Un médico gallego estudió los productos usados en rituales curativos indígenas en 17 países

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Fernando Pinto con el chamán de una tribu del Amazonas
Fernando Pinto con el chamán de una tribu del Amazonas

Su tesis analiza el uso de plantas y hongos psicoactivos en la medicina tradicional de cuatro continentes

22 dic 2021 . Actualizado a las 23:06 h.

A pesar del imparable avance de la globalización, muchas tribus indígenas en el mundo siguen aplicando los rituales chamánicos ancestrales para los procesos de curación de sus miembros. El médico Fernando Pinto Blanco ha dedicado casi dos décadas a estudiarlos visitando 17 países de cuatro continentes —África, América, Asia y Oceanía— para ver en primera persona y compartir con los protagonistas esos procesos chamánicos. Y una de sus conclusiones es que, a pesar de la separación geográfica son muchos los puntos en común que aparecen en esas ceremonias. El empleo del agua como vehículo para curar, las mesas de ofrendas, las referencias a los cuatro elementos, los estados de trance y la necesidad de una preparación previa a la ingesta de las plantas y hongos psicoactivos que suelen utilizarse, son algunos de esos puntos comunes.

El estudio, realizado entre 2013 y 2019, le ha servido para elaborar su tesis doctoral, que ha estado dirigida desde el campus ourensano de la Universidad de Vigo por la profesora María Reyes Pérez, de la Escuela Universitaria de Enfermería, y por el catedrático Francisco Javier Rodríguez Rajo, del Área de Botánica.

Tal y como explica Pinto Blanco, el objetivo del estudio es «ofrecer unha visión actual intercultural da medicina tradicional indíxena e avaliar os cambios psicofisiolóxicos producidos despois de levar a cabo unha das súas prácticas de referencia: a toma de enteóxenos en ritos xamánicos». A pesar de las limitaciones que, según reconoce, existen para extraer conclusiones exhaustivas en cuanto a los efectos de esas sustancias psicoactivas en un contexto de un ritual ceremonial, los cambios físicos medidos por las tomas de diferentes constantes fisiológicas «non parecen supor unha repercusión clínica evidente para o experimentador». En cuanto a los cambios mentales «a pesar da súa aparente gravidade durante algunha das experiencias (crises de pánico e brotes psicóticos), foron autolimitados, restrinxíndose a poucas horas posteriores á inxesta do enteóxeno». El médico recalca, no obstante que «non debería banalizarse o emprego destas substancias e circunscribilas ao ámbito ritual, ou polo menos baixo a supervisión dun guía experto, evitando un consumo lúdico».