado. Todavía es pronto para hacer estimaciones, pero la diputada popular tiene claro que será muy superior al porcentaje de los últimos años con el voto rogado. «Todo fai pensar que non se chegue ao 30 % que houbo antes da anterior reforma. Hai moitos máis descendentes, xente que podería sentirse non tan identificada», advierte, pero ya avanza que la participación podría llegar a triplicarse a partir de ahora.

Medio millón de gallegos vuelven a tener opción real de votar desde el extranjero
Difícilmente volverá a haber una abstención entre los gallegos censados en el extranjero como la que alcanzó en las autonómicas del 2020: un 98,7 % se quedaron en casa. El Senado, como ya hiciera en junio el Congreso, aprobó ayer la reforma de la ley electoral que obligaba desde el 2011 a rogar por escrito poder participar en las elecciones, esperar la llegada de la documentación electoral y hacer un tercer envío postal con la papeleta elegida. Ese proceso se simplifica ahora para los 2,27 millones de españoles censados en el exterior, de los que casi medio millón (469.917, en concreto) son gallegos.. Representan el 17,5 % del censo electoral de Galicia, más que los posibles votantes de Vigo y A Coruña juntos, y solo 50.000 personas menos que los de las provincias de Ourense y Lugo sumadas.