La Navidad a 13.000 kilómetros de Pontevedra

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

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CAMPAÑA ANTÁRTICA

Dos militares de la Brilat participan en la Campaña Antártica

08 ene 2022 . Actualizado a las 19:36 h.

Hace poco más de un mes arrancó una nueva edición, la número treinta y cinco, de la misión más antigua que lleva a cabo el Ejército de Tierra: la Campaña Antártica. Entre los trece militares que se encuentran en Isla Decepción, donde la sensación térmica puede alcanzar los veinte grados bajo cero, se hallan dos soldados de la Brilat de Pontevedra: el brigada Abel Vidal Yáñez, adscrito al batallón de zapadores y encargado del área de motores de la base Gabriel de Castilla, y el sargento primero David Lobato Martín, del Grupo Logístico VII y responsable de instalaciones. Ambos, junto a los otros once integrantes de la parte militar de la campaña, han pasado la Navidad en el continente helado, donde estarán desplegados hasta marzo, acompañando a un nutrido grupo de científicos.

Y es que entre los objetivos de la Campaña Antártica se encuentra el de «colaborar con el Ministerio de Ciencia e Innovación en las labores de investigación científica realizadas en la Isla Decepción y en aquellos otros lugares del territorio antártico que se determinen», pero también «desarrollar proyectos de investigación y experimentación para el Ejército de Tierra». Asimismo, también se encuadra dentro de este marco el «dar a conocer a la sociedad en general, al mundo científico y a la institución militar en particular, la presencia y actividades del Ejército de Tierra en la Antártica».

El diario de operación, que firma el jefe de la misión, el comandante Víctor Mariño, recoge que, tras partir el 13 de diciembre de Madrid, la dotación militar y el personal científico no desembarcó por completo hasta nueve días más tarde. Comenzaba entonces la primera fase del operativo, la activación de la base Gabriel de Castilla, algo que conoce muy bien el sargento primero David Lobato. A fin de cuentas, como ya hiciera en la campaña del pasado año, «se encarga del mantenimiento de todas esas instalaciones, misión a todas luces fundamental para el desarrollo de la misión si se tiene en cuenta las duras condiciones climatológicas existentes en la isla», remarcaron entonces desde la Brilat, al tiempo que insistieron en que «su formación es esencial para garantizar la seguridad de los científicos que, año tras año, estudian en el continente helado la flora y fauna de este desconocido territorio».

A tres días de Nochebuena, la expedición cruzó los Fuelles de Neptuno, «una imagen que no olvidaremos nunca todos los componentes de la dotación, y continuamos con el protocolo de apertura comenzando desde Bahía Balleneros, pasando por el Glaciar Negro, Caleta Péndulo, Cráteres del 70, Obsidianas, Bahía Fumarolas y terminando frente a la BAE Gabriel de Castilla».

Ya entonces, «en el reconocimiento no se observa ninguna anomalía que pudiera indicar indicios de reactivación volcánica». De igual modo, se procede a instalar una estación sísmica para valorar el nivel de actividad, así como se realiza el volcado de datos de las estaciones sísmicas que se dejaron instaladas al cierre de la pasada campaña y que han estado operativas la mayor parte de la invernada.

Las labores continuaron a los largo de los días siguientes, de tal modo que el 24 de diciembre, un «día tan especial», se logra concluir la descarta de «todo el material imprescindible para el funcionamiento de la base durante toda la fase de activación». Los militares, eso sí, pudieron disfrutar de la cena de Nochebuena, invitados por el capitán del buque Sarmiento de Gamboa, mientras que al día siguiente pudieron disfrutar de su primera comida conjunta en la base, en la que el comandante Manuel A. Macho, responsable de medio ambiente, fue sorprendido con unas tartas para celebrar su 44 cumpleaños.

Las doce uvas en tres ocasiones

A pesar de los trece mil kilómetros de distancia que los separan de España, el contingente desplazado a la Antártida ha estado compaginando las labores asignadas con las celebraciones típicas de esta época del año. De hecho, ya es tradición que el 31 de diciembre se celebre una San Silvestre, carrera en la que participan militares y científicos que discurre entre la base Gabriel de Castilla y Decepción, mientras que, horas más tarde, se tomaron las doce uvas en tres ocasiones. A las ocho de la tarde, pues coincidía con la medianoche peninsular y que pudieron seguir en directo; a las nueve acompañando a los integrantes canarios de las campaña; y a las doce de la noche en horario antártico después de disfrutar de un menú especial de Fin de Año. «Como última actividad del día se realizó una entrega de regalos que estaba pendiente del día de navidad, por estar embarcados en el BO Sarmiento de Gamboa», recoge el diario de operaciones.

El último apunte reflejado hasta este jueves se refiere al 1 de enero: «El primer día del año no ha permitido disfrutar del entorno de la isla por las fuertes rachas de viento y las precipitaciones que, según las previsiones, parece que seguirán reproduciéndose así un par de días. Habrá que tener paciencia. No obstante, esto es parte del encanto de la Antártida y lo que lo hace especial e inaccesible».